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Escrito por na el sábado, 5 de enero de 2019

El cielo está empatriarcado.
¿Quién lo desempatriarcará?
La desempatriarcadora que lo desempatriarque,
buena desenpatriarcadora será.

Y el infierno sigue empatriarcando.
¿Quiénes se desempatriarcaran?
Lys desempatriarcadorys que se desempatriarquen,
Libres serán.

Escrito por na el miércoles, 7 de febrero de 2018

Hay canciones que tienen el poder de aunar diferentes corazones con una misma intención.
Y de ahí viene su magia.
Como si de un conjuro se tratara.
La letra que trascribo a continuación ejerce sobre mí esa atracción.
Me recuerda un grito que no ha sido superado todavía: "La tierra para quien la trabaja".
Mientras algo de vida quede en mi, recordaré su destino.
Y no sólo eso, sino que hago mío su canto y lo traigo del XIX al XXI.

Ésta es la versión que a mí me ha llegado:

EN LA PLAZA DE MI PUEBLO.
En la plaza de mi pueblo
Dijo el jornalero al amo:
Nuestros hijos nacerán
Con el puño levantado.

Y esta tierra que no es mía
Esta tierra que es del amo
La riego con mi sudor
La trabajo con mis manos

Pero dime compañero
Si estas tierras son del amo
Porqué nunca le hemos visto
Trabajando él el arado

Con mi arado abro los surcos
Con mi sangre escribo yo
Páginas sobre la tierra
De miseria y de sudor.

Que mi voz suba hasta el monte
Que mi voz baje al barranco
Hasta que los jornaleros
Se apoderen de los campos.

Y esta es la versión que incorporo al cancionero porque el acento para mí ya no está en la propiedad de los medios de producción, sino en el patriarcado asociado. Y desde ahí la lanzo.

EN LA PLAZA DE MI BARRIO.
En la plaza de mi barrio
Dijo la madre a la puta
Nuestras hijas nacerán
Con el útero pulsando.

Y este cuerpo que no es mío
Este cuerpo legislado
Lo riego con atención
Lo cultivo con orgasmos.

Pero dime compañera
Si estas crías son del padre
Porque nunca le hemos visto
Sangrandole a él las entrañas.

Con mi carne abro los surcos
Con mi alma escribo yo
Canciones sobre la madre
De justicia con amor.

Que mi voz suba hasta el ajna
Que mi voz baje hasta el hara
Hasta que las criaturas
Se liberen del patriarcado.
Hasta que a las criaturas
Liberemos del patriarcado...

Escrito por na el sábado, 9 de diciembre de 2017

Imaginaciones establecidas.
Sentimientos recurrentes.
Jornalerys inconscientes.
Acciones compartidas.
Pulsaciones energéticas.
Sanaciones ancestrales.
Ilusiones cotidianas.
Empoderamientos varios.

Escrito por na el viernes, 10 de noviembre de 2017

Hábitos establecidos.
Pensamientos recurrentes.
Patrones inconscientes.
Arquetipos compartidos.
Bloqueos energéticos.
Posesiones demoníacas.
Vicios cotidianos.
Idolatrías varias.

Escrito por na el viernes, 18 de agosto de 2017

¿Qué es realidad?, dices mientras clavas
en mi pupila tu pupila azul,
¡Qué es realidad! ¿Y tú me lo preguntas?
La realidad es tu renuncia personal.

Hoy, en el XXI, me tomo la licencia de parafrasear a Becquer.
Y lo hago desde mi incapacidad para movilizar la comprensión de lo que "en realidad" está pasando.
Desde mi propia incoherencia, lo he planteado en el bar.
Y me he vuelto a sentar en el fuego del conflicto.
Y otra vez, todavía, "quema invisible atmósfera abrasada".
Sabiendo que además de hablar y besar, también pueden matar las miradas.
Y sintiéndolo en el alma.
Ante la falta de argumentos, tan sólo la furiosa realidad.
Cada cual con su propia coraza uniformada.
Y todys con la misma rabia.
Ciega, sorda, muda ante la diversidad.
Ante todo lo que desde dentro consentimos cuando nos juntamos en el bar.
La rabiosa realidad que existe en algún lugar, ahí fuera, mientras buscamos responsables a lys que juzgar.
Me hunde en la más profunda de las miserias ser testigo de esa renuncia a la salud y a la paz.
Ser testigo de ese desmembramiento del grupo ante conflictos que afectan a la visión. Al porqué y para qué nos juntamos.
Testigo de esa renuncia a nuestro poder personal en nombre de esa supuesta realidad (cada cual la suya, claro, ni siquiera de acuerdo en eso) a la que nos aferramos para evitar consensuar decisiones y mantenerlas en el tiempo.
Testigo y cómplice.
Y esa, en mi opinión, no era la intención.

La intención era, y para mi sigue siendo, crear y recrear, forjar y mantener, vínculos humanos lo suficientemente honestos y auténticos, lo suficientemente anarquistas, como para parar la maquinaria patriarcal.
¿Tan caro sale imaginar la posibilidad de relacionarnos desde otro lugar?
¿Tan sólo la renuncia y\o el aislamiento?

Sólo encuentro un entorno seguro desde donde relacionarme en un contexto terapéutico.
Previo pago, claro.
Y es muy triste esto.
En el resto de lugares, con el resto de personas, no soy capaz de apreciar la belleza de las estrellas.
Es como si fuera de ahí desaparecieran todas las potencialidades inherentes al ser humany en relación.
Tanta contaminación lumínica alrededor, me impide apreciar los principios del ser (apoyo mutuo y cooperación, libertad, autorregulación, autocuidado, contacto explicito, confidencialidad...)
Es una locura.
Es absurdo.
Es inútil.
Y aun así...
Trato de encarnar al ser que soy en todo momento, en todo lugar. Aceptando como propios conceptos que para mi sólo son posibles en un entorno seguro que en mis relaciones no encuentro.
Sí, la salida es hacia dentro.

NO

Escrito por na el sábado, 10 de junio de 2017

No puedo perdonar mientras el daño original siga sin nombrar.
Ni quiero.
Tú me enseñaste el concepto de justicia restaurativa.
Tú sabes que no hay perdon posible.
No me lo pidas.

He tratado de que comprendieras mi posición.
Y sistematicamente la dejas fuera.
Ni siquiera imaginas la magnitud de mi herida.
Todo lo que, en mi, se activa cada vez que me incluyes en masculino.
No puedo formar parte, ni entregar mi alma, a quien no me reconoce.
Llevo años tratando de pronunciar el resto de géneros.
Ni ha sido fácil, ni ha sido divertido.
"Chorradas", "manías" son las calificaciones más suaves que he oído.
"Locuras inútiles que desvían la atención de lo importante, para buscar protagonismo y desahogar la frustración que me producen mis muchas y variadas carencias egoicas" es el diagnóstico que más me ha dolido.
A fuerza de oírlo repetido.
Y lo que más me duele, es pensar que igual tenéis razón.
Que igual todo son gilipolleces mías.
Y sin embargo, sé que racionalmente no hay argumentos para persuadirme mas allá de la costumbre y el hábito.
Y yo tambien libro con ellas mi propia batalla.
Costumbres y hábitos que excluyen al resto de géneros, al resto de clases, y al resto de especies.
Y que toxifican mi salud y la salud de todo el sistema.
Y desde ahí, es prácticamente imposible construir nada auténtico.
Por eso tiene más mérito.

Escrito por na el domingo, 14 de mayo de 2017

Últimamente, desde diversos frentes, estamos asistiendo a los últimos coletazos de la ignorancia.
A la desesperada.
Sé que quienes actualmente ostentan el poder sobre mi salud, sobre mi alimentación, no quieren soltarlo fácilmente.
Aunque definitivamente, se les haya ido de las manos.
Ya no pueden seguir ignorándolo y ahora se dedican a perseguirlo.
Sin regularizarlo.
Ciudadanos ha presentado una proposición no de ley donde mete a todas las terapias alternativas en el campo de la estafa, en el campo de las pseudociencias.
Aunque otros países europeos las reconozcan y las apliquen, consiguiendo aliviar el sufrimiento y el gasto sanitario y farmaceútico del estado.
En su lugar, dedicamos energías a incrementar el gasto en los tribunales, denuncia mediante.
Si el objetivo era hundir el bienestar asociado, resulta inmejorable la estrategia.
Ahora, que no se atrevan a hacerlo en nombre de la ciencia.
El conocimiento es otra cosa.
Y la humanidad tambien.

Resulta paradójico.
En los casos en los que la medicina oficial ya no puede hacer nada por mi, si decido ir a la iglesia, a cualquiera de ellas, no hay ni denuncia, ni estafa, ni pseudociencia ni na.
Sin embargo, si decido confiar en la curandera de mi pueblo, o en el gurú de turno que me venga en gana, pretenden convertirlo en denunciable. Aunque manejen modelos del ser humano lo suficientemente holisticos como para seguir vigentes despues de varios miles de años, como la medicina china o la ayurveda.
Y todo, porque nadie se ha tomado la molestia de legislar sobre sanación.
Todavía.
Quizá, al hacerlo nos demos cuenta que lo verdaderamente revolucionario de este tipo de terapias es la autocuración inherente que implican.
Por eso, en mi opinión, tanto miedo.
Por el empoderamiento que activan.
Por eso tan peligrosas.
Si asumimos (por ejemplo) que la energía reiki existe y puede ser usada en los hospitales franceses, necesariamente, hemos de asumir que puedo canalizarla directamente.
Sin intermediarias.
Y eso es lo más grande.
Por eso quieren amargar Una Dulce Revolución.
Si recordamos que podemos recoger la planta, directamente del camino, si recordamos lo gratificante de compartirlas alrededor, no necesitamos industrias farmacéuticas, ni alimentárias, ni ...
Si recordamos que podemos alinearnos con la fuente y activar nuestro potencial de autocuración latente, dejo de necesitar al médico, al terapeuta y al sanador porque en última instancia, yo soy quien se cura cuando dejo de ser yo.

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