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Rexistru
El sótanu del paraísu... 
Escrito por Sumiciu el miércoles, 1 agostu de 2007

Me tiemblan a veces las manos para saludar, desde lo claro no se ve na' y guardo las palabras adentro. Serías quien fueras, ¡cojones!, ¡que a mí me da igual! si me jodes antes de empezar, así no llegaremos muy lejos.




Se te nublan con ganas las formas harto a despreciar, ¿no recuerdas que al comenzar el camino no estaba tan puesto? Y el aire dispuesto a contaminar, cansado ya de respirar tu rebuznos sin propiedad...deja pa los mocos los pañuelos.



Tu espalda caliente te guarda de la frialdad, de los palos que puedas llevar, moratones que graban los más adentro la ganas de morder las cuerdas y volver a gritar quienes somos (aún sin ser na), donde estamos y lo que queremos. Mientras la cara, cobarde, se juega a arrimar por el hombro encima y ¡ya esta! te lo digo tal como lo cuento...



Siempre tendrás quien te quiera acompañar, quiente siga hasta el final, quien se trague todos tus lamentos. Te sobra, si quieres, toda credibilidad; lo que faltan son ganas de dar realidades a todos tus cuentos.



Y yo, culpable de todo en primera oportunidad. Miserable que se atreve a dar las nociones que tanto detesto...quizás me faltan, a veces, fuerzas pa actuar, no siempre estoy loco por incordiar (a veces hasta finjo que me entiendo). Culpable ante todo de soñar que sigo viviendo en mi sueño.



Mi tribu no va más allá de esos que estan podridos de rabia y de pan, del circo que nos hemos montao, de payasos sin carpa ni techo. Tan cerca como unos ojos que pueda mirar, dar mi espalda y confiar que los puñales no están al acecho.



Espera un ratito, que me he vuelto a ilusionar, me pitan los oídos una vez más y creo que ahora no es resentimiento. Me duelen los labios resecos de tanto estirar, sonrisas de esas de verdad y yo con cara de satisfecho agradeciendo a aquel que se pone a hablar cuando sabe que le van a hostiar y cantar cuando sale de adentro. No era tan dificil ponerse a soñar, cualquier noche puedes despertar, y notar que aún queda un sitio si me quieres acompañar, dispuesto a ser el dueño de mis mejores momentos.




Tampoco nos vamos ahora a engañar...no es preciso ponerse a llorar, no quiero que esto suene a lamento.