Escrito por Yosi_ el jueves, 23 de agosto de 2007
Las capas son probablemente el elemento fundamental a la hora de trabajar con cualquier programa de edición de gráficos. Se basan en un concepto muy básico e intuitivo, trivial para cualquiera que alguna vez las haya utilizado, pero que trataré de explicar de cara a los que no hayan tenido contacto previamente. Resulta muy sencillo comprender el modo de trabajo si se compara una capa con una lámina de acetato (plástico transparente) , ya que de hecho es el método que usaban los diseñadores en los tiempos anteriores a la revolución informática, y seguramente de ahí surgió la idea de trasladarlo al mundo de los ordenadores.
Pues bien, como digo un gráfico esta formado por una o varias capas, que son láminas transparentes que se pueden colocar en distinto orden (como es lógico la superior oculta las inferiores en la medida en que este cubierta de colores, y así de forma sucesiva para cada una), sobre las que se puede trabajar de forma independiente y que finalmente se combinan para dar como resultado un sólo gráfico obtenido al superponer todas ellas. En este punto hay que aclarar que un área transparente de una capa en GIMP (y en casi todos los programas semejantes como Adobe Photoshop, Corel Photopaint, etc..) se representa con una cuadrícula en gris claro y oscuro en la zona de dibujo.
En principio no hay un número máximo de capas que se puedan utilizar a la hora de crear una imagen, esto vendrá condicionado fundamentalmente por el sentido común y por la cantidad de recursos del sistema, ya que añadir una nueva capa implica en todo caso aumentar el tamaño en memoria, pudiendo llegar en casos extremos a ralentizar la ejecución del programa hasta puntos realmente incómodos. Aparte de eso emplear un número excesivo de capas puede ser tan inútil y confuso como no usar ninguna. Precisamente por eso conviene conocer y utilizar las capas con soltura y buen criterio, teniendo siempre la precaución de tener abiertas exclusivamente las que se estén utilizando y combinar el resto en una sola cuando ya se haya finalizado esa parte del trabajo.
En GIMP, la ventana para gestionar las capas es esta:
Dentro de ella, los controles principales son:
Para crear nuevas capas, borrarlas, o generar una copia de una existente basta con utilizar los botones ubicados al efecto. Pero además siempre que se finaliza el trabajo con dos o más capas conviene fusionarlas en una sola para liberar espacio en memoria y ver el resultado final de la imagen plana, tal y como se va a ver cuando se guarde el archivo y se utilice para cualquier fin. Por supuesto el formato .xcf de GIMP permite guardar conservando las capas para seguir trabajando con ellas o modificar la imagen en el futuro, pero no es el más adecuado para guardar la presentación final del archivo, ya que ocupa demasiado (al tener que guardar cada capa con sus características por separado) y no es compatible con ningún otro programa para visualizar imágenes.
Para fusionar una capa con la inmediatamente inferior basta con hacer presionar el botón derecho del ratón sobre ella y seleccionar la orden “combinar hacia abajo”. Un procedimiento mas rápido para unir unas cuantas capas, sin necesidad de hacerlo por parejas, consiste en ocultar las que se quieren dejar por separado, hacer click derecho sobre cualquiera de las que se desean unir y seleccionar “combinar las capas visibles”.
El modo de una capa indica como se comporta frente a las demás. En modo 'normal' simplemente equivale a colocarla encima o debajo del resto, sin aportar mas cambios ni alteraciones en el dibujo. El resto básicamente lo que hacen es transformar los colores del dibujo combinando los de una capa y su inmediata inferior de formas muy variadas, dando lugar a efectos y mezclas que pueden resultar útiles en muchos casos. En el futuro espero que haya una parte del tutorial dedicada específicamente a ello.
Cabe destacar que todas las operaciones referidas en el menú 'capas', así como todos los filtros disponibles en la pestaña del mismo nombre, se aplican exclusivamente a la capa activa, y más concretamente al área seleccionada dentro de la capa que estemos tratando. Esto es muy útil cuando se quiere variar solo una parte del dibujo, o aplicar un efecto a una determinada zona, pero también puede llevar a confusión si en algún momento equivocamos la capa actual, así que conviene asegurarse siempre antes de realizar cualquier cambio.
Respecto a la opacidad de una capa, hemos visto ya una forma de regularla de forma sencilla con la barra dedicada al efecto en la ventana de “capas”, pero así solo puede modificarse la transparencia de la capa de forma homogénea en toda ella. Hay otro método más avanzado que permite aplicar transparencias progresivas en forma de degradado o en una zona concreta de la capa. Para ello hay que hacer click con el botón derecho del ratón sobre la capa en la que se pretenda realizar la operación, y seleccionar añadir máscara de capa. Al hacerlo, aparecerá un nuevo recuadro al lado de la vista en miniatura de dicha capa. Al hacer click sobre él, aunque no notaremos ningún cambio (salvo que su borde en la ventana de capas se pondrá de color blanco) ya podremos colorear la máscara de la capa seleccionada. Deberemos tener en cuenta que el color blanco equivale a opacidad, mientras que el negro es transparencia total. De esta forma, pintando directamente con cualquier brocha o aplicando degradados de cualquier tipo obtendremos efectos muy útiles y visualmente limpios y profesionales. El resto de los colores serán valores intermedios, equivalentes a su homólogo en transparencia al ser transformados a una escala de grises (cuanto mas oscuro, más transparente), así que es inútil usarlos con este fin.
Pues bien, como digo un gráfico esta formado por una o varias capas, que son láminas transparentes que se pueden colocar en distinto orden (como es lógico la superior oculta las inferiores en la medida en que este cubierta de colores, y así de forma sucesiva para cada una), sobre las que se puede trabajar de forma independiente y que finalmente se combinan para dar como resultado un sólo gráfico obtenido al superponer todas ellas. En este punto hay que aclarar que un área transparente de una capa en GIMP (y en casi todos los programas semejantes como Adobe Photoshop, Corel Photopaint, etc..) se representa con una cuadrícula en gris claro y oscuro en la zona de dibujo.
En principio no hay un número máximo de capas que se puedan utilizar a la hora de crear una imagen, esto vendrá condicionado fundamentalmente por el sentido común y por la cantidad de recursos del sistema, ya que añadir una nueva capa implica en todo caso aumentar el tamaño en memoria, pudiendo llegar en casos extremos a ralentizar la ejecución del programa hasta puntos realmente incómodos. Aparte de eso emplear un número excesivo de capas puede ser tan inútil y confuso como no usar ninguna. Precisamente por eso conviene conocer y utilizar las capas con soltura y buen criterio, teniendo siempre la precaución de tener abiertas exclusivamente las que se estén utilizando y combinar el resto en una sola cuando ya se haya finalizado esa parte del trabajo.
En GIMP, la ventana para gestionar las capas es esta:
Dentro de ella, los controles principales son:
- La pestaña que indica el modo de la capa, mas adelante hablaremos de ella
- La barra de opacidad, que indicará como de opaca o transparente va a ser esa capa. Por defecto estará siempre al máximo, no dejará ver nada detrás de sus zonas coloreadas.
- La lista de capas con su nombre, vista en miniatura y botón para ocultar o mostrar cada capa (representado por un ojo)
- Los botones para (en este orden) crear una nueva capa, elevarla y bajarla respecto al resto, duplicarla, anclar un objeto a una capa y eliminarla.
Para crear nuevas capas, borrarlas, o generar una copia de una existente basta con utilizar los botones ubicados al efecto. Pero además siempre que se finaliza el trabajo con dos o más capas conviene fusionarlas en una sola para liberar espacio en memoria y ver el resultado final de la imagen plana, tal y como se va a ver cuando se guarde el archivo y se utilice para cualquier fin. Por supuesto el formato .xcf de GIMP permite guardar conservando las capas para seguir trabajando con ellas o modificar la imagen en el futuro, pero no es el más adecuado para guardar la presentación final del archivo, ya que ocupa demasiado (al tener que guardar cada capa con sus características por separado) y no es compatible con ningún otro programa para visualizar imágenes.
Para fusionar una capa con la inmediatamente inferior basta con hacer presionar el botón derecho del ratón sobre ella y seleccionar la orden “combinar hacia abajo”. Un procedimiento mas rápido para unir unas cuantas capas, sin necesidad de hacerlo por parejas, consiste en ocultar las que se quieren dejar por separado, hacer click derecho sobre cualquiera de las que se desean unir y seleccionar “combinar las capas visibles”.
El modo de una capa indica como se comporta frente a las demás. En modo 'normal' simplemente equivale a colocarla encima o debajo del resto, sin aportar mas cambios ni alteraciones en el dibujo. El resto básicamente lo que hacen es transformar los colores del dibujo combinando los de una capa y su inmediata inferior de formas muy variadas, dando lugar a efectos y mezclas que pueden resultar útiles en muchos casos. En el futuro espero que haya una parte del tutorial dedicada específicamente a ello.
Cabe destacar que todas las operaciones referidas en el menú 'capas', así como todos los filtros disponibles en la pestaña del mismo nombre, se aplican exclusivamente a la capa activa, y más concretamente al área seleccionada dentro de la capa que estemos tratando. Esto es muy útil cuando se quiere variar solo una parte del dibujo, o aplicar un efecto a una determinada zona, pero también puede llevar a confusión si en algún momento equivocamos la capa actual, así que conviene asegurarse siempre antes de realizar cualquier cambio.
Respecto a la opacidad de una capa, hemos visto ya una forma de regularla de forma sencilla con la barra dedicada al efecto en la ventana de “capas”, pero así solo puede modificarse la transparencia de la capa de forma homogénea en toda ella. Hay otro método más avanzado que permite aplicar transparencias progresivas en forma de degradado o en una zona concreta de la capa. Para ello hay que hacer click con el botón derecho del ratón sobre la capa en la que se pretenda realizar la operación, y seleccionar añadir máscara de capa. Al hacerlo, aparecerá un nuevo recuadro al lado de la vista en miniatura de dicha capa. Al hacer click sobre él, aunque no notaremos ningún cambio (salvo que su borde en la ventana de capas se pondrá de color blanco) ya podremos colorear la máscara de la capa seleccionada. Deberemos tener en cuenta que el color blanco equivale a opacidad, mientras que el negro es transparencia total. De esta forma, pintando directamente con cualquier brocha o aplicando degradados de cualquier tipo obtendremos efectos muy útiles y visualmente limpios y profesionales. El resto de los colores serán valores intermedios, equivalentes a su homólogo en transparencia al ser transformados a una escala de grises (cuanto mas oscuro, más transparente), así que es inútil usarlos con este fin.
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