Escrito por Cronos el lunes, 1 de octubre de 2007
Anarquía.
Si acudimos al diccionario de la RAE, nos dice que :
anarquía.
(Del gr. ἀναρχία).
1. f. Ausencia de poder público.
2. f. Desconcierto, incoherencia, barullo.
3. f. anarquismo (‖ doctrina política).
No, no voy a criticar el diccionario de la RAE, soy consciente de que los lingüistas son eso, lingüistas, y recogen los usos que habitualmente se le da a la palabra, no únicamente el significado etimológico o purista. De hecho, es curioso observar como ponen como primer significado de la palabra el puramente etimológico, la ausencia de PODER (si, pongo poder en mayúsculas porque es importante entender que es el poder lo que los anarquistas rechazan, nada más, y nada menos), y continúan con el mas “comúnmente aceptado”.
La cuestión es que, a lo largo de los años, el uso interesado de la palabra anarquía como desconcierto, incoherencia, barullo o caos ha dejado un poso evidente. Si hablas de anarquismo político en un foro que no conozca mínimamente las ideas anarquistas, automáticamente verás rostros asustados o paternalistas, y lo que no obtendrás en ningún momento es el mínimo de atención o respeto. Se ha conseguido el efecto deseado: Que se rechace una idea por la manipulación de la palabra que la define.
Lo realmente curioso en ese rechazo sin base es que, por si fuera poco, el rechazador cree tener el argumento genial de una frase para poder refutar una idea que ha sido discutida hasta la saciedad por muchas personas, algunas de ellas de una gran profundidad de pensamiento –a favor y en contra, cuidado- desde su misma existencia, o incluso, do forma indirecta, desde antes. Que es una idea con una base filosófica, y un desarrollo basado en la razón, con motivos y criterios con los que se puede estar de acuerdo o no. Pero no, intentan rebatir todo esto con una sola frase (generalmente muy desafortunada). Claro, hombre, si Bakunin hubiera conocido tu argumento, hubiera dejado de escribir sus libros. Haberle llamado, lo que nos hubiéramos ahorrado.
Me refiero a frases como…
“Es que los anarquistas piensan que todos somos buenos, y no es cierto”. Claro, y resulta que prefieres que alguien organice tu vida y te imponga un modo de vida, aun sabiendo que esa persona puede ser uno de esos que no son “buenos”.
“Yo podría vivir sin que nadie me de ordenes, pero creo que no todo el mundo podría”. Dejando de lado lo prepotente de la afirmación, es curioso ver como se levanta en seguida la barrera entre “yo” y “los demás”. Si tu puedes, ¿porque los demás no? ¿En que eres mejor que ellos para afirmar tal cosa?
“Es que la anarquía sería el caos, ¿Quién iba a decidir por donde conducen los coches?” – lo de los coches es sustituible por cientos o miles de ejemplos típicos, como la electricidad, las infraestructuras, etc… La anarquía significa la ausencia de poder, de imposición. Que no es sinónimo de ausencia de organización. Y es que “organización” y “jerarquia” o “poder” no son sinónimos. Cualquiera que sepa un poco sobre teoría de las organizaciones o de la información asentirá sin duda ante esta afirmación.
En fin, lo que los anarquistas proponen no es ni el caos ni la vuelta a la edad de piedra o a la ley del más fuerte. Lo que los anarquistas proponen es que cada persona sea libre y responsable de si misma y de las consecuencias de sus actos. Que la política sea convertida en ética. Que la fraternidad y la igualdad sean consecuencia de la libertad (consciente y responsable) de cada uno. Que ningún ser humano sea dueño de la vida de otro, o de los recursos que otro necesita para su supervivencia. Que la ambición y el ansia de poder dejen de ser el motor del mundo, para que lo sean la solidaridad y la persecución de la propia felicidad, de la propia realización, en el modo en que cada uno crea mejor. En que nadie te imponga un modo de vida, en que cada uno decida el modo en que desea vivir sin imponérselo a nadie más ni permitir que nadie se lo imponga.
Puede que la propuesta sea más o menos correcta. Por supuesto que se puede estar a favor o en contra, o en algún punto intermedio. Lo que a mis ojos parece obvio es que la anarquía, el anarquismo, tienen poco o nada que ver con lo que la mayoría de la gente cree.
Ah, y por supuesto no se pueden olvidar los “mass media” de todos los colores, que solo sacan algo vinculado con el anarquismo cuando hay violencia de por medio (manifestaciones, desalojos, etc), o cuando algo es lo suficientemente pintoresco como para llamar la atención… y nunca informan de lo positivo que desde la perspectiva de esta idea se hace cada día, ni mucho menos abordan en ningún momento nada con un mínimo de profundidad ideológica. Solo aparecen como “bichos raros y/o violentos”, sin más. ¿Intencionado? No lo se, pero objetivo seguro que no…
Si acudimos al diccionario de la RAE, nos dice que :
anarquía.
(Del gr. ἀναρχία).
1. f. Ausencia de poder público.
2. f. Desconcierto, incoherencia, barullo.
3. f. anarquismo (‖ doctrina política).
No, no voy a criticar el diccionario de la RAE, soy consciente de que los lingüistas son eso, lingüistas, y recogen los usos que habitualmente se le da a la palabra, no únicamente el significado etimológico o purista. De hecho, es curioso observar como ponen como primer significado de la palabra el puramente etimológico, la ausencia de PODER (si, pongo poder en mayúsculas porque es importante entender que es el poder lo que los anarquistas rechazan, nada más, y nada menos), y continúan con el mas “comúnmente aceptado”.
La cuestión es que, a lo largo de los años, el uso interesado de la palabra anarquía como desconcierto, incoherencia, barullo o caos ha dejado un poso evidente. Si hablas de anarquismo político en un foro que no conozca mínimamente las ideas anarquistas, automáticamente verás rostros asustados o paternalistas, y lo que no obtendrás en ningún momento es el mínimo de atención o respeto. Se ha conseguido el efecto deseado: Que se rechace una idea por la manipulación de la palabra que la define.
Lo realmente curioso en ese rechazo sin base es que, por si fuera poco, el rechazador cree tener el argumento genial de una frase para poder refutar una idea que ha sido discutida hasta la saciedad por muchas personas, algunas de ellas de una gran profundidad de pensamiento –a favor y en contra, cuidado- desde su misma existencia, o incluso, do forma indirecta, desde antes. Que es una idea con una base filosófica, y un desarrollo basado en la razón, con motivos y criterios con los que se puede estar de acuerdo o no. Pero no, intentan rebatir todo esto con una sola frase (generalmente muy desafortunada). Claro, hombre, si Bakunin hubiera conocido tu argumento, hubiera dejado de escribir sus libros. Haberle llamado, lo que nos hubiéramos ahorrado.
Me refiero a frases como…
“Es que los anarquistas piensan que todos somos buenos, y no es cierto”. Claro, y resulta que prefieres que alguien organice tu vida y te imponga un modo de vida, aun sabiendo que esa persona puede ser uno de esos que no son “buenos”.
“Yo podría vivir sin que nadie me de ordenes, pero creo que no todo el mundo podría”. Dejando de lado lo prepotente de la afirmación, es curioso ver como se levanta en seguida la barrera entre “yo” y “los demás”. Si tu puedes, ¿porque los demás no? ¿En que eres mejor que ellos para afirmar tal cosa?
“Es que la anarquía sería el caos, ¿Quién iba a decidir por donde conducen los coches?” – lo de los coches es sustituible por cientos o miles de ejemplos típicos, como la electricidad, las infraestructuras, etc… La anarquía significa la ausencia de poder, de imposición. Que no es sinónimo de ausencia de organización. Y es que “organización” y “jerarquia” o “poder” no son sinónimos. Cualquiera que sepa un poco sobre teoría de las organizaciones o de la información asentirá sin duda ante esta afirmación.
En fin, lo que los anarquistas proponen no es ni el caos ni la vuelta a la edad de piedra o a la ley del más fuerte. Lo que los anarquistas proponen es que cada persona sea libre y responsable de si misma y de las consecuencias de sus actos. Que la política sea convertida en ética. Que la fraternidad y la igualdad sean consecuencia de la libertad (consciente y responsable) de cada uno. Que ningún ser humano sea dueño de la vida de otro, o de los recursos que otro necesita para su supervivencia. Que la ambición y el ansia de poder dejen de ser el motor del mundo, para que lo sean la solidaridad y la persecución de la propia felicidad, de la propia realización, en el modo en que cada uno crea mejor. En que nadie te imponga un modo de vida, en que cada uno decida el modo en que desea vivir sin imponérselo a nadie más ni permitir que nadie se lo imponga.
Puede que la propuesta sea más o menos correcta. Por supuesto que se puede estar a favor o en contra, o en algún punto intermedio. Lo que a mis ojos parece obvio es que la anarquía, el anarquismo, tienen poco o nada que ver con lo que la mayoría de la gente cree.
Ah, y por supuesto no se pueden olvidar los “mass media” de todos los colores, que solo sacan algo vinculado con el anarquismo cuando hay violencia de por medio (manifestaciones, desalojos, etc), o cuando algo es lo suficientemente pintoresco como para llamar la atención… y nunca informan de lo positivo que desde la perspectiva de esta idea se hace cada día, ni mucho menos abordan en ningún momento nada con un mínimo de profundidad ideológica. Solo aparecen como “bichos raros y/o violentos”, sin más. ¿Intencionado? No lo se, pero objetivo seguro que no…