Escrito por ObservatoriuLlaboral el martes, 26 xunu de 2007
En Asturias hay gente que cobra bien y no son empresarios. Los trabajadores del sector industrial, por ejemplo, ingresan cada mes 2.008 euros de media, el tercer sueldo más alto de España en lo que a sector secundario se refiere. Pero detrás de esta estadística, está también otra realidad. La de que aquellos que cada día acuden a su puesto de trabajo y por ello solo reciben a final de mes el mínimo legal, una situación que en Asturias presenta una de las proporciones más altas. Concretamente y según datos del ministerio de Trabajo, el año pasado eran 4.400 los asturianos que curraban para ganar el salario mínimo interprofesional (SMI), fijado por entonces en 540,9 euros. Este grupo de asalariados suponen el 1,05% del total de trabajadores, una proporción que solo superan regiones como Extremadura (1,73%) y Canarias (1,07%)
Lo preocupante es que la bonanza económica no está sirviendo para reducir un colectivo que se sitúa en la parte más baja de la pirámide laboral. Entre el 2004 y el 2006, mientras los balances de las empresas daban muestras de dinamismo y ganancias, también crecía, y mucho, la cantidad de empleados relegados al SMI. El aumento, desde los 800 asalariados de hace tres años es nada menos que de un 450%.
Una vez más, la peor parte de este colectivo marginal se lo llevan las mujeres. Ellas firmaron 3.700 de estos contratos. Es decir, por cada hombre que está en el limbo del SMI, hay 4,65 mujeres, lo que supone, con mucho, la proporción más desigual de todo el país. Solo se le acerca Murcia, donde la relación es de cuatro mujeres por cada hombre que cobra ese mínimo que cada año establece el ministerio de Trabajo.
El 2007 comenzó para ellos con un consuelo, que, al igual que el salario, puede resultar mínimo. Y es que el departamento que dirige Rafael Caldera elevó en casi 30 euros la paga por debajo de la cual la ley no permite salarios. El objetivo del gobierno que dirige José Luis Rodríguez Zapatero es concluir la legislatura acercando este umbral hasta los 600 euros al mes.
Lo preocupante es que la bonanza económica no está sirviendo para reducir un colectivo que se sitúa en la parte más baja de la pirámide laboral. Entre el 2004 y el 2006, mientras los balances de las empresas daban muestras de dinamismo y ganancias, también crecía, y mucho, la cantidad de empleados relegados al SMI. El aumento, desde los 800 asalariados de hace tres años es nada menos que de un 450%.
Una vez más, la peor parte de este colectivo marginal se lo llevan las mujeres. Ellas firmaron 3.700 de estos contratos. Es decir, por cada hombre que está en el limbo del SMI, hay 4,65 mujeres, lo que supone, con mucho, la proporción más desigual de todo el país. Solo se le acerca Murcia, donde la relación es de cuatro mujeres por cada hombre que cobra ese mínimo que cada año establece el ministerio de Trabajo.
El 2007 comenzó para ellos con un consuelo, que, al igual que el salario, puede resultar mínimo. Y es que el departamento que dirige Rafael Caldera elevó en casi 30 euros la paga por debajo de la cual la ley no permite salarios. El objetivo del gobierno que dirige José Luis Rodríguez Zapatero es concluir la legislatura acercando este umbral hasta los 600 euros al mes.
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