Escrito por nbethune el domingo, 21 de septiembre de 2008
CORRUPCIÓN, BUROCRACIA, MALA PRAXIS
El diagnóstico de estos tres grandes problemas, que ponen a nuestro sistema público de salud al borde de un "fracaso multiorgánico" difícilmente reversible, no admite discusión. Veamos:
--CORRUPCIÓN.
El llamado caso Antona, que fue gerente en Valladolid del SACYL, es un claro ejemplo de, hasta donde se ha llegado en este aspecto:
Como administrador de un presupuesto público defraudó a la institución, sobrevalorando, entre otros, los costes del material de las prótesis de cadera que se implantaban, sobre todo en el Sagrado Corazón, a través de Quiromedic, empresa intermediaria propiedad del empresario Toval - (accionista principal, a su vez, de Paracelso y, por tanto socio de familiares directos de Antona en esa empresa, en las fechas del fraude): Pagando a precios superiores a los de mercado dichas prótesis, se obtuvieron por su parte unos” beneficios extra” de 1millon de euros .Pero aún mas grave es la forma en que se dió por cerrado el caso, pues a pesar de los hechos demostrados:
1. Antona ha salido impune de toda responsabilidad penal (cuando estos son delitos de fraude y cohecho).
2. Sacyl no puede recuperar el dinero que se le ha robado y que ha tenido que devolver por sentencia judicial, protegiendo los derechos de otros socios de Toval.
3. Antona es relevado en la Gerencia, pero continúa en el Sacyl (en una plaza de Atención Primaria que le han buscado a su medida)
4. El Gabinete Paracelso sigue siendo una empresa de confianza, a la que se derivan multitud de pacientes de las listas de espera, como si no hubiera pasado nada. Incluso, por un” misterio de la ingeniería financiera”, y mediante un galimatías jurídico, dicha clínica - vendida por Toval a la UTE Sanitaria del Hospital Campo Grande-, pasó de ser parte del fraude a formar parte de los “perjudicados” por las prácticas de Toval y Antona (ya que los antiguos socios de Toval en ella, reclaman ante los tribunales y estos les dan, hasta el momento, la razón). Por su parte, las religiosas del Sagrado Corazón “....no sabían nada... de lo que estaba pasando” en el Hospital que regentan y donde se operaba de cadera a destajo.
El diagnóstico de estos tres grandes problemas, que ponen a nuestro sistema público de salud al borde de un "fracaso multiorgánico" difícilmente reversible, no admite discusión. Veamos:
--CORRUPCIÓN.
El llamado caso Antona, que fue gerente en Valladolid del SACYL, es un claro ejemplo de, hasta donde se ha llegado en este aspecto:
Como administrador de un presupuesto público defraudó a la institución, sobrevalorando, entre otros, los costes del material de las prótesis de cadera que se implantaban, sobre todo en el Sagrado Corazón, a través de Quiromedic, empresa intermediaria propiedad del empresario Toval - (accionista principal, a su vez, de Paracelso y, por tanto socio de familiares directos de Antona en esa empresa, en las fechas del fraude): Pagando a precios superiores a los de mercado dichas prótesis, se obtuvieron por su parte unos” beneficios extra” de 1millon de euros .Pero aún mas grave es la forma en que se dió por cerrado el caso, pues a pesar de los hechos demostrados:
1. Antona ha salido impune de toda responsabilidad penal (cuando estos son delitos de fraude y cohecho).
2. Sacyl no puede recuperar el dinero que se le ha robado y que ha tenido que devolver por sentencia judicial, protegiendo los derechos de otros socios de Toval.
3. Antona es relevado en la Gerencia, pero continúa en el Sacyl (en una plaza de Atención Primaria que le han buscado a su medida)
4. El Gabinete Paracelso sigue siendo una empresa de confianza, a la que se derivan multitud de pacientes de las listas de espera, como si no hubiera pasado nada. Incluso, por un” misterio de la ingeniería financiera”, y mediante un galimatías jurídico, dicha clínica - vendida por Toval a la UTE Sanitaria del Hospital Campo Grande-, pasó de ser parte del fraude a formar parte de los “perjudicados” por las prácticas de Toval y Antona (ya que los antiguos socios de Toval en ella, reclaman ante los tribunales y estos les dan, hasta el momento, la razón). Por su parte, las religiosas del Sagrado Corazón “....no sabían nada... de lo que estaba pasando” en el Hospital que regentan y donde se operaba de cadera a destajo.
Todo esto pone de relieve que la corrupción alcanza a las altas esferas judiciales y del ente público Sacyl, en la medida en que este escándalo y su resolución tapan otros de mayor alcance. No es posible entender de otra manera que aquí... “el pastor ponga al lobo a cuidar de su rebaño.”
(SACYL pone el dinero para que la asociación Antona-Toval obtenga pingües beneficios)
Y aun peor es que se hayan puesto los medios para que estas prácticas tengan la mas amplia cobertura legal:
El nuevo ordenamiento sanitario permite la Gestión de los centros sanitarios públicos por entidades de “derecho privado” y así parece que lo harán con el nuevo Gran Hospital de Burgos, siguiendo las experiencias de la CAM (Comunidad Autónoma de Madrid) y de la Comunidad Valenciana.
Y esto a pesar de la fuerte contestación que reciben tanto de los expertos técnicos (porque resulta mucho más caro) como de la población asistida por los Centros asistenciales de este nuevo modelo: ¿Alguna familia trabajadora puede permitirse salir todos los días a comer de restaurante? La del Sacyl sí, en lo que toca a sus gestores, ya que, el despilfarro, cuando se trata de los conciertos con entidades privadas, es de lo más normal, sin que en ningún caso suponga ninguna garantía de calidad, como demuestra el propio caso Antona.
Y hay beneficios, porque se obtienen reduciendo el gasto,
Por un lado, a costa de los salarios de una gran mayoría del personal, y por otro limitando las estancias de los pacientes, derivando a los hospitales públicos las intervenciones más costosas, ahorrando así en los medios diagnósticos o terapeúticos más complejos
Y también, y lo que es más importante, seleccionando riesgos al estilo de las aseguradoras privadas – (como es sabido, un 10% de la población, los mayores y los crónicos, consumen el 90% de los recursos sanitarios, y evitarlos a toda costa es su mayor preocupación, cuando la financiación es por cartilla sanitaria (una cantidad fija). Y cuando el sistema público les paga por actividad (cantidad variable) proceden al revés –incrementando las estancias, y los procedimientos diagnósticos cuanto pueden, como hace la Fundación Jiménez Diaz (vinculada a Apax Partners).
¿Calidad?
Los indicadores básicos de calidad asistencial, como son la mortalidad comparada, el índice de infecciones hospitalarias o las remisiones a otros hospitales, se rehúyen, situación que en la atención primaria toma proporciones de escándalo
¿Despilfarro?:
pues también es compatible con todo lo anterior, para que esta gente se gane su buen dinero ,y tanto en Alzira (Comunidad Valenciana) como en el caso de las fundaciones gallegas, se ha tenido que acudir a las correspondientes Consejerias de Sanidad para rescatarles de la bancarrota financiera
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