Escrito por Cronos el lunes, 9 de febrero de 2009
Pues nada. Resulta que acaban de pararme una maquina por cuestiones tecnicas (ni siquiera a causa del temporal esta vez oye), y estoy en el curro sin saber muy bien que hacer durante unos 20 minutillos, o eso dijeron. Claro, que "20 minutos" cuando se trata de un mantenimiento de una máquina, pueden llegar a durar muchisimo.
Total, que uno se dice... pues estaría bien escribir, que tienes el bló abandonau. Y entonces resulta que... no se sobre que. Vamos, no es que me falten temas sobre los que me apetecería descargar algo de ira argumentada, o cuestiones emocionales más o menos trascendentes sobre las cuales elucubrar. Pero es que no dejarían de ser eso: Elucubraciones.
La cosa es que, una vez superada cierta crisis de la mejor (o casi la unica) forma posible, al menos desde que como tal crisis me la plantee, me veo un poco... un poco... no se que palabra emplear. ¿Aburrido? ¿Hueco? No se, esa sensacion de que uno no tiene demasiadas cosas en las que pensar. A veces, cuando se tiene tendencia a darle demasiada importancia a lo emocional (como es mi caso) las epocas de tranquilidad se vuelven extrañas. Es como si estuvieses acostumbrado a que la vida funcione a 220 y durante una buena temporada, esta se empeñase a furrular a 100, o a 120. No es un sentimiento exactamente negativo, es mas bien algo casi nihilista. No me siento mal, de hecho me encuentro mas bien bien (me cuesta encontrar algo de lo que quejarme mucho, vaya, y eso es toda una novedad) pero tengo la sensacion de que los sentimientos han menguado, de que estan en sequia. No es la primera vez que pasa, y espero que tampoco sea la última. De hecho, escribí algo al respecto hace muchos años, cuando me di cuenta de que había épocas que ya solo podría recordar por momentos, épocas en las que todo era mas nuevo, más intenso. Evidentemente, el que era más nuevo era yo, claro. No se a los demás, y con estas cosas es tan fácil generalizar como equivocarse, pero a mi esto de la edad lo que me produce es un poco esa sensacion. La sensacion de que antes mi alma cabía en una botella, de que estaba apretada, deseando que alguien quitara el tapón para lanzar un chorro a presión hacia fuera, y ahora es una cienaga. Aguas más quietas, casi estancadas, que, a veces, se vuelven malolientes e insalubres.
Solo cuando se vuelven malolientes lo paso mal. El resto del tiempo... digamos que ya me acostumbré, y que hasta me gusta mi cienaga. No "la" cienaga en si, sino el hecho de que lo sea. Lo bueno es que, desde que la cienaga es cienaga, me desestabilizo menos. Lo malo es que no todas las estabilidades, no todos los equilibrios son positivos, y que, generalmente, cuando el agua se pasa demasiado tiempo estancada, acaba por oler mal. Incluso cuando el equilibrio es positivo, el exceso de estabilidad deteriora las cosas. Supongo que sera ley de vida...
Putada: No tengo el poema que quería postear aqui. Lo dejo para un posterior post, o lo añadiré como comentario, o ya vere... Puedo recordar donde lo escribí, puedo recordar porque lo escribí, y, mas o menos, lo que decía. Pero claro, sin la literalidad que reequeriría postearlo aqui... lo dicho, desde casa (alli si tengo copia) lo postearé, por completar.
Mientras tanto, pues todo va bien, o nada va mal, que no es lo mismo, pero se parece. Bueno, la realidad se parece mas al o segundo que a lo primero. Podríamos decir que todo va (que ya es), y nada va mal. Ahora, a ver cuanto tiempo pasa antes de que una nueva tormenta emocional (que es algo que no es necesariamente malo, aunque puede serlo) vuelva a remover -y renovar- las aguas de esta ciénaga...
Añadido, por fin... es de mis primeros poemas que realmente ME GUSTAN. Se admiten críticas, pero intentaré rebatirlas. xDDD
Cienaga.
De nuevo mis pies
metidos en el fango
encontré.
Barro menos profundo
pero ancho como un mundo
y mi alma perdida en él.
Encuentro mi alma como botella vacia,
miro a mi alrededor y se
que la cienaga es obra mía
y que mi alma esta a mis pies.
Me revuelco en el barro
quiero que vuelva a mi ser
mas lo pasado es pasado
y solo recordaré
al que vivia sin fango.
Me levanto,
y descubro
que, al final,
me gusta el barro.
Aunque ahora sea mi mundo.
Total, que uno se dice... pues estaría bien escribir, que tienes el bló abandonau. Y entonces resulta que... no se sobre que. Vamos, no es que me falten temas sobre los que me apetecería descargar algo de ira argumentada, o cuestiones emocionales más o menos trascendentes sobre las cuales elucubrar. Pero es que no dejarían de ser eso: Elucubraciones.
La cosa es que, una vez superada cierta crisis de la mejor (o casi la unica) forma posible, al menos desde que como tal crisis me la plantee, me veo un poco... un poco... no se que palabra emplear. ¿Aburrido? ¿Hueco? No se, esa sensacion de que uno no tiene demasiadas cosas en las que pensar. A veces, cuando se tiene tendencia a darle demasiada importancia a lo emocional (como es mi caso) las epocas de tranquilidad se vuelven extrañas. Es como si estuvieses acostumbrado a que la vida funcione a 220 y durante una buena temporada, esta se empeñase a furrular a 100, o a 120. No es un sentimiento exactamente negativo, es mas bien algo casi nihilista. No me siento mal, de hecho me encuentro mas bien bien (me cuesta encontrar algo de lo que quejarme mucho, vaya, y eso es toda una novedad) pero tengo la sensacion de que los sentimientos han menguado, de que estan en sequia. No es la primera vez que pasa, y espero que tampoco sea la última. De hecho, escribí algo al respecto hace muchos años, cuando me di cuenta de que había épocas que ya solo podría recordar por momentos, épocas en las que todo era mas nuevo, más intenso. Evidentemente, el que era más nuevo era yo, claro. No se a los demás, y con estas cosas es tan fácil generalizar como equivocarse, pero a mi esto de la edad lo que me produce es un poco esa sensacion. La sensacion de que antes mi alma cabía en una botella, de que estaba apretada, deseando que alguien quitara el tapón para lanzar un chorro a presión hacia fuera, y ahora es una cienaga. Aguas más quietas, casi estancadas, que, a veces, se vuelven malolientes e insalubres.
Solo cuando se vuelven malolientes lo paso mal. El resto del tiempo... digamos que ya me acostumbré, y que hasta me gusta mi cienaga. No "la" cienaga en si, sino el hecho de que lo sea. Lo bueno es que, desde que la cienaga es cienaga, me desestabilizo menos. Lo malo es que no todas las estabilidades, no todos los equilibrios son positivos, y que, generalmente, cuando el agua se pasa demasiado tiempo estancada, acaba por oler mal. Incluso cuando el equilibrio es positivo, el exceso de estabilidad deteriora las cosas. Supongo que sera ley de vida...
Putada: No tengo el poema que quería postear aqui. Lo dejo para un posterior post, o lo añadiré como comentario, o ya vere... Puedo recordar donde lo escribí, puedo recordar porque lo escribí, y, mas o menos, lo que decía. Pero claro, sin la literalidad que reequeriría postearlo aqui... lo dicho, desde casa (alli si tengo copia) lo postearé, por completar.
Mientras tanto, pues todo va bien, o nada va mal, que no es lo mismo, pero se parece. Bueno, la realidad se parece mas al o segundo que a lo primero. Podríamos decir que todo va (que ya es), y nada va mal. Ahora, a ver cuanto tiempo pasa antes de que una nueva tormenta emocional (que es algo que no es necesariamente malo, aunque puede serlo) vuelva a remover -y renovar- las aguas de esta ciénaga...
Añadido, por fin... es de mis primeros poemas que realmente ME GUSTAN. Se admiten críticas, pero intentaré rebatirlas. xDDD
Cienaga.
De nuevo mis pies
metidos en el fango
encontré.
Barro menos profundo
pero ancho como un mundo
y mi alma perdida en él.
Encuentro mi alma como botella vacia,
miro a mi alrededor y se
que la cienaga es obra mía
y que mi alma esta a mis pies.
Me revuelco en el barro
quiero que vuelva a mi ser
mas lo pasado es pasado
y solo recordaré
al que vivia sin fango.
Me levanto,
y descubro
que, al final,
me gusta el barro.
Aunque ahora sea mi mundo.
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