Me sonríe la calva.
Pienso en dejar de pensar
En ti
Siento que no puedo sentirte
Y cada vez que lo hago
Las ventanas, y los coches
Me sonríen
Las autopistas, los autobuses,
Me sonríen
Los barrancos y las olas
Me sonríen
Miedo
Al vacío
De nuevo
Miedo a mi absurda soledad
Miedo a mi absurdo miedo
¿cómo quererme si no quiero?
¿cómo dar fe... si yo ya no tengo?
Me sonríen los cuchillos
Las corbatas y el veneno
Me sonríen las alturas y el silencio
¿cuándo acabará este juego?
¿Por qué?, me pregunto
¿Por qué pierdo?
¿Por qué soy el que busco y nunca encuentro?
Mi consejera me dice
Que es lo que merezco
Que es lo que soy, sin remedio.
Que la culpa es de tener sueños
Y yo solo me respondo
¿y que soy yo sin ellos?
Una caja.
Vacíos, silencios
Nada
Sin remedio
Y me sonríe
Me sonríe todo eso
Las venas y los espejos
Los cubatas y los necios
latidos de mi corazón.
Que se pare
Que alguien lo pare, por dios
Me golpea las sienes con sus gritos desgarrados de soledades y versos
Me retumba en los oídos con su blues de nadas y sueños
Me empuja diciéndome que aun no estoy muerto
Aun... eso es lo cierto
Pero los días como hoy
Creo que no me queda tiempo
Y mientras,
Me sonríen la lejía y el benceno,
Y me ponen cara de coctel
sonríe hasta el agujero
De las escaleras de casa
Sonríen las curvas de la calzada
Los puentes, los cementerios
Me sonríen y no puedo
Dejar de sentirme cuerdo
Cuando pienso
En dejar que gane la locura.
Silencios
Soledad y amargura
Recuerdos
Que laten en las alturas
De mi alma sola, atormentada, rota.
Que tengo que echarle huevos
Que tengo que echarle pelotas
Pero ya no puedo
Creer
que volveré a creer de nuevo.

* * *

Espirales.
Hace cinco años que escribi este poema. Y claro, como el hombre es el unico animal que tropieza mil veces con la misma piedra, aqui estamos. Con la calva sonriendome. Menos mal que esta vez durará menos que aquella, seguro. Aunque las condiciones son bastante peores, yo soy y estoy mucho mas fuerte. Lo que me asusta es qué más se va a llevar por delante todo esto. Intento minimizar los daños (aunque por momentos me cuesta). Hay cosas que nunca volverán a ser lo mismo. Tampoco es muy grave, ley de vida. Las cosas nunca son lo que fueron, ni lo que serán. Ni necesariamente mejor, ni necesariamente peor. Sólo distintas. Todo acto, todo suceso, toda decisión, tienen consecuencias, y una parte de ellas, imprevisibles o imprevistas a priori. Es tan absurdo creer que esas consecuencias no van a darse como creer conocerlas todas.

El que no arriesga, no gana. Aunque saberlo no hace que, si pierdes, no duela. Lógico, si no el riesgo no sería tal.

Lo peor es que es muy dificil. Mucho. Si me dejara llevar por el lado oscuro, pensaría que me quieren amargar la vida. Sé que no es así. Generalmente domino al lado oscuro... Todos esos pensamientos cargados de rencor o de odio (de dolor en realidad) que surgen cuando las cosas duelen, normalmente perecen acallados por el yo que yo quiero ser. Y cuando no logro contenerlos... bueno, en esos momentos es mejor no estar cerca de mi.

En fin, que la unica seguridad que tengo en estos momentos es que voy a seguir caminando. Pego uno de mis poemas-fetiche (los que me conoceis/leeis desde hace tiempo seguro que ya lo habreis leido). Espero volver a sentirme asi mas pronto que tarde. Y ruego por que el destino me lo ponga facil...

Cuando amanece.

Hay días que sale sol,
amanece y sonríe, sitiado de azul
días que olvido el dolor
días que estoy aunque no estés tu.

Hay días que al despertar
no me pesan los pesares
y el mundo no es negro, es más,
es del gris de los andares
del que quiere caminar
por los caminos de los mares
por los caminos de la paz.

Y no, no es felicidad,
no es orgullo ni alegría,
es tan sólo dignidad,
es sólo mirar al día
decidido a caminar,
decidido a ver la vida
como viene, así, sin más,
esbozando una sonrisa
como si tuviese un as
bien oculto en la camisa.

Y no, no es no desear
y no es la nada absurda
es el algo de lo que hay
es el todo que me inunda
y que me dice que hay más,
mucho más que mis profundas
heridas aun sin cerrar,
que muchas veces supuran
el hedor de una verdad
que no es cierta, que no es pura
que está manchada de penas
que la disfrazan de injusta.

Como mis penas, mil más
y un millón aun más rotundas
¿quien soy para renunciar?
¿quién para olvidar la lucha?
Tan sólo nos queda avanzar
sin rendirse, con la furia
del que quiere pelear
del que se cree la lechuza
que observa sin actuar
y actúa sin una duda.

Camino, camino, y camino más
y aprendo mientras camino
que solo hay una verdad
y que no hay ningún destino
salvo el camino que va
hasta el fin, desde el principio.

Buscándolo, he visto que esta posteado este mismo enero el solito en un post. Me da igual. Solo demuestra lo que ya dije... poema-fetiche. El dia que lo escribí fue un gran día, y no porque me pasara nada. Solo porque dejó de pasarme algo, o porque fui capaz de superar, aunque fuera un rato, lo que entonces me amargaba...

Ah, y ambos poemas son prácticamente de la misma época. me atrevería a decir que no tenían mas que dos o tres semanas de diferencia entre ellos... Lo averiguare...