Escrito por neotobarra el lunes, 2 de agosto de 2010
Este caso tiene ya unos años y armó cierto revuelo en su momento, como puede deducirse de la inmensa cantidad de noticias que existen en internet sobre el tema a pesar de haber sucedido en el año 2004. En noviembre de ese mes se publicó en la revista Interviú un polémico reportaje sobre el dinero que pagó el banco Citibank a los sindicatos CCOO, UGT y FITC (Federación Independiente de Trabajadores del Crédito) presentes en su empresa, para obtener a cambio colaboración en ciertas negociaciones. Los pagos comenzaron en 1999, cuando se negoció y firmó el primero de cuatro acuerdos entre empresa y sindicatos. Dichos acuerdos suponían, por orden cronológico, lo siguiente:
- Noviembre de 1999: traslado del centro de llamadas telefónicas de Madrid y sus 250 trabajadores a Barcelona, con la negativa de la mayoría de los mismos, que terminaron por abandonar sus puestos de trabajo cobrando las indemnizaciones pactadas por los sindicatos.
- Mayo de 2000: reducción de plantilla de más de doscientas personas, mediante prejubilaciones y bajas incentivadas.
- Noviembre de 2002: reforma del plan de pensiones de los empleados, ahorrándose el banco más de un millón de euros en aportaciones ya comprometidas.
- Julio de 2003: traspaso de activos a una nueva empresa, Citifin, cuyos empleados se rigen por el convenio de entidades financieras y no por el de banca, mucho más favorable para ellos, con el ahorro que ello supone para la empresa y los perjuicios que implica para los trabajadores.
El presidente de Citibank reconoció posteriormente haber pagado más de 650.000 € a CCOO (en concreto a Comfia, su federación en este sector), UGT y FITC, en lo que respecta a los dos primeros acuerdos, y a Comfia y FITC en lo que se refiere a los dos segundos, y afirmó que lo hizo "por el esfuerzo que realizaron durante las negociaciones" que culminaron en dichos acuerdos. UGT no cobró en los dos últimos acuerdos porque la difusión del cobro del dinero correspondiente a los dos primeros generó un pequeño escándalo interno que se saldó con el abandono de varios afiliados de la empresa, que se afiliaron al sindicato CGT formando la sección sindical en la empresa.
También se habló de otros 300.000 € pagados en negro a Comfia y FITC por los dos últimos pactos, aunque finalmente según una sentencia judicial ese dinero estaba en manos del antiguo jefe de relaciones laborales y recursos humanos de la empresa, quien se lo quedó con fines personales y sin conocimiento de sus superiores. Lo que sí se demostró cierto a pesar de que desde Comfia se negaba es que, además de todo ese dineral que sí que se pagó a esas organizaciones sindicales, también se obsequió con cinco ordenadores a Comfia y con el pago de un viaje a Nueva York y entradas para ver un partido de baloncesto en Los Ángeles a varios dirigentes de Comfia y otras federaciones de CCOO.
Es de destacar también la actitud de Comfia ante todo este asunto, defendiendo los acuerdos firmados por considerarlos beneficiosos para los trabajadores de Citibank (algo que tampoco es ninguna novedad); recalcando su inocencia ante las acusaciones de cobro de dinero negro con más tenacidad de la mostrada al justificar los 650.000 € que sí admitieron haber cobrado; tratando de relacionar a la sección sindical de CGT y su representante, crítico con Comfia, con el encargado de personal de Citibank acusado de apropiación indebida de dinero de la empresa; y justificando el cobro de esas inmensas cantidades de dinero, quitándoles importancia y afirmando que eran necesarias para pagar a los abogados y "expertos" cuyo asesoramiento había permitido obtener tan beneficiosos acuerdos. Llegaron a decir incluso que, si no lo hubiera pagado la empresa, ese dinero debiera haber salido del bolsillo de los trabajadores no afiliados a los sindicatos.
CGT, que en los dos últimos pagos también tenía sección sindical en la empresa pero no recibió dinero por su parte, denunció ante la Justicia a Comfia. La sentencia consideró probado que Citibank había pagado esa gran cantidad de dinero a los sindicatos Comfia, UGT y FITC para obtener su colaboración en la firma de los acuerdos, pero no hubo condena porque sobornar a los sindicatos no es un delito castigado por las leyes españolas.
A continuación se expone toda la información que he podido recopilar sobre este caso. En el momento de escribir estas líneas puedo afirmar sin miedo a equivocarme que este es el caso de corrupción sindical sobre el que más información he encontrado, hasta el punto de ser abrumadora y hastiosa. El hecho de que la fuente original en Interviú ya no esté disponible es una muestra de lo importante que es, a la hora de hacerse eco de alguna noticia, copiar la misma en la nueva web por si acaso desapareciera de la antigua. Por ello, y dado que este asunto es ya viejo y las fuentes que he consultado para informarme podrían desaparecer, he optado por copiarlas literalmente sacrificando a cambio la brevedad de la entrada. En este caso, y según la fuente a través de la cual he accedido a esta información, se trata de un reportaje publicado por la revista en su número 1489 en noviembre de 2004, que por suerte también puede encontrarse en otras webs.
Comfia, como de costumbre, defendió los acuerdos y el cobro de estas cantidades en este comunicado:
Es decir, un sindicato defiende el despido de trabajadores y otras medidas contrarias a sus intereses por mantener la viabilidad de la empresa (¿qué fue de aquella vieja tradición sindical de tratar de colectivizar toda empresa con la quiebra a la vista para que sea decisión del trabajador si se toman esas medidas o no? Algunos siguen haciéndolo); presentan los acuerdos tomados como "de los mejores" que han firmado en el sector; utilizan el "no os quejéis, que podría haber sido peor" como argumento al hablar de la posibilidad de la empresa de haber utilizado expedientes de movilidad geográfica forzosos o la pérdida del convenio de banca que aseguran que finalmente no se produjo, como si hubiera que agradecer a la empresa o a ellos que los acuerdos no fueran todavía más perjudiciales; se defienden con la irrelevancia de que son el sindicato más votado, cuando la abstención a las elecciones sindicales suele ser tan alta que pocos las consideran representativas de nada (y de todas formas ya han perdido esa mayoría en Citifin y Citirecovery, como puede verse en la web de la sección sindical de CGT en Citibank); y finalmente se enorgullecen de haber colaborado con medidas que han hecho que la empresa tenga viabilidad... a costa de sus trabajadores. Parece escrito por un empresario, más que por un sindicalista.
Pero además, lo que Comfia no dice es que ese documento que puede verse ahora en su web no mostraba únicamente eso en el momento en que fue publicado. Por suerte, en el foro "A las barricadas" copiaron íntegramente aquella primera versión, en la que también aparece este párrafo:
¿Por qué lo retiraron? Para responder a esta pregunta hay que saber que tanto Interviú como CGT respondieron a este comunicado de Comfia. En el caso de Interviú, hizo públicas las fotografías de las entradas y este texto en respuesta:
La CGT también se hizo eco de esto, copiando dicho artículo de Interviú en su web. Además, también respondieron a este otro texto publicado por Comfia en su web el 16 de noviembre (cinco días después del primero). La web no funciona en el momento de escribir estas líneas, supongo que debido a un fallo temporal. No obstante, gracias a la caché de google puedo copiar el texto que contenía:
Ante estos comunicados tan críticos, CGT publicó estos dos a modo de respuesta:
Finalmente, CGT cumplió su promesa y llevó a juicio a Comfia por el asunto del dinero cobrado y los acuerdos tomados, ya que el juicio anterior en el que todo esto se había destapado públicamente era por otro tema distinto: el robo de dinero del banco por parte de Carlos Orihuel. La sentencia dio la razón a CGT, pero no hubo condena.
Bajo esta situación, Comfia reaccionó una vez más mostrando sólo aquellas partes de la historia que más le convenían:
Es decir, el sindicato recalcó que no había cobrado en negro y se emperró en que los acuerdos por los que recibieron lo que sí admitían haber recibido eran beneficiosos. Sobre el asunto del dinero pagado en negro, merece la pena leer este otro documento de la sección de CGT en Citibank que indica que sí existían ciertas pruebas documentales que indicaban el pago de ese dinero a los sindicatos a pesar de la sentencia judicial:
Y por último, este escrito procedente de la CNT de Cartagena es un interesante repaso de la trayectoria sindical de los dirigentes de Comfia agasajados con viajes y regalos por Citibank:
- Noviembre de 1999: traslado del centro de llamadas telefónicas de Madrid y sus 250 trabajadores a Barcelona, con la negativa de la mayoría de los mismos, que terminaron por abandonar sus puestos de trabajo cobrando las indemnizaciones pactadas por los sindicatos.
- Mayo de 2000: reducción de plantilla de más de doscientas personas, mediante prejubilaciones y bajas incentivadas.
- Noviembre de 2002: reforma del plan de pensiones de los empleados, ahorrándose el banco más de un millón de euros en aportaciones ya comprometidas.
- Julio de 2003: traspaso de activos a una nueva empresa, Citifin, cuyos empleados se rigen por el convenio de entidades financieras y no por el de banca, mucho más favorable para ellos, con el ahorro que ello supone para la empresa y los perjuicios que implica para los trabajadores.
El presidente de Citibank reconoció posteriormente haber pagado más de 650.000 € a CCOO (en concreto a Comfia, su federación en este sector), UGT y FITC, en lo que respecta a los dos primeros acuerdos, y a Comfia y FITC en lo que se refiere a los dos segundos, y afirmó que lo hizo "por el esfuerzo que realizaron durante las negociaciones" que culminaron en dichos acuerdos. UGT no cobró en los dos últimos acuerdos porque la difusión del cobro del dinero correspondiente a los dos primeros generó un pequeño escándalo interno que se saldó con el abandono de varios afiliados de la empresa, que se afiliaron al sindicato CGT formando la sección sindical en la empresa.
También se habló de otros 300.000 € pagados en negro a Comfia y FITC por los dos últimos pactos, aunque finalmente según una sentencia judicial ese dinero estaba en manos del antiguo jefe de relaciones laborales y recursos humanos de la empresa, quien se lo quedó con fines personales y sin conocimiento de sus superiores. Lo que sí se demostró cierto a pesar de que desde Comfia se negaba es que, además de todo ese dineral que sí que se pagó a esas organizaciones sindicales, también se obsequió con cinco ordenadores a Comfia y con el pago de un viaje a Nueva York y entradas para ver un partido de baloncesto en Los Ángeles a varios dirigentes de Comfia y otras federaciones de CCOO.
Es de destacar también la actitud de Comfia ante todo este asunto, defendiendo los acuerdos firmados por considerarlos beneficiosos para los trabajadores de Citibank (algo que tampoco es ninguna novedad); recalcando su inocencia ante las acusaciones de cobro de dinero negro con más tenacidad de la mostrada al justificar los 650.000 € que sí admitieron haber cobrado; tratando de relacionar a la sección sindical de CGT y su representante, crítico con Comfia, con el encargado de personal de Citibank acusado de apropiación indebida de dinero de la empresa; y justificando el cobro de esas inmensas cantidades de dinero, quitándoles importancia y afirmando que eran necesarias para pagar a los abogados y "expertos" cuyo asesoramiento había permitido obtener tan beneficiosos acuerdos. Llegaron a decir incluso que, si no lo hubiera pagado la empresa, ese dinero debiera haber salido del bolsillo de los trabajadores no afiliados a los sindicatos.
CGT, que en los dos últimos pagos también tenía sección sindical en la empresa pero no recibió dinero por su parte, denunció ante la Justicia a Comfia. La sentencia consideró probado que Citibank había pagado esa gran cantidad de dinero a los sindicatos Comfia, UGT y FITC para obtener su colaboración en la firma de los acuerdos, pero no hubo condena porque sobornar a los sindicatos no es un delito castigado por las leyes españolas.
A continuación se expone toda la información que he podido recopilar sobre este caso. En el momento de escribir estas líneas puedo afirmar sin miedo a equivocarme que este es el caso de corrupción sindical sobre el que más información he encontrado, hasta el punto de ser abrumadora y hastiosa. El hecho de que la fuente original en Interviú ya no esté disponible es una muestra de lo importante que es, a la hora de hacerse eco de alguna noticia, copiar la misma en la nueva web por si acaso desapareciera de la antigua. Por ello, y dado que este asunto es ya viejo y las fuentes que he consultado para informarme podrían desaparecer, he optado por copiarlas literalmente sacrificando a cambio la brevedad de la entrada. En este caso, y según la fuente a través de la cual he accedido a esta información, se trata de un reportaje publicado por la revista en su número 1489 en noviembre de 2004, que por suerte también puede encontrarse en otras webs.
SINDICATOS 'VENDIDOS' AL CAPITAL
Citibank ha reconocido en un juzgado el pago de más de seiscientos cincuenta mil euros a los sindicatos Comisiones Obreras, UGT y FITC por "el esfuerzo que realizaron" durante las negociaciones de cuatro acuerdos laborales. Ese esfuerzo se concretó en cientos de bajas y en pérdida de derechos adquiridos por los trabajadores. CCOO resta importancia al cobro de dinero y dice que es "práctica habitual" que las empresas asuman las minutas de sus abogados y expertos.
Los sindicatos mantienen que su misión es defender a los trabajadores, pero hay prácticas que cuestionan seriamente esta declaración de intenciones. Una de las más escandalosas se ha producido durante los últimos años en Citibank España, entidad financiera que ha pagado un mínimo de seiscientos cincuenta mil euros euros a Comisiones Obreras, UGT y FITC (Federación Independiente de Trabajadores del Crédito) a cambio de su colaboración para cerrar cuatro negociaciones laborales. Estos acuerdos supusieron una importante reducción de la plantilla y eliminaron derechos adquiridos de los empleados.
Los hechos son investigados por el Juzgado de lo Social Número 35 de Madrid, como parte de un pleito entre el banco y un ex ejecutivo del mismo. "Pagar a los sindicatos por su trabajo es una práctica habitual de mercado", confesó el presidente de Citibank España, Sergio de Horna, durante la vista oral celebrada el pasado 29 de octubre.
Citibank opera en el mercado español desde 1983 y es una filial de banca de consumo de Citigroup, la principal compañía de servicios financieros del mundo. El pago a los sindicatos se inició hace cinco años, cuando la empresa decidió trasladar desde Madrid a Barcelona el centro de servicio de llamadas telefónicas. El acuerdo afectaba a cerca de doscientos cincuenta trabajadores y la mayoría se negó al cambio por los graves inconvenientes que les suponía cambiar de ciudad, de forma que optaron por dejar su empleo y aceptar las indemnizaciones previstas en el pacto con el banco, que fue suscrito el 25 de noviembre de 1999 por CCOO, UGT y FITC.
Durante la negociación, Citibank España ordenó pagar 234.000 euros (treinta y nueve millones de pesetas) a los tres sindicatos. Este dinero no se ingresó directamente en las cuentas de las centrales, sino que se abonó por medio del prestigioso bufete de abogados Baker & McKenzie. Entre la documentación aportada por las partes al Juzgado de lo Social figuran varias cartas de Baker & Mckenzie a Citibank, fechadas en los primeros meses de 2000, en las que se explica que la facturación mensual del bufete incluye los "pagos a terceros".
Estos hechos eran conocidos por los responsables de la entidad financiera en Estados Unidos, ya que fueron informados por Juan Carlos Sancho, director financiero de Citibank España. La Unidad de Riesgos del banco, con sede en Nueva York, preguntó a la filial española por diversos aspectos del acuerdo de traslado a Barcelona y Sancho les respondió a través de un correo electrónico: "Los honorarios de los abogados fueron por el asesoramiento legal prestado en el proceso de negociación y por los procedimientos legales mantenidos ante las autoridades laborales, al efecto de cerrar los casos uno a uno. Ello también incluye los honorarios de los sindicatos, pagados a través de los abogados (39 MM pesetas)", se indica en el correo firmado por Juan Carlos Sancho y enviado el 27 de julio de 2000.
El segundo acuerdo entre Citibank y los sindicatos, firmado el 30 de mayo de 2000, supuso una reducción de plantilla de más de doscientas personas mediante un plan de prejubilaciones y bajas incentivadas. El banco entregó otros doscientos treinta y cuatro mil euros a las centrales, de nuevo a través de Baker & Mckenzie. La cantidad total se fraccionó en tres entregas, facturadas a Citibank por el bufete de abogados durante los meses de mayo, junio y julio de 2000.
La existencia de pagos por medio de Baker & Mckenzie fue admitida por Citibank durante la vista judicial. Sergio de Horna, presidente del banco desde marzo de 2002 y máximo responsable de los servicios jurídicos cuando se produjeron dichas entregas de dinero, declaró que "inicialmente se hicieron pagos a Baker y desde ahí se podía pagar a los sindicatos por el trabajo que estaban haciendo".
El presidente de Citibank era entonces Charles del Porto, ahora jubilado y que no compareció en el juicio. Sergio de Horna explicó que, desde que él asumió la presidencia, se dejó de utilizar al bufete de abogados para abonar dinero a las centrales: "Durante mi mandato, todos los pagos están perfectamente facturados y abonados directamente en cuentas de los sindicatos. En ningún momento se realizaron pagos irregulares".
Sergio de Horna se refería a otros dos acuerdos alcanzados bajo su presidencia con los sindicatos, en noviembre de 2002 y julio de 2003. En el primer caso se reformó el plan de pensiones para los empleados de la entidad, de forma que el banco se ahorró más de un millón de euros en aportaciones ya comprometidas. En el segundo caso, las centrales aceptaron el traspaso de activos desde Citibank a una nueva empresa denominada Citifin, lo que garantiza ahorro de costes en el futuro: todos los empleados que entren en Citifin estarán regulados por el convenio de entidades financieras, que es mucho menos favorable para los trabajadores que el de banca que rige en Citibank.
En relación a estos dos acuerdos existe una discrepancia sobre las cantidades abonadas por Citibank. Sergio de Horna admitió el pago de ciento cuarenta y tres mil doscientos noventa euros a CCOO y de cuarenta y un mil ochocientos veintinueve euros a FITC por ambas negociaciones. Es decir, que el banco habría abonado noventa y dos mil cuatrocientos catorce euros por cada uno de los dos acuerdos. Estas cifras plantean una pregunta: si en los pactos alcanzados en 1999 y 2000 los "honorarios sindicales" se cifraron en doscientos treinta y cuatro mil euros cada uno, ¿por qué en los años 2002 y 2003 se reduce a tan sólo noventa y dos mil cuatrocientos catorce euros?
En el juicio se escucharon dos versiones diferentes. El ex ejecutivo del banco aseguró que la cifra realmente pagada fue similar en todos los casos, pero que en 2002 y 2003 una parte se abonó en dinero negro. En concreto, indicó que él mismo había entregado 144.242 euros a CCOO y 125.490 euros a FITC, siguiendo las instrucciones de sus superiores. Esta versión la rechaza tajantemente Sergio de Horna, quien insistió en que jamás se había pagado en dinero negro. Eso sí, el presidente de Citibank no supo explicar a qué se debía la diferencia: "No soy consciente de por qué se pagó ahora menos que en 2000", contestó durante el interrogatorio.
De acuerdo con la versión de la entidad financiera, el antiguo ejecutivo se quedó con ese dinero y, al ser descubierto, se inventó como coartada que lo había entregado a los sindicatos. En caso de que finalmente se probasen las entregas de dinero negro, Citibank habría entregado en total novecientos veinticinco mil euros, en vez de los seiscientos cincuenta mil reconocidos oficialmente.
El juez encargado del caso requirió a las centrales para que indicasen qué cantidades habían recibido de Citibank entre 2000 y 2003. Comisiones Obreras admitió sólo el cobro de ciento cuarenta y tres mil doscientos noventa euros y, de hecho, presentó una certificación en la que indica que cobró en concepto de "asesoramiento". FITC admitió el cobro de cuarenta y un mil ochocientos veintinueve euros. Estas cifras se corresponden en ambos casos con las recibidas oficialmente por los acuerdos firmados en 2002 y 2003.
Los sindicatos no mencionan los cobros del año 2000, quizá acogiéndose a la literalidad de la pregunta, ya que el pago no lo realizó directamente Citibank sino Baker & McKenzie. En todo caso, los pagos de 2000 fueron admitidos por la entidad financiera.
UGT deja de cobrar
En las dos negociaciones cerradas en 2002 y 2003, UGT no percibió ninguna cantidad. La principal razón es que, dentro de UGT, se había producido un importante conflicto tras conocerse internamente la existencia de cobros por los dos primeros acuerdos.
En varias reuniones de la sección sindical de UGT en Citibank, celebradas durante el año 2001, se comentó que el sindicato había recibido cuarenta y ocho mil euros (ocho millones de pesetas) por el pacto sobre bajas incentivadas alcanzado en 2000 y que el secretario general de la Federación de Servicios de Madrid, José Miguel Villa, había "recibido un favor" del banco. En concreto, su ex mujer entró en la plantilla de Citibank el 6 de febrero de 2001.
Buena parte de los delegados de UGT en Citibank abandonaron el sindicato en mayo de 2002 y se fueron a la CGT (Confederación General del Trabajo). Teo Ortiz, uno de los sindicalistas que abandonó UGT, explicó durante el juicio que "José Miguel Villa admitió durante una conversación conmigo que habían recibido el dinero y aseguró que Comisiones Obreras estaba cobrando más que UGT". Todos estos hechos llevaron a los responsables de Citibank a pensar que UGT no era un sindicato tan fiable como CCOO al menos a la hora de mantener la confidencialidad sobre los pagos.
Durante la vista judicial, Sergio de Horna intentó justificar los pagos de los años 2002 y 2003 con dos argumentos: que "son prácticas habituales del mercado" y que las centrales "estaban realizando esfuerzos muy grandes". Sin embargo, no supo contestar a la siguiente pregunta que le planteó el abogado de la acusación: "Si había cinco sindicatos con representación, ¿por qué se pagó sólo a CCOO y FITC? ¿Es que los demás sindicatos no realizaban esfuerzos?". Además de las centrales que cobraron, existían en ese momento en Citibank secciones sindicales de UGT, de CGT y del sindicato nacionalista gallego CIG.
El dirigente de Comisiones Obreras Francisco Baquero señaló a Interviú que los pagos recibidos correspondían en todos los casos a la labor de asesoramiento practicada por el sindicato: "Nuestros abogados y expertos han dedicado muchas horas a cada negociación. Es práctica habitual preguntar en asamblea a los trabajadores no afiliados si quieren asumir ellos las minutas o si prefieren que pague la empresa". Respecto al hecho de que los primeros abonos se realizaran por medio de Baker & McKenzie, Baquero contestó lo siguiente: "Todos los pagos están facturados con IVA y reflejados en nuestro balance".
Ordenadores y entradas
Las prácticas de Citibank para tener contentos a los sindicatos no se limitaron al pago en metálico. Sergio de Horna confesó durante el juicio otros favores realizados a Comisiones Obreras y, en concreto, a los máximos responsables de la Federación de Servicios Financieros y Administrativos (Comfia).
El presidente de Citibank explicó que habían regalado varios ordenadores a CCOO, que es el sindicato mayoritario en el banco. Al menos fueron cinco los ordenadores pagados por Citibank, en dos facturas abonadas en 2000 y 2003, por un importe de tres mil cuatrocientos catorce y de cuatro mil ochocientos noventa y tres euros, respectivamente.
Sergio de Horna también recordó que Citibank había pagado "algún viaje a Los Ángeles, al parecer para un asunto relacionado con actividades del sindicato [CCOO] en Estados Unidos". En realidad, el presidente del banco estaba mezclando en su declaración dos asuntos diferentes. En octubre de 2000, Citibank financió un viaje de una semana a Estados Unidos a tres dirigentes de Comisiones Obreras: María Jesús Paredes, máxima responsable en asuntos bancarios de CCOO en su calidad de secretaria general de Comfia; su marido, Francisco Baquero, que también es dirigente de Comfia, y Francisco López, secretario general de la Federación de Banca de Madrid.
Los tres se alojaron en el Hotel Hilton de Nueva York, desde el 21 hasta el 24 de octubre. Al día siguiente se trasladaron a San Antonio (Texas), donde hicieron una visita al call-center de Citibank en dicha ciudad y que sirvió como disculpa para justificar el viaje. El banco pagó todos los gastos de los tres sindicalistas (viajes, comidas, taxis), tanto durante los días de Nueva York como durante la estancia en San Antonio. El "incentivo a los sindicatos", como denominan a este tipo de regalos en Citibank, le costó al banco unos doce mil euros. En ese viaje no se realizó ninguna visita a Los Ángeles, ciudad mencionada por De Horna en el juicio.
El asunto de Los Ángeles es otro. El banco le compró a María Jesús Paredes y a su marido seis entradas para ver un partido del equipo de baloncesto de Los Angeles Lakers, que se disputó el 28 de diciembre de 2003. Las entradas, en una zona privilegiada del pabellón, le costaron a Citibank tres mil doscientos treinta y tres dólares. En esa ocasión, el viaje a Estados Unidos lo abonó de su propio bolsillo el matrimonio de sindicalistas.
En declaraciones a esta revista, Francisco Baquero señaló que el viaje del año 2000 fue "institucional. Visitamos la sede del banco en Nueva York y las instalaciones de Texas. Este tipo de viajes institucionales se hacen muy a menudo". En cuanto al regalo de los ordenadores, dijo que "desconocía el asunto, aunque es verdad que las empresas nos suelen proveer de material para la actividad sindical". Por último, admitió que el banco le había comprado las entradas para ver a Los Lakers: "Tenía un hijo estudiando en Estados Unidos. Intenté adquirir las entradas por internet, pero después del 11-S no vendían al extranjero. Así que le pedí a Citibank que me hiciera la reserva y luego se las pagué". Preguntado si tenía alguna factura para demostrar que las había pagado, Baquero admitió que no. Y respecto a la excusa del 11-S, hay que indicar que las entradas se compraron por internet desde un despacho de Citibank en La Moraleja.
Comfia, como de costumbre, defendió los acuerdos y el cobro de estas cantidades en este comunicado:
CITIBANK ESPAÑA: SOBRE LO PUBLICADO POR LA REVISTA INTERVIU
El pasado mes de junio fue despedido Carlos Orihuel, antiguo responsable de Relaciones Laborales de Citibank España; el motivo fundamental esgrimido por el Banco fue la apropiación indebida durante el último año de, como mínimo, unos 85 millones de las antiguas pesetas. La coartada defendida por el imputado fue que esos fondos habían sido pagos en "negro" a los Sindicatos. El pasado día 29 de octubre y tras dos aplazamientos se celebró la vista por el despido en los Juzgados de lo Social de Madrid, encontrándose este asunto pendiente de sentencia.
En el juicio quedó demostrada la operativa que el citado personaje utilizaba para apropiarse indebidamente de importantes sumas de dinero: Aperturó junto a un sobrino suyo una cuenta en una entidad financiera a la que trasvasaba dinero procedente de los fondos presupuestarios de su departamento para, posteriormente, transferir esas cantidades a su cuenta personal en Citibank en la que efectuaba los pagos de sus facturas personales.
Al juicio asistió para su defensa con tres testigos: su propio sobrino, un prejubilado de su departamento que acreditó la existencia de un contrato blindado en el que se le conceden las mismas garantías que a un delegado sindical y una indemnización de tres meses por año trabajado sin límite de años, el tercer testigo fue Teo Ortiz, secretario de la sección sindical de la CGT en el Banco.
CRONOLOGÍA DE LA ACCIÓN SINDICAL EN CITIBANK ESPAÑA.
En el año 1997 llega a la Presidencia de Citibank España Charles del Porto con el encargo de la matriz estadounidense de remontar como máximo en dos años la situación de pérdidas recurrentes de la entidad en ejercicios anteriores. Para ello se le dan dos años de plazo, en caso de que no lo consiga la matriz tiene tomada la decisión de salir de nuestro país. En el año 1998 las pérdidas del ejercicio alcanzan la cuantía de más de 10 millones de euros pero la situación en 1999 se hace insostenible al triplicarse esta cifra e incurrir en un resultado negativo de más de 34 millones de euros. Es en noviembre de ese año cuando realizamos el primer acuerdo con el Banco de los cinco que, entre los años 1999 y 2004 han permitido reestructurar la actividad del banco y conseguir beneficios durante tres años consecutivos aunque en 2003 se ha vuelto a producir un resultado negativo.
Los acuerdos cuyos textos están a disposición de todo el que quiera leerlos en nuestra página web se cuentan entre los mejores que hemos firmado en el sector y todos ellos recogen condiciones muy superiores a las establecidas legalmente.
El primer doble acuerdo de noviembre de 1999 versa sobre las condiciones de traslado a Barcelona de trabajadores de Citibank, Citirecovery y de Citiconsulting. Se trata de un acuerdo de traslados voluntarios que recoge, entre otras condiciones, el pago de los gastos de traslado en avión, ayuda de vivienda de 125.000 pts brutas mensuales durante los tres primeros años y una cantidad lineal de 400.000 pts en pago único y de indemnizaciones para quienes no se trasladaran de una media de 90 días en el caso de los trabajadores adscritos al convenio de banca y de 73 días más dos complementos que situaban la indemnización media en 175 días para los adscritos al convenio de oficinas y despachos de Madrid. Del colectivo afectado por el traslado y adscrito al convenio de banca, diecisiete trabajadores optaron por mantenerse en la plantilla de Citibank España y fueron recolocados en otros departamentos no afectados por el traslado. Si el banco hubiera optado por la vía del expediente de movilidad geográfica forzosa la indemnización máxima hubiera sido de 20 días.
Tras ese acuerdo se firma otro en el mes de mayo de 2000 de prejubilaciones voluntarias a partir de los 54 años con el 100% del salario de convenio y con una revisión anual acumulativa del 2% anual hasta los 60 años y bajas incentivadas también voluntarias cuyas condiciones son las mismas que las del acuerdo anterior. En este acuerdo, el banco se compromete a exteriorizar los compromisos por pensiones e incorporar a los trabajadores ingresados a partir de marzo del 80 garantizándoles una aportación mínima anual a su fondo de pensiones de 40.000 pts. brutas anuales. El banco renuncia en el acuerdo, hasta junio de 2002, a utilizar su potestad legal para realizar despidos individuales o colectivos de carácter objetivo (por causas organizativas, tecnológicas o de la producción -art. 51 y 52 del Estatuto de los Trabajadores).
En este contexto se produce, en octubre de 2000, el viaje a la sede corporativa del banco en Nueva York y a San Antonio (Texas) donde el banco mantiene un centro de banca telefónica para todo el continente que queremos sea el modelo del centro de Barcelona para dar servicio al sur de Europa. El viaje tiene dos objetivos: asegurar la continuidad del banco en España y conseguir la mayor carga de trabajo para el centro de Barcelona.
El banco sigue en España y el centro de Barcelona ha más que duplicado su plantilla desde que fue inaugurado. En este centro trabajan en la actualidad 835 trabajadores de los cuales el 65% son mujeres y el 70% menores de 30 años. Desde el centro se presta servicio en diez idiomas a 40 países de Europa, América Latina y Asia.
El acuerdo de externalización derivado del acuerdo de 1999/2000 se firma a finales de 2002, el 11 de noviembre, un mes antes de la celebración de las últimas elecciones sindicales sectoriales en las que COMFIA-CCOO ratificó su puesto de primer Sindicato en la Entidad. El acuerdo establece para los trabajadores ingresados con anterioridad al año 80 un fondo de pensiones de prestación definida con lo que el compromiso derivado del convenio de banca permanece inalterado y se crea un fondo de aportación definida para los ingresados con posterioridad a ese año que, hasta ese momento, carecían de derecho a ningún complemento de jubilación. La cantidad anual pactada es de 530 euros a partir del propio año 2000 y revalorizable con los incrementos de convenio, cantidad muy superior a la inicialmente comprometida por el banco de 40.000 pts.
El siguiente acuerdo es de fecha julio de 2003 y establece las condiciones laborales de incorporación de los trabajadores de CITIBANK ESPAÑA a la financiera del Grupo, CITIFIN, como consecuencia de la directriz de Citibank a nivel mundial de segregar las actividades de préstamos e hipotecas de sus filiales en todo el mundo. El banco pretende en un primer momento aplicar el artículo 44 del Estatuto de los Trabajadores sobre sucesión de empresas de forma que los trabajadores de CITIBANK afectados habrían sido trasladados a CITIFIN con el convenio de financieras y las condiciones específicas de esa empresa perdiendo su vinculación con el convenio de banca.
El citado acuerdo garantiza que los trabajadores cedidos a CITIFIN mantienen las condiciones del convenio de banca presentes y futuras y aquellas mejoras específicas de CITIBANK presentes y futuras. En el acuerdo, CITIFIN renuncia a la utilización de los procedimientos individuales o colectivos de despido objetivo y se da garantía de retorno al banco en los supuestos de suspensión de pagos o quiebra o disolución de la sociedad.
EL COBRO DE SERVICIOS.
Las negociaciones desarrolladas en el Banco han durado meses y en ella han participado economistas, abogados, actuarios y otros especialistas del Sindicato que reciben su remuneración de las cuotas de los afiliados al mismo. Los acuerdos son de aplicación a todos los trabajadores aunque no estén afiliados. Para nosotros es obvio que los no afiliados que se van a ver favorecidos por los acuerdos que negociamos y firmamos deben colaborar en el sostenimiento de las tareas de asesoría. Quién paga la minuta correspondiente al asesoramiento de los no afiliados (la empresa o los propios afectados) es decidido por ellos mismos.
En algunos casos, infrecuentes bien es cierto, los afectados contratan los servicios de algún bufete al que pagan los gastos correspondientes pero lo habitual es que deleguen en los especialistas de los sindicatos su asesoramiento legal, en ese caso intentamos que sean las empresas las que abonen estas minutas y ese es el caso de CITIBANK ESPAÑA. Las minutas cobradas se ajustan a los criterios de facturación de los colegios profesionales y a una evaluación, a posteriori obviamente, de la carga de trabajo aportada. Todas las cantidades cobradas están justificadas con su correspondiente factura con IVA, ingresadas en nuestras cuentas, integradas en nuestro balance y sometidas a auditoría externa.
EL SINDICATO COMFIA-CCOO EN CITIBANK.
Considerando el periodo 1998-2002 que es el comprendido entre los dos últimos procesos electorales sectoriales y periodo en el que se han celebrado algunos de los acuerdos comentados la afiliación en el banco se ha incrementado en un 14% y nuestra representatividad electoral ha pasado de un 38% a un 42%.
El Sindicato está orgulloso de estos acuerdos que se cuentan entre los mejores del sector como hemos demostrado en esta nota. Seguiremos comprometidos como siempre con la defensa de los trabajadores del sector y demostraremos este compromiso con hechos incontrovertibles que pasan por la defensa de las condiciones de trabajo y, sobre todo, de los empleos a través de compromisos razonables entre nuestros derechos como trabajadores y la necesidad de que, a este fin, las empresas tengan viabilidad.
Es decir, un sindicato defiende el despido de trabajadores y otras medidas contrarias a sus intereses por mantener la viabilidad de la empresa (¿qué fue de aquella vieja tradición sindical de tratar de colectivizar toda empresa con la quiebra a la vista para que sea decisión del trabajador si se toman esas medidas o no? Algunos siguen haciéndolo); presentan los acuerdos tomados como "de los mejores" que han firmado en el sector; utilizan el "no os quejéis, que podría haber sido peor" como argumento al hablar de la posibilidad de la empresa de haber utilizado expedientes de movilidad geográfica forzosos o la pérdida del convenio de banca que aseguran que finalmente no se produjo, como si hubiera que agradecer a la empresa o a ellos que los acuerdos no fueran todavía más perjudiciales; se defienden con la irrelevancia de que son el sindicato más votado, cuando la abstención a las elecciones sindicales suele ser tan alta que pocos las consideran representativas de nada (y de todas formas ya han perdido esa mayoría en Citifin y Citirecovery, como puede verse en la web de la sección sindical de CGT en Citibank); y finalmente se enorgullecen de haber colaborado con medidas que han hecho que la empresa tenga viabilidad... a costa de sus trabajadores. Parece escrito por un empresario, más que por un sindicalista.
Pero además, lo que Comfia no dice es que ese documento que puede verse ahora en su web no mostraba únicamente eso en el momento en que fue publicado. Por suerte, en el foro "A las barricadas" copiaron íntegramente aquella primera versión, en la que también aparece este párrafo:
SOBRE OTRAS AFIRMACIONES EFECTUADAS EN EL ARTÍCULO PUBLICADO HOY POR LA REVISTA INTERVIÚ.
Sobre el tema de los ordenadores: En todas las empresas, éstas proporcionan los medios para el desarrollo de la actividad sindical desde locales y mobiliario hasta ordenadores, aparatos de fax, teléfonos, etc. Es un derecho ganado a pulso desde hace muchos años al que no pensamos renunciar.
Sobre el tema de las entradas para los Lakers: es radicalmente falso lo afirmado en la revista.
El texto del artículo está en manos de nuestros abogados y la decisión de emprender dichas acciones se tomará atendiendo a consideraciones jurídico-políticas y de acuerdo con la Confederación con la que estamos en permanente contacto.
¿Por qué lo retiraron? Para responder a esta pregunta hay que saber que tanto Interviú como CGT respondieron a este comunicado de Comfia. En el caso de Interviú, hizo públicas las fotografías de las entradas y este texto en respuesta:
DIRIGENTES DE CCOO ENGAÑAN A SUS AFILIADOS
Comisiones Obreras difundió la semana pasada un comunicado interno, a través de la página web de la federación de Banca, en el que admite que cobró importantes cantidades de Citibank por su trabajo de asesoramiento para cerrar cuatro acuerdos laborales. Como desveló interviú, el banco pagó un mínimo de 650.000 euros a CCOO. UGT y FIIC. Dichos acuerdos se concretaron en cientos de bajas y en perdida de derechos adquiridos por los trabajadores, aunque CCOO defiende que fueron muy positivos porque impidieron que Citibank abandonase España. El sindicato admite que el banco también les regaló ordenadores, pero afirma que "es radicalmente falso lo afirmado en la revista" sobre las seis entradas para ver un partido de baloncesto de los Angeles Lakers que Citibank compró para el matrimonio formado por María Jesús Paredes y Francisco Baquero, máximos dirigentes de Banca en CCOO. Los documentos que se reproducen en esta página demuestran que lo afirmado por interviú es cierto. Un ejecutivo de Citibank las compró a la empresa Anyticket, que se dedica a revender entradas de abonados que no quieren asistir a un partido, y el coste total ascendió a 3.168 dólares. En los tiquets figura como precio 87,5 dólares (que es el pagado inicialmente por el abonado), pero al adquirirlos en la reventa y con dos meses de antelación, cada uno costó 480 dólares. El entonces ejecutivo de Citibank mantiene que las entradas fueron un regalo. Baquero dice que las pagó, pero no tiene ninguna factura para demostrar su versión.
La CGT también se hizo eco de esto, copiando dicho artículo de Interviú en su web. Además, también respondieron a este otro texto publicado por Comfia en su web el 16 de noviembre (cinco días después del primero). La web no funciona en el momento de escribir estas líneas, supongo que debido a un fallo temporal. No obstante, gracias a la caché de google puedo copiar el texto que contenía:
LA JUSTICIA COMIENZA A HABLAR
Desde hace ya muchos meses venimos sufriendo continuos ataques por parte de la sección sindical de CGT en CITIBANK ESPAÑA. Los “datos” y “argumentos” para estos ataques, archiconocidos por los trabajadores de CITIBANK ESPAÑA, los viene proporcionando Carlos Orihuel Prieto, antiguo responsable de Relaciones Laborales del Banco, procesado por apropiación indebida y falsificación. La cooperación entre Carlos Orihuel y la antes mencionada sección sindical aún no ha concluido. Sus esfuerzos por conseguir forzar una solución extrajudicial al despido y a la querella criminal y para obtener un rédito que nos resistimos a denominar sindical son tan inmorales como inútiles.
Exigimos que sea la Justicia quién hable y la Justicia habla a través de las sentencias, no a través de injuriosos panfletos; y lo hará basándose en pruebas, no en calumnias y con las garantías procesales que proporciona el Estado de Derecho.
De momento quién ha hablado ha sido el Juzgado de lo Social encargado de dirimir sobre el despido de Carlos Orihuel Prieto. En la sentencia el Magistrado dice: “no consta acreditado en modo alguno que el fin último del dinero fuera a parar a grupos sindicales” para afirmar a continuación: “el demandante montó un hábil procedimiento defraudatorio para su lucro personal mediante una c/c puente traspasando fondos de las demandadas a través de supuestos servicios facturados que posteriormente diluía a c/c bien personales o de familiares”.
Todos los datos y pruebas que hemos obtenido y, sin duda, seguiremos obteniendo, serán puestos en conocimiento y al servicio de esa justicia en la que confiamos. Renunciamos a utilizarlos para alimentar pretendidas polémicas que sólo interesan a quienes quieren evadirse de la acción de la justicia. [...]
Ante estos comunicados tan críticos, CGT publicó estos dos a modo de respuesta:
LA DIRECCIÓN DE CITIBANK CONFIRMA SUS PREFERENCIAS SINDICALES, Y TRATA DE IMPEDIR QUE CGT SE COMUNIQUE CON LOS TRABAJADORES
En fecha 08-11-2004 la Revista Interviú ha publicado un extenso y muy preciso reportaje sobre los pagos realizados por Citibank a CC.OO., UGT y FITC de más de 650.000 Euros (108 MM de pts.) con motivo de la negociación de cuatro acuerdos laborales. Estos pagos ya han sido reconocidos ciertos tanto por el Presidente de Citibank, Sr. De Horna, como por el primero de los citados sindicatos, que los consideran como “prácticas habituales”. Cuando ellos lo dicen será verdad que son habituales, pero... ¿no deberían dar los nombres de esas empresas y que lo conozcan sus trabajadores? Si no lo hacen, una de dos, o es que una vez más mienten a los trabajadores de Citibank, o es que no tienen narices para nombrarlas.
Para esta Sección Sindical de CGT lo publicado no constituye ninguna sorpresa, por cuanto fuimos los primeros en denunciar públicamente tales hechos, y para no ser cómplices de estos comportamientos hace ya más de dos años y medio que abandonamos la UGT, fundando la CGT en Citibank.
En nuestra opinión, todavía falta mucho por salir a la luz pública, aunque no va a tardar en conocerse otros muchos extremos que son muy graves. En la seguridad de ese convencimiento vamos a esperar (brevemente) para exponer nuestra visión de todo asunto, así como nuestra actuación decidida al respecto. No obstante queremos poner de manifiesto la diferencia de trato que otorga Citibank a sus sindicatos “contratados”, y a la CGT. Respecto a lo publicado por Interviú, la Dirección de Citibank ha permitido que CC.OO. difunda una tendenciosa, por parcial, nota de respuesta a ese artículo, utilizando para ello el correo electrónico interno de la empresa en fecha 11.11.2004.
En cambio a CGT, que viene denunciando abiertamente esos comportamientos totalmente impresentables, Citibank pretende que no pueda difundir su opinión, ni que contacte con sus afiliados y demás trabajadores para ponerles al corriente de lo que conocemos.
Hasta la fecha, la Dirección ha negado a CGT el uso del correo electrónico interno para contactar con cualquier trabajador de la empresa, exigiendo para su uso que previamente renunciemos a la garantía sindical que nos proporciona la ley.
Ahora ha dado un paso más y ha bloqueado la dirección de nuestro e-mail privado externo, para que ningún trabajador de Citibank pueda recibir nuestra información. Evidentemente, la Dirección de Citibank trata de impedir que se conozcan sus chanchullos con los sindicatos a los que paga, y que perjudican a los trabajadores. Pero no lo va a conseguir. Se les olvida que ya no es como antes, AHORA HAY PAPELES, muchos papeles que demuestran lo que realmente ha ocurrido. Y más cosas.
Y como hemos venido demostrando la Sección Sindical de CGT en Citibank no se vende, ni participa en ninguna “práctica habitual” que pueda perjudicar mínimamente a los trabajadores.
HECHOS PROBADOS: CITIBANK PAGA A “SUS” SINDICATOS
Tras la sentencia del despido de Carlos Orihuel, anterior director de Relaciones Laborales de Citibank, CC.OO. trata de vincular a esta Sección Sindical de CGT con ese exdirectivo, aún sabiendo que es un tema ajeno, que no nos atañe. Las siglas de CGT no aparecen por ningún lado en ese pronunciamiento judicial. ¿Qué pretende con ello CC.OO.?. Muy sencillo, desviar malintencionadamente la atención de los trabajadores y que no se hable de lo que se han llevado de Citibank determinados sindicatos por la negociación de Acuerdos Laborales, en los que se han aceptado traslados, reducido el empleo, perdido derechos, y abaratado salarios.
[...] ¿Qué ha pasado con los Acuerdos que firmaron con la Dirección de Citibank?
1. Acuerdo de traslado a Barcelona de 25.11.1999 (Suscrito por Empresa, CCOO, UGT y FITC): Acuerdo de traslado de Servicios Centrales de Madrid a Barcelona, que finalmente se convierte en traspaso. Se extinguen 122 puestos de trabajo de banca en Madrid, que cuando llegan a Barcelona se convierten en puestos de Oficinas y Despachos en otra filial que el Banco crea allí. Es una reestructuración encubierta, que los sindicatos firmantes NO denunciaron y consienten.
2. Acuerdo de reestructuración de 30.05.2000 (Suscrito por Empresa, CCOO, UGT y FITC): Acuerdo que en materia de bajas incentivadas, la empresa actuó con mucha agresividad y no respetó la voluntariedad, imponiendo traslados a larga distancia y dejando a otros trabajadores sin ocupación efectiva para forzar su salida del banco.
3. Acuerdo sobre pensiones de 11.11.2002 (Suscrito por Empresa, CCOO, UGT y FITC): No se aplica lo dispuesto en el Acuerdo de 30.05.00 en su apartado nº 5, Compromisos por Pensiones, que establecía que los empleados ingresados con posterioridad a Marzo-80 percibirían un mínimo de 40.000 pts. brutas anuales durante la vigencia efectiva de su contrato de trabajo. Al suprimir con este nuevo acuerdo la retroactividad que recogía el anterior, el banco se ahorra de pagar 185.921.747,- Pts., siendo perjudicados 684 empleados. Por otra parte, se establece que los trabajadores que han abandonado el banco antes de esta fecha no tienen derecho a los fondos de pensiones establecidos en el Convenio Colectivo, derecho que también otorgaba el referido Acuerdo de 30.05.00, y que han perdido al haber retrasado la Empresa su externalización sin justificación alguna durante dos años y medio. Esto perjudicó a más de 100 trabajadores con antigüedad anterior a Marzo-80 que habían causado baja en ese periodo, y que tenían interpuestas demandas contra Citibank en reclamación de sus derechos por un valor aproximado de 1.300.000.000 Pts.
4. Acuerdo de traspaso a Citifin de 29.07.2003 (Suscrito por Empresa, CCOO, UGT y FITC): Acuerdo sin precedentes en todo el sector, por el cual se traspasa a una filial no bancaria a 200 trabajadores y al que se llevan el 80% del negocio, dejando el banco prácticamente vacío de contenido. Era tan "bueno" que CC.OO. pretendía que sus delegados afectados quedasen excluidos del traspaso, cosa que finalmente no consiguió. En una encuesta efectuada por CGT en la que participaron más de 100 trabajadores afectados (época vacacional), el 99% de los encuestados rechazaron este traspaso. Al traspasar su actividad a una financiera, el banco reduce significativamente sus futuros costes salariales y elude las restricciones de jornada y horarios del convenio de banca.
Como puede apreciarse, Citibank ha pagado a “sus sindicatos”, estos le han firmado acuerdos que le han proporcionado unos beneficios incalculablemente mayores, y los trabajadores han resultado gravemente perjudicados en muchos aspectos.
A la vista de estos comportamientos, y dado que hemos vivido y padecido estas actuaciones, esta SECCIÓN SINDICAL DE CGT, que en los últimos meses ha permanecido prudentemente a la expectativa, HA TOMADO LA FIRME RESOLUCIÓN DE ACUDIR A LOS TRIBUNALES PARA QUE SE RESTITUYAN LOS DERECHOS PERDIDOS POR LA FIRMA DE ESTOS ACUERDOS.
[...] no estamos de acuerdo con la actuación de determinados dirigentes federativos suyos, que nos dan asco por su actuación en Citibank de cobrar dinero y paralelamente permitir el incumplimiento de acuerdos y firmar otros perjudiciales para los trabajadores de este banco. Esta reprobación la extendemos a sus delegados en la Empresa, que sabiéndolo lo consienten, dando cobertura a esos comportamientos y convirtiéndose en COMPLICES de ello. Estos impresentables han demostrado que solamente les preocupa su propia seguridad en el empleo. Siempre tratan de justificar su negativa a cualquier movilización, a pesar de que en Citibank, sobre una plantilla aproximada de 1.000 trabajadores, y tras una muy agresiva reestructuración, en los cinco últimos años han causado baja 879, siendo estos puestos de trabajo amortizados, externalizados, o sustituidos por otros más baratos.
[...] Por último, dado que no nos gusta escondernos tras unas hojas de papel, retamos a todo aquél (Empresa, Federaciones de sindicatos, Secciones Sindicales, o trabajadores) que tache de falso lo que aquí decimos, a mantener con nosotros un debate público sobre estos hechos en presencia de la plantilla de Citibank y de los medios de comunicación que deseen comparecer.
Finalmente, CGT cumplió su promesa y llevó a juicio a Comfia por el asunto del dinero cobrado y los acuerdos tomados, ya que el juicio anterior en el que todo esto se había destapado públicamente era por otro tema distinto: el robo de dinero del banco por parte de Carlos Orihuel. La sentencia dio la razón a CGT, pero no hubo condena.
CITIBANK ABONÓ 650.000 EUROS A LOS SINDICATOS CC OO, UGT Y FITC PARA OBTENER SU COLABORACIÓN EN DIFERENTES ACUERDOS LABORALES
Así lo reconoce un auto de la Audiencia Provincial de Madrid del 19 de julio de este año. Sin embargo, este tribunal dictó el sobreseimiento de los hechos, que habían sido denunciados por CGT, al no ser delito las gratificaciones de empresas a sindicatos según el Código Penal. El dinero se abonaba a través del bufete Baker & McKenzie para poder camuflar los pagos a los sindicatos. Citibank pagó en 2003 a dirigentes de CC OO en la empresa con viajes y entradas para ver a Los Angeles Lakers.
La Audiencia Provincial de Madrid ha puesto punto final a la querella criminal que CGT había interpuesto contra altos cargos de Citibank y varios dirigentes de CC OO, UGT y la Federación Independiente de Trabajadores del Crédito (FITC). El auto, dictado el 19 julio de 2006, estima probado que los sindicatos cobraron 650.000 euros y recibieron regalos de lujo a cambio de su colaboración para firmar cuatro acuerdos laborales. El tribunal archiva la causa “no por falta de acreditación de los hechos denunciados, sino por ser los hechos atípicos”. Es decir, exculpa a esos directivos y dirigentes sindicales al considerar que lo ocurrido no está tipificado como delito en el Código Penal. [...]
Bajo esta situación, Comfia reaccionó una vez más mostrando sólo aquellas partes de la historia que más le convenían:
EL EX-JEFE DE RELACIONES LABORALES EN CITIBANK ES CONDENADO POR APROPIACIÓN INDEBIDA DE 475.000€
En noviembre de 2004 y más recientemente en 2007, el periodista Manuel Rico publicó en diversos medios de comunicación (Interviú en la primera ocasión, complementada con una incisiva columna de Antonio San José; y el diario Público en la segunda) varias crónicas de “periodismo de investigación” denunciando que el sindicato CCOO, entre otros, “vendió” a los trabajadores de Citibank, firmando acuerdos perjudiciales para los mismos.
La “información” atacaba directamente a la estructura del sindicato, incluyendo al entonces Secretario General José María Fidalgo y a la Secretaria General del sector (COMFIA-CCOO) María Jesús Paredes. Como evidencia adjuntaba facturas emitidas por los sindicatos, y el testimonio de un “honrado” sindicalista de CGT, Teógenes Ortíz. Sobre el despido de un alto ejecutivo en Citibank, del que se derivaba toda “revelación”, se pasaba de puntillas.
Por supuesto, se prescindía del análisis de los acuerdos que “reducían” derechos, y que, en realidad, lejos de suponer menoscabo alguno (en dicho sentido el juzgado de instrucción número 11 de Madrid dictó el sobreimiento de la causa), en los casos de despidos, fijaban indemnizaciones que han supuesto un tope máximo en el sector. En caso de traspaso de personal garantizaban la continuidad y prevalencia de los derechos más favorables e incluía procedimiento de retorno al banco en caso de cese de la empresa de destino. En cuanto a los planes de pensiones, los acuerdos eran guiados por el mismo espíritu, garantista para las condiciones del personal transferido, así como fijaba la incorporación de las futuras contrataciones. Pero todo esto carece de relevancia.
Está igualmente carente de interés alguno, por no ser merecedora de la atención ni del Sr. Rico ni del Sr. San José, el contenido de la sentencia 67/09 dictada por Audiencia provincial de Madrid que condena al antiguo jefe de relaciones laborales (Citibank) y recursos humanos (Citifin), Carlos Orihuel, a cinco años de prisión por apropiación indebida de 475.000€, cantidad que, más intereses, debe de ser reintegrada.
La sentencia considera probado que este dinero, que supuestamente compraba sindicalistas, tuvo una vida más tranquila que el complicado tráfico fiduciario que el ejecutivo aseguraba que seguía el dinero antes de llegar a los responsables de finanzas de los sindicatos (que asombrosamente, se apresuraban a emitir factura). El ajetreo, en realidad, se limitaba a las propias manos, bolsillos y cuentas corrientes del acusado.
El resto de elementos contenidos en la sentencia es digno del mejor de los sainetes. Personajes que entran y salen de la acción justificando su previa confianza en el acusado, firmas supuestas o reales en contratos y documentos de todo tipo, tráfico de influencias concluyentes en el enchufe de un sobrino, facturas por servicios no prestados, otras por servicios prestados por una abogada algo peculiar (no estaba licenciada en derecho), pruebas “definitivas” de medio folio y con una sola letra manuscrita, obstaculización a los mecanismos de control amenazando con llamar a la policía, el testimonio del mencionado Teógenes desestimado por basarse en “entendidos” y “suposiciones”, sobornos de “efectos retroactivos”; para que no falte de nada hasta encontramos una madrastra en medio del meollo.
El proceso para apropiarse del dinero no era un intrincado proceso producto de una brillante mente criminal, sino bastante simple. El Sr. Orihuel aprovechó su nivel jerárquico para aprobar pagos y desviar fondos a sus cuentas, presentando facturas para el pago a “terceros” que en realidad había elaborado el mismo.
No es de esperar que haya una rectificación de las organizaciones, como CGT, que para evitar el debate puramente sindical sabiendo que tenían poco que hacer, no dudaron en utilizar este caso como herramienta de desgaste de CCOO, de sus representantes y sus dirigentes; como prescindiremos también de calificar de forma alegre y gratuita el tipo de periodismo que firma este tipo de contenidos sin el más mínimo contraste.
Podríamos ufanarnos en el relato de los hechos y en las acciones de estos personajes si no hubieran supuesto años de difamación de personas con una irreprochable trayectoria sindical, y una fuente de prejuicios y deslegitimación que han dificultado la acción de COMFIA-CCOO en el grupo. Vaya desde aquí nuestro reconocimiento a todas ellas, y al trabajo que han realizado durante años.
Es decir, el sindicato recalcó que no había cobrado en negro y se emperró en que los acuerdos por los que recibieron lo que sí admitían haber recibido eran beneficiosos. Sobre el asunto del dinero pagado en negro, merece la pena leer este otro documento de la sección de CGT en Citibank que indica que sí existían ciertas pruebas documentales que indicaban el pago de ese dinero a los sindicatos a pesar de la sentencia judicial:
COMISIONES... UN NOMBRE QUE LE ES MUY APROPIADO
Hace pocos días CCOO nos acusaba de apoyar a delincuentes, implicándonos en su conflicto con el exdirector de Relaciones Laborales, relativo a pagos ocultos en la negociación de acuerdos laborales en el Grupo Citibank. En relación a este asunto, creemos necesario efectuar importantes consideraciones.
En primer lugar, y ante todo, siempre hemos dejado muy claro que no respaldamos ninguna actuación ni de directivos, ni de sindicalistas, que suponga un fraude a los trabajadores en las relaciones laborales. De hecho, cuando supimos que CCOO, UGT y FITC recibían altas sumas de dinero y otros favores del banco por firmar acuerdos que suponían cientos de despidos y pérdida de derechos, denunciamos la situación y abandonamos esos sindicatos para fundar la CGT en Citibank.
Por tanto, nuestra intervención en ese contencioso entre el exdirectivo, la empresa y “sus” sindicatos, se limita a comparecer como testigos ante citación judicial, en un conflicto que nos es ajeno. Y la razón de que se nos requiera es muy sencilla. Por mucho que la Audiencia Provincial diga que nuestro conocimiento de los hechos es por referencia, lo cierto es que es directo y muy preciso, toda vez que nuestro sindicato ya interpuso en 2005 una querella criminal por estos hechos, aportando nada menos que 53 documentos (informes departamentales, facturas, cheques, certificados, correspondencia, actas, etc.) en los que quedaba demostrada la corrupción sindical en Citibank. Aunque la Audiencia Provincial consideró acreditados los hechos que denunciamos, no quiso condenar a los responsables del banco ni de esos sindicatos, alegando que tal comportamiento no está tipificado como delito en el Código Penal.
Ahora, todos los que intervinieron en esas negociaciones andan en pleitos judiciales en relación con el destino de esos fondos. CCOO, el sindicato más implicado en todo este asunto, intenta aprovechar el momentáneo pronunciamiento judicial en relación con los pagos tipo B (en negro) para dar a entender que tampoco ha cobrado por ninguna otra vía.
La Revista Interviú, en su número 1489, ya publicó un amplio reportaje dando cuenta de todos esos pagos. Lo tenéis a vuestra disposición en nuestra web. Para conocimiento de todos, pasamos a recordar brevemente lo que se han llevado, que pretenden olvidar.
En relación con los acuerdos de reestructuración de plantilla de 1999 y 2000, los sindicatos CCOO, UGT y FITC, cobraron el equivalente a 543.795,75 Euros, según certificaciones emitidas por el propio banco ante los tribunales de justicia. Estas cantidades las recibieron a través del bufete Baker&Mckenzie. ¿Por qué no las facturaron directamente al banco? ¿Es que pretendían ocultarlas?
Pero además:
- Cinco delegados de CCOO y FITC fueron indemnizados con más de 130 días por año de servicio.
- Viajes Neptuno emitió una factura a cargo de Citibank por 27.799,38 euros, por viaje de dirigentes de CCOO a Estados Unidos. Que nieguen si el alojamiento no fue en el lujosísimo Hotel Hilton, y si tuvieron hasta servicio privado de limusina.
- Dirigentes de CCOO recibieron modernos ordenadores personales por valor de 4.893,89 euros que fueron abonados por Citibank.
- Dirigentes de CCOO recibieron entradas para asistir a un partido de Los Angeles Lakers, por las que Citibank pagó 3.233,00 dólares USA.
No obstante el gran número de despidos en virtud de los acuerdos firmados, Citibank contrató a la mujer del Secretario General de Banca de UGT. Más descarado aún, la Secretaria de CCOO en Citiconsulting, que negoció el cierre de esa filial, tras cobrar la indemnización fue recontratada para la plantilla del banco, y pocos años después fue prejubilada preferentemente. ¿Cómo hemos de considerar estas “compensaciones” que ocultaron a la plantilla? ¿De tipo A, o de tipo B?
En relación con los acuerdos laborales sobre pensiones de 2002, y de traspaso obligatorio a Citifin de 2003, CCOO y FITC percibieron otros 185.119,67 euros. Por otra parte, delegados de CCOO y UGT incluidos en el traspaso fueron prejubilados preferentemente a su edad, incluso alguno fue ascendido antes de ello.
Además, respecto a los fondos de tipo B, hay expedidos los siguientes certificados:
- De CC.OO., firmado por Francisco López (Secr.Comfia-Madrid), de haber recibido 144.242,90 Euros.
- De FITC, firmado por Santiago Barriocanal (Secr.Gral.), de haber recibido 125.491,00 Euros.
En ambos consta que reciben el dinero a través de la intermediación personal del exdirectivo imputado.
A pesar de ello, estos dirigentes sindicales han declarado judicialmente que no cobraron esos fondos, y que firmaron los documentos creyendo que se lo pedía el presidente de Citibank. Vamos, que nos tenemos que creer que cualquiera firma un documento reconociendo haber recibido ciento de miles de euros sin ser cierto. Lo pida quien lo pida. ¿Lo firmarías tú que estás leyendo esta circular? Pues la Audiencia Provincial sí lo ha creído y ha condenado al ex directivo.
En esos mismos años en Alemania, en el caso de los sobornos a sindicalistas en la empresa Volkswagen, también fue condenado el jefe de personal. Se beneficia la empresa y se benefician los sindicatos, a costa de los trabajadores. Cuando les descubren, el que resulta culpable es “el que lleva el maletín”.
Con todo, lo más lamentable es la explicación que ha aceptado Audiencia Provincial para justificar los pagos millonarios a los sindicatos por parte de la empresa: “...se trataba de pagos por asesoramiento, dietas y otros gastos que generaban las negociaciones de los convenios (acuerdos) y que de no ser sufragados por la empresa deberían haber sido abonados por los trabajadores no asociados a los sindicatos ya que se negociaban convenios que afectaban a trabajadores afiliados y no afiliados …”. En otras palabras, los sindicatos firman para que nos despidan, y encima les tenemos que pagar por ello. Y la empresa es tan buena que les paga por nosotros. Con lo fácil que es que vengan a pedírnoslo personalmente... si es que tienen valor para ello. [...]
Y por último, este escrito procedente de la CNT de Cartagena es un interesante repaso de la trayectoria sindical de los dirigentes de Comfia agasajados con viajes y regalos por Citibank:
EL ENRIQUECIMIENTO DE "SINDICALISTAS" DE CCOO AFINES AL PP Y EL CASO CITIBANK
Trabajar como sindicalista y amasar un importante patrimonio inmobiliario no son circunstancias incompatibles. Así lo demuestra al menos la trayectoria de María Jesús Paredes, máxima responsable de Banca de Comisiones Obreras y una de las personas de absoluta confianza del líder del sindicato, José María Fidalgo.
De acuerdo con los datos de diversos registros de la propiedad, Paredes y su pareja son dueños de un chalé en una urbanización de lujo de Madrid, una vivienda en uno de los barrios más caros de la capital, un piso en la sierra madrileña, una vivienda unifamiliar adosada en Manilva (Málaga) y dos apartamentos en Denia (Alicante). El valor de mercado de estos bienes supera actualmente los dos millones de euros.
María Jesús Paredes es secretaria general de Comfia, la federación de servicios financieros y administrativos de CCOO. Ocupa este cargo desde el año 1987. Su pareja, Francisco Baquero, también es miembro de la Ejecutiva de Comfia. Ambos son empleados del BSCH, aunque llevan décadas trabajando como liberados sindicales. Es decir, su sueldo lo paga el banco y ellos trabajan en Comisiones.
De acuerdo con información interna del BSCH, Paredes y Baquero tienen categoría de administrativos de nivel 8 y una antigüedad superior a los 30 años. Según el convenio colectivo del banco, un empleado en dicha situación debería cobrar de sueldo alrededor de 35.000 euros brutos al año. Fuentes de Comisiones Obreras explicaron a este diario que el sindicato también paga una dieta mensual a algunos de sus cargos ejecutivos, que como media se sitúa en los 600 euros. Como secretaria general de Comfia, Paredes debería cobrar dicha cantidad.
La mayor parte de las compras de la pareja se produjeron en un periodo reducido de tiempo: entre el 16 de diciembre de 1999 y el 28 de julio de 2005. En esos cinco años y medio, Baquero y Noriega adquirieron la vivienda de Manilva, un piso en el centro de Madrid, otro en la sierra madrileña y los dos apartamentos en Denia. Además, en diciembre de 2004, suscribieron una hipoteca garantizada con el chalé que tienen en una lujosa urbanización de Pozuelo de alarcón (Madrid).
Como resultado de todas estas operaciones, en el verano de 2005, Paredes y Baquero tenían vivos tres préstamos hipotecarios por un importe que superaba los 600.000 euros. Según los datos de los registros de propiedad, las tres hipotecas siguen vigentes en la actualidad. Este diario intentó, sin éxito, conocer la versión de la pareja sobre el origen de su Patrimonio.
María Jesús Paredes anunció el pasado lunes su intención de dimitir como secretaria general de Comfia a finales del próximo mes de diciembre, un año antes de que finalice su mandato.