Escrito por na el miércoles, 10 de diciembre de 2014
He nacido para comprender al ser humano.
Mi ego me dice que tengo esa potencialidad.
Y tengo la sensación de llevar muchas vidas buscando en caminos equivocados.
Me equivoco al tratar de conceptualizar al ser desde la política, la religión, la filosofía, la psicología...
Todos esos interesantísimos campos, me alejan de mi objetivo.
Dicen mucho del ser en la jaula, pero del ser a secas, a ciencia cierta, na de na.
Lo que mi ego calla es que boicotea todos mis intentos de comprender al ser humano que soy.
Y lo hace proyectando mis mierdas en el universo entero.
Es una puta locura, lo sé.
Pero a grosso modo así funciona mi desquiciante mente desquiciada.
Y no funciona así por accidente o casualidad.
Es el resultado del historico y globalizado cultura Vs natura.
Por eso, para mi, encontrar una manera de hacer terapia que actua prescindiendo de la cháchara mental, es un regalo tan grande, que no puede ser solo para mi.
No puede ser sólo para quien lo paga.
La terapia craneosacral me resulta fascinante, porque pone al cerebro en su sitio.
Porque no se pierde en "abstracciones psicológicas".
Opera a nivel perceptivo y energético.
En mi opinión, con los pies en el suelo.
Es la pieza que me faltaba para comprender que es el mismo territorio con otro mapa.
Con otras palabras... desde otros caminos... llegan a sitios demasiado parecidos.
No puede ser casualidad
Ya no hay casi que valga.
Y me doy cuenta que hablar de terapia, es hablar de muchas cosas. Es hablar de salud. Y es hablar de ser humano.
Y en función de como los conceptualicemos, cambia la terapia, cambia la salud y cambia el ser humano.
Literalmente.
Por ejemplo, la salud para una cognitivista poco tiene que ver con la salud para una reichiana. Ambas son psicólogas y cuesta creer que tengan el mismo objeto de estudio. Ahora bien, independientemente de los conceptos y teorías que manejen, todavía podemos percibir la salud directamente, sin pasar por los modelos del mundo que el resto de egos desquiciados en teoria proponen y en la practica imponen.
Por eso es importante conservar el contacto con la fuente.
Siempre.
Y eso conlleva, ineludiblemente, ir hacia dentro. Limpiar la antena.
Para mi la terapia es el proceso de cambio que trata de reparar la brecha entre natura y sociedad. Un intento de recuperar la salud entendida como equilibrio que el sistema patriarcal ha despedazado al reducirnos a partes sin todo.
Despues de mucho rumiar, me decanto por el enfoque craneosacral porque trabaja con información sensorial.
Accesible por los sentidos.
Percibimos el mundo en función de como lo entendemos. Javier Malonda en su blog habla mucho y muy bueno de esto.
Cambiando la forma de entender, cambia la forma de percibir y al hacerlo, cambia el mundo, desde dentro.
Académicamente a este enfoque no se llega por la vía de la psicología, sino de la osteopatía.
Esto para mi es importante.
Implica volver a empezar, otra vez.
Y es una vergüenza que en este país la osteopatía académica este reservada a fisioterapia.
Bueno, es una vergüenza tantas cosas del sistema educativo y del sistema en general que mejor no digo na.
Pero no me entra en la cabeza que el enfoque craneosacral sea asumido como una especialidad cuando parte de preceptos revolucionarios en todos los campos que estudian la vida.
Es el ariete del cambio de paradigma en el que estoy inmersa.
Sí, otra vez.
Mi ego me dice que tengo esa potencialidad.
Y tengo la sensación de llevar muchas vidas buscando en caminos equivocados.
Me equivoco al tratar de conceptualizar al ser desde la política, la religión, la filosofía, la psicología...
Todos esos interesantísimos campos, me alejan de mi objetivo.
Dicen mucho del ser en la jaula, pero del ser a secas, a ciencia cierta, na de na.
Lo que mi ego calla es que boicotea todos mis intentos de comprender al ser humano que soy.
Y lo hace proyectando mis mierdas en el universo entero.
Es una puta locura, lo sé.
Pero a grosso modo así funciona mi desquiciante mente desquiciada.
Y no funciona así por accidente o casualidad.
Es el resultado del historico y globalizado cultura Vs natura.
Por eso, para mi, encontrar una manera de hacer terapia que actua prescindiendo de la cháchara mental, es un regalo tan grande, que no puede ser solo para mi.
No puede ser sólo para quien lo paga.
La terapia craneosacral me resulta fascinante, porque pone al cerebro en su sitio.
Porque no se pierde en "abstracciones psicológicas".
Opera a nivel perceptivo y energético.
En mi opinión, con los pies en el suelo.
Es la pieza que me faltaba para comprender que es el mismo territorio con otro mapa.
Con otras palabras... desde otros caminos... llegan a sitios demasiado parecidos.
No puede ser casualidad
Ya no hay casi que valga.
Y me doy cuenta que hablar de terapia, es hablar de muchas cosas. Es hablar de salud. Y es hablar de ser humano.
Y en función de como los conceptualicemos, cambia la terapia, cambia la salud y cambia el ser humano.
Literalmente.
Por ejemplo, la salud para una cognitivista poco tiene que ver con la salud para una reichiana. Ambas son psicólogas y cuesta creer que tengan el mismo objeto de estudio. Ahora bien, independientemente de los conceptos y teorías que manejen, todavía podemos percibir la salud directamente, sin pasar por los modelos del mundo que el resto de egos desquiciados en teoria proponen y en la practica imponen.
Por eso es importante conservar el contacto con la fuente.
Siempre.
Y eso conlleva, ineludiblemente, ir hacia dentro. Limpiar la antena.
Para mi la terapia es el proceso de cambio que trata de reparar la brecha entre natura y sociedad. Un intento de recuperar la salud entendida como equilibrio que el sistema patriarcal ha despedazado al reducirnos a partes sin todo.
Despues de mucho rumiar, me decanto por el enfoque craneosacral porque trabaja con información sensorial.
Accesible por los sentidos.
Percibimos el mundo en función de como lo entendemos. Javier Malonda en su blog habla mucho y muy bueno de esto.
Cambiando la forma de entender, cambia la forma de percibir y al hacerlo, cambia el mundo, desde dentro.
Académicamente a este enfoque no se llega por la vía de la psicología, sino de la osteopatía.
Esto para mi es importante.
Implica volver a empezar, otra vez.
Y es una vergüenza que en este país la osteopatía académica este reservada a fisioterapia.
Bueno, es una vergüenza tantas cosas del sistema educativo y del sistema en general que mejor no digo na.
Pero no me entra en la cabeza que el enfoque craneosacral sea asumido como una especialidad cuando parte de preceptos revolucionarios en todos los campos que estudian la vida.
Es el ariete del cambio de paradigma en el que estoy inmersa.
Sí, otra vez.
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