Escrito por na el lunes, 28 de noviembre de 2016
El placer, en mi opinión y en mi vivencia, es un concepto que activa la conciencia del ser.
Integra y vertebra el ser que soy y al cuestionarlo lo fortalezco.
Cuestionar el placer fortalece la conciencia del ser.
Fortalece la escucha y el contacto con el ser que soy.
Favorece el recuerdo, la aceptación, la conexión con el ser que somos.
Preguntarse por las similitudes y las diferencias entre lo que percibo y lo que el concepto me cuenta, las discrepancias entre lo que contamos y hacemos, amplia el espectro de nuestra conciencia.
Ser consciente del significado del placer humano, implica incorporar varios planos simultáneos:
Placer corporal.
En palabras de Wilhem Reich es la expansión orgánica a nivel celular, biológico. En el ser humano, está regulado por el sistema nervioso vegetativo.
En palabras de Emilio Carrillo el cuerpo es el más sabio porque evolutivamente tiene más tiempo.
Placer emocional.
Está regulado por el sistema límbico. Tiene que ver con los afectos, con los vínculos. Requiere cierta especialización en el sistema nervioso a nivel de memoria y aprendizaje.
Placer mental.
Localizado en la corteza cerebral. Es el placer intelectual relacionado con el sistema de creencias que el grupo y el individuo aceptan/rechazan. Implica la activación de los procesos cognitivos superiores, requiere abstracción, análisis, razón...
Algunas personas piensas que evolutivamente, este nivel de conciencia ha sido el último en aparecer.
Placer espiritual.
La consciencia de este placer ha sido descrita por varios seres humanos a lo largo de la historia.
La sutil diferencia es que percatarse va más allá de la consciencia de una persona concreta por mucho que cree escuela.
Darse cuenta a nivel social de la existencia de este concepto de placer implica dejar atrás las jerarquías y abordar la consciencia de la trascendencia del ser desde la horizontalidad. Y es una consciencia tan nueva que algunas no se han enterado que existe. Todavía.
Localizado en la luz coherente, en la vibración de la energía que me envuelve por dentro y por fuera. Es el placer del "desarrollo evolutivo en consciencia".
Integra y vertebra el ser que soy y al cuestionarlo lo fortalezco.
Cuestionar el placer fortalece la conciencia del ser.
Fortalece la escucha y el contacto con el ser que soy.
Favorece el recuerdo, la aceptación, la conexión con el ser que somos.
Preguntarse por las similitudes y las diferencias entre lo que percibo y lo que el concepto me cuenta, las discrepancias entre lo que contamos y hacemos, amplia el espectro de nuestra conciencia.
Ser consciente del significado del placer humano, implica incorporar varios planos simultáneos:
Placer corporal.
En palabras de Wilhem Reich es la expansión orgánica a nivel celular, biológico. En el ser humano, está regulado por el sistema nervioso vegetativo.
En palabras de Emilio Carrillo el cuerpo es el más sabio porque evolutivamente tiene más tiempo.
Placer emocional.
Está regulado por el sistema límbico. Tiene que ver con los afectos, con los vínculos. Requiere cierta especialización en el sistema nervioso a nivel de memoria y aprendizaje.
Placer mental.
Localizado en la corteza cerebral. Es el placer intelectual relacionado con el sistema de creencias que el grupo y el individuo aceptan/rechazan. Implica la activación de los procesos cognitivos superiores, requiere abstracción, análisis, razón...
Algunas personas piensas que evolutivamente, este nivel de conciencia ha sido el último en aparecer.
Placer espiritual.
La consciencia de este placer ha sido descrita por varios seres humanos a lo largo de la historia.
La sutil diferencia es que percatarse va más allá de la consciencia de una persona concreta por mucho que cree escuela.
Darse cuenta a nivel social de la existencia de este concepto de placer implica dejar atrás las jerarquías y abordar la consciencia de la trascendencia del ser desde la horizontalidad. Y es una consciencia tan nueva que algunas no se han enterado que existe. Todavía.
Localizado en la luz coherente, en la vibración de la energía que me envuelve por dentro y por fuera. Es el placer del "desarrollo evolutivo en consciencia".
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