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Harto de ser lo que se espera, harto de hilar para sentirme inteligente... 
Escrito por Yosi_ el viernes, 23 de mayo de 2008


Esto soy, o podría ser yo. Bueno, tal vez no sea el concepto que yo siempre he tenido, pero mucha gente opina que efectivamente soy así. Y no me quejo, es decir, seguramente, como casi siempre, podría ser peor. No negaré que siempre aspiré a más, porque puede parecer absurdo, pero no esperaba tener que mirar todo lo que he tratado de construir en este tiempo a través de un microscopio.

Estoy intentando acostumbrarme, y tal vez no sea tan malo. La cuestión tiene dos caras, y si bien no soy más que la mayoría, bien es cierto que este estado no me coloca en peor lugar que a muchos otros que merecen su suerte tanto o tan poco como yo. Al fin y al cabo el concepto que siempre quise defender no cambiaría sustancialmente el resultado final, unos arriba, otros abajo. Si lo pienso incluso puede que haya salido ganando, no lo se, pero no puedo evitar sentirme mal por haber perdido el control, por depender casi totalmente del azar y acaso de otras cuestiones que jamás dependerán de mí mismo.
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Escrito por Yosi_ el jueves, 1 de mayo de 2008

Los sabios analizan la situación y claman al unísono, no cabe duda, estamos entrando en crisis. Supongo que esa indudable percepción se basa en razonamientos verdaderamente profundos, reflexiones sesudas y firmes conclusiones al respecto. Y lo supongo porque hoy me siento lo suficientemente crédulo como para abordar un acto de fe de semejantes dimensiones, porque francamente, por más que contemplo la situación no se me ocurre ningún otro indicador que me haga pensar que algo ha cambiado sustancialmente desde hace unos años.

Quizá sea cierto que a nivel internacional el cataclismo es evidente, tal vez de la noche a la mañana personas que disfrutaban de una calidad de vida excepcional haya pasado a arrastrarse por las calles de su pueblo natal, lo ignoro. Y para ser sincero (a la par que políticamente incorrecto), no quiero interesarme demasiado por ello. No es que tenga ningún tipo de animadversión hacia las personas de uno u otro lugar, ni mucho menos, pero considero que bastante tenemos con lo que somos capaces de percibir a simple vista sin necesidad de teletransportarnos a miles de kilómetros, lo que sobran son problemas.

Desde luego que sobran, pero para percibir esa insultante realidad no hace falta consultar los últimos titulares ni prestar atención a los falaces discursos del político de turno. Muy al contrario, me parece bastante más provechoso que miremos hacia atrás, al comienzo del milenio que vino con milagro económico incluido bajo el brazo. En aquella época, con el estreno del euro y todas las buenas palabras que le acompañaron, todo eran salves y regocijo ante el crecimiento y la prosperidad reinante que casi nos convirtió en el pais de la gominola. Y digo casi, porque únicamente falto convencer a varias decenas de millones de personas, que frente a los escasos millares de individuos que acariciaban la cartera de su venturosa corporación con el aire de suficiencia que confiere tener la íntima sensación de estar engañando al mundo, veían como su calidad de vida disminuía al mismo ritmo que el poder adquisitivo. Ni más ni menos que la paradoja de siempre, algo que todos (los que queramos enterarnos) sabemos, "crecimiento" no es más que una forma moderna y prácticamente aséptica de decir que una minoría se enriquece a costa del resto a un ritmo más rápido de lo habitual. A pesar de lo evidente de los hechos aún hay quien levanta la voz para señalar que todos, incluso las clases bajas tienen la posibilidad de consumir más desaforadamente en aquellos periodos en los que el estado de la economía es favorable. Ante eso solo cabe la objección más obvia del mundo, que no se debe confundir bonanza con inconsciencia. La primera implica una mejora en la calidad de vida que de ninguna forma ha de ir ligada a un aumento del consumo y la especulación (más bien al contrario, al menos según mi concepto de calidad y de vida), mientras que la segunda solo refleja un cierto nivel de ansiedad creado por los mismos que se enriquecen a costa de él, y que posteriormente tratan de darle la vuelta al proceso mostrando la capacidad de participar en dicho enriquecimiento (comprando y vendiendo, moviendo lo que nunca será tuyo) como un medidor fidedigno de la felicidad colectiva.

Sin embargo aún asumiendo todo lo señalado anteriormente, sería de esperar que al invertirse las tendencias y caídas al irreal nivel macroeconómico, las cosas den la vuelta y los que durante las vacas gordas han llenado la saca sean los más penalizados, mientras que los que nada sacaron de los beneficios salvo miseria especulativa, tampoco participen de las pérdidas. Nada más lejos de la realidad, por supuesto, mientras por las altas esferas se rasgan las vestiduras por haber reducido los beneficios unos cuantos miles de millones de euros (un mínimo porcentaje en cualquier caso) el ciudadano de a pie sigue pringando religiosamente, así en las duras como en las maduras.

Y viendo todo esto lo único que puedo decir es que, sintiéndolo mucho yo no acabo de ver esas crisis que tanto pregonan, más que nada porque para aquellos que no viven a costa de un puñado de pringados atrapados entre la espada y la pared, ese estado denominado "crisis" no es ni más ni menos que la vida de principio a fin.
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Escrito por Yosi_ el miércoles, 2 de abril de 2008

Parece ser que al cabo del tiempo, al sector de población más conformista y pasivo que se ha visto en los últimos tiempos le ha picado la mosca y ha decidido ponerse en movimiento. Como podemos ver en la web creada al efecto, tras contemplar impasibles durante años la progresiva pérdida de derechos que poco a poco han sido arrebatados por la patronal, un colectivo se ha liado la manta a la cabeza para resolver la situación apelando nada más y nada menos que a una huelga general.

Vaya por delante que no tengo nada en contra del particular, pero me sorprende bastante que se pueda llegar a tener tanta cara, tomando a la gente por idiota. No hay más que pararse a analizar el manifiesto que expone los principios de la movilización, cuyo texto comienza así:
Nosotros. Jóvenes de entre 20 y 38 años, la generación más preparada de la historia de España: Ingenieros, Abogados, Médicos, Técnicos, Investigadores, Artistas, Diseñadores, Periodistas...

La generación más preparada de la historia. Vaya. Y a continuación, ristra de titulaciones universitarias. O bien estos señores titulados estan dando a entender que el problema más grave en este pais lo tienen los "ingenieros, médicos, abogados...", por lo cual todo el mundo debería solidarizarse con ellos (me niego a decir "nosotros", no puedo), o bien sencillamente han decidido hacer una web molona que arrastre al estereotipo de persona que se mueve por ciertos lugares de internet (lugares donde se ha promocionado esta web, por supuesto) y le están echando al tema más cara que un saco de perras. Porque la verdad, no le encuentro otra explicación al hecho de convocar una huelga general, démosnos cuenta de las implicaciones que esto tiene, sin ni siquiera mencionar a la base de la pirámide laboral, el colectivo formado por personas sin titulación, oficio ni beneficio. En definitiva, sin un papel que les de la posibilidad de subir un solo escalón en la jerarquía social que siempre ha dado un trato preferencial a quién ha nacido en un lugar apropiado para acceder a la posibilidad de costearse una carrera, económica y psicológicamente.

Escrito por Yosi_ el jueves, 6 de marzo de 2008

Ya hemos sufrido el fragor de otra campaña electoral, y como de costumbre hemos acabado hundidos en la mediocridad hasta lugares insospechados. Cambian las caras, pero las formas y el fondo continúan exactamente igual que hace 4 años, hace 8 o hace 16. Lo grave de la situación para quienes tratan de que siga a flote es que los espectadores si que han cambiado ligeramente, y aunque los que pasaban del tema siguen haciéndolo (nadie ha dado motivos para un cambio de actitud), hay muchos veteranos sufridores del circo político que antaño se mojaban y desengaño tras desengaño han ido perdiendo todo atisbo de motivación. Los intentos de (la escasísima) participación activa en nuestro sistema político ya han tornado para gran parte de la población en gris rutina; gris como los perros de antaño, como los uniformes de los actuales candidatos, como el único futuro que esa panda de incompetentes sabe pintar. Y nótese que a diferencia del resto del mundo, no me refiero únicamente a la santísima dualidad que copa la inmensa mayoría de los medios de difusión, las paredes de las ciudades y las cabezas del cruelmente bombardeado pueblo llano.

Posiblemente una de las notas de color (un color patético, ridiculamente ególatra y vergonzante, eso sí) la haya puesto la famosa universitaria del striptease progresivo. He dudado acerca de comentar esto, porque me parece hasta cierto punto poco digno dar difusión a una acción de esas características, pero viendo que ya se ha hecho eco hasta el apuntador, creo que merece la pena señalarla como ejemplo simbólico de lo que jamás se debería aplaudir. La historia, para el que no la conozca, consiste en que una estudiante de (al parecer) ciencias políticas que se ha propuesto desnudarse online, quitándose una prenda por cada decepción inflingida por los candidatos a la presidencia de los dos partidos mayoritarios.
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Escrito por Yosi_ el viernes, 22 de febrero de 2008

La juventud actual ama el lujo, es maliciosa, es malcriada, se burla de la autoridad y no tiene ningun respeto por los mayores. Nuestros muchachos de hoy son unos tiranos, que no se levantan cuando un anciano entra a alguna parte, que responden con altanería a sus padres y se complacen en ser gentes de mala fe...

O al menos eso es lo que se pensaba varios siglos antes de Cristo. Tal vez a estas alturas podríamos haber llegado a la conclusión de que las cosas no han cambiado tanto como quisiéramos creer, pero asumiendo que vivimos tiempos acelerados, en los que un siglo puede suponer en términos "evolutivos" (a nivel social, no biológico, claro está) lo que antaño requería de un milenio, voy a aceptar el tópico. No de forma literal, sería excesivo, sino entendiendo que tal vez vivamos situaciones nuevas, o al menos que nos veamos obligados a digerirlas más bruscamente que en épocas anteriores, y a partir de ahí plantear que quizá pueda haber una razón para afrontar la situación con cierta perplejidad e impotencia.

Por supuesto eso no implica que debamos unirnos al hilo mediático que a la luz de los sesudos estudios trata de mostrar unas nuevas generaciones cuasi analfabetas, sin inquietudes, motivaciones ni cualquier otra cualidad que se nos pueda ocurrir. Porque no puede ser, ninguna sociedad se transforma de la noche a la mañana como por arte de magia, así que quien se vea dispuesto a defender posturas apocalípticas sobre como hemos pasado de la excelencia (y lo suelen decir de sí mismos, de su propia generación, todo un alarde de modestia) al más rotundo fracaso, debería comenzar por plantearse qué ha pasado con esa genial generación, responsable de lo que según algunos constituye el mayor fracaso educativo de la historia. Llegados a ese punto se hace el silencio sepulcral en el dominio público, y comienzan las intrigas de los expertos de barra de bar. "Falta disciplina", "lo arreglaba yo con un par de ostias", "es que lo tienen todo", etc, etc... múltiples son las sentencias que siembran los alegatos de los iluminados de turno, pero al final todo confluye hacia una misma teoría: "la culpa es de la LOGSE".
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Escrito por Yosi_ el miércoles, 6 de febrero de 2008

Hay palabras con un enorme contenido semántico que sin embargo, merced a ciertos intereses, se ven sometidas a una simplificación que deja los términos encasillados dentro del margen de los cuadriculados prejuicios de quienes creen estar de vuelta de todo y tratan de que los demás no logren llegar a algún lugar. Y el problema de todo esto surge cuando al más puro estilo de las novelas de Orwell, un uso confuso o limitado de determinados conceptos hace que la capacidad de realizar una abstracción acerca de una acepción eliminada o socialmente omitida desaparezca en el fragor de la cotidianeidad.

Evidentemente todas las lenguas tienden a simplificar todo aquello que de alguna forma complica el proceso de la comunicación, y ello produce un empobrecimiento progresivo que en absoluto me parece negativo. Al contrario, creo que siempre es deseable que los medios (y el lenguaje lo es) no supongan un estorbo, sino que simplemente pasen desapercibidos en favor del verdadero protagonista, el fin que se busca a través de ellos. Sin embargo en ocasiones hay conceptos que quedan huérfanos de palabras que los describan, o lo que es aún peor, son sustituidos por algún eufemismo que fuerza una visión concreta de algo que en principio no es así. Y por supuesto está el caso que mencionaba al comienzo (y hay por aquí algún blog que trata una temática similar), términos que por alguna razón son recluidos dentro de un area de acción muy escasa, que limita gran parte de su potencial.
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Escrito por Yosi_ el lunes, 28 de enero de 2008

Se que el título puede parecer excesivamente frívolo o sensacionalista, pero creo que describe bastante bien lo que me propongo analizar a continuación. Quien más, quien menos, todos utilizamos a diario los desgastados tópicos acerca de los problemas de la vida y de la sociedad, cada uno abordando los temas que (ya sea el propio individuo o los medios, instituciones o personas que se ocupan de pensar por él) considera de mayor interés. Y bueno, de todos estos comentarios hastiados que solemos escuchar tras el obligado parte meteorológico tan característico de las conversaciones de ascensor, se pueden extraer fácilmente varias conclusiones no muy halagüeñas acerca del nivel de conciencia del ciudadano medio. O al menos esa es mi impresión, ya que por alguna extraña razón mis inquietudes no suelen coincidir en absoluto con las de la gente que me rodea.

Hablo desde una humilde posición de estricta subjetividad, por otro lado irreprochablemente honesta, si digo que cada día estoy mas convencido de que casi nadie (entiéndase, se que en realidad hay muchos, hablo siempre en términos relativos) se preocupa por las cosas que realmente contribuyen de forma sustancial a amargarnos la vida. Y en este caso quiero plantear la enorme escasez que la inmensa mayoría de nosotros sufrimos en lo tocante a uno de los factores (a mi parecer) más importantes a la hora de tratar de alcanzar una vida digna: el tiempo.
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