Escrito por ObservatoriuLlaboral el martes, 3 xunetu de 2007
Los planes de Pequeños y Medianos Astilleros Sociedad de Reconversión (Pymar) para unir las actividades de los dos astilleros gijoneses han provocado recelos entre la plantilla de Factorías Juliana, que decide esta mañana en asamblea si acepta que el próximo 15 de julio se traslade a este astillero el buque portacontenedores que se está construyendo en Naval Gijón (Nagisa) o se moviliza para evitar que el portacontenedores se acabe de armar en la dársena de Juliana.
El traslado del portacontenedores de Naval Gijón a la dársena de Juliana, en vez de llevarlo a uno de los muelles de El Musel, es sólo una de las medidas de colaboración asumidas por las direcciones de ambos astilleros, si bien no es la que provoca mayores recelos.
El traslado de personal de la oficina técnica y de las áreas de compras y gestión de almacenes de Naval Gijón a Factorías Juliana cuenta con una oposición frontal por parte del comité de empresa de Juliana. La dirección del astillero de El Natahoyo, propiedad del vigués Factorías Vulcano, está especialmente interesada en la colaboración de este personal de oficinas de Naval Gijón con su propia plantilla. El motivo es que las prejubilaciones de trabajadores de Izar Gijón previas a su privatización diezmaron las plantillas de la oficina técnica y de compras, enviando para casa al personal con mayor experiencia y cualificación.
Factorías Juliana construirá cuatro buques sísmicos (para la búsqueda de yacimientos petrolíferos submarinos) para el armador noruego G. C. Rieder. Los dos primeros, las construcciones 532 y 533 ya están en marcha, pero su avance se ha topado con un cuello de botella en la ingeniería de aceros. De ahí el interés de la dirección de Juliana por reforzar su oficina técnica con personal de Naval Gijón. De la ingeniería de aceros de los buques sísmicos (los planos para el corte de las piezas) se encarga en la actualidad la empresa vasca ATN, que realiza esa tarea como una subcontrata de una ingeniería rusa, a la que se hizo el encargo. Alguno de los planos que han enviado estas subcontratas ya han precisado de unas veinte reformas y eso que los barcos apenas están empezados. Con la incorporación de personal de Nagisa se quiere solventar este problema y evitar el atasco de la oficina técnica del astillero de El Natahoyo, así como el de la oficina de compras.
Sin embargo, los sindicatos ven en esta colaboración un primer paso hacia la integración de los astilleros, lo que suscita muchos recelos. Una vez dentro, no habría vuelta atrás y quedaría muy mermada la capacidad de negociación, sospechan. «Nos la están intentando jugar», señalaban ayer representantes sindicales, en ese sentido. La colaboración entre ambas factorías incluye que Naval Gijón construya bloques, como un taller auxiliar, para los barcos de Juliana, una parte del acuerdo que causa más recelos en la plantilla del astillero de Poniente que en la de Juliana.
El traslado del portacontenedores de Naval Gijón a la dársena de Juliana, en vez de llevarlo a uno de los muelles de El Musel, es sólo una de las medidas de colaboración asumidas por las direcciones de ambos astilleros, si bien no es la que provoca mayores recelos.
El traslado de personal de la oficina técnica y de las áreas de compras y gestión de almacenes de Naval Gijón a Factorías Juliana cuenta con una oposición frontal por parte del comité de empresa de Juliana. La dirección del astillero de El Natahoyo, propiedad del vigués Factorías Vulcano, está especialmente interesada en la colaboración de este personal de oficinas de Naval Gijón con su propia plantilla. El motivo es que las prejubilaciones de trabajadores de Izar Gijón previas a su privatización diezmaron las plantillas de la oficina técnica y de compras, enviando para casa al personal con mayor experiencia y cualificación.
Factorías Juliana construirá cuatro buques sísmicos (para la búsqueda de yacimientos petrolíferos submarinos) para el armador noruego G. C. Rieder. Los dos primeros, las construcciones 532 y 533 ya están en marcha, pero su avance se ha topado con un cuello de botella en la ingeniería de aceros. De ahí el interés de la dirección de Juliana por reforzar su oficina técnica con personal de Naval Gijón. De la ingeniería de aceros de los buques sísmicos (los planos para el corte de las piezas) se encarga en la actualidad la empresa vasca ATN, que realiza esa tarea como una subcontrata de una ingeniería rusa, a la que se hizo el encargo. Alguno de los planos que han enviado estas subcontratas ya han precisado de unas veinte reformas y eso que los barcos apenas están empezados. Con la incorporación de personal de Nagisa se quiere solventar este problema y evitar el atasco de la oficina técnica del astillero de El Natahoyo, así como el de la oficina de compras.
Sin embargo, los sindicatos ven en esta colaboración un primer paso hacia la integración de los astilleros, lo que suscita muchos recelos. Una vez dentro, no habría vuelta atrás y quedaría muy mermada la capacidad de negociación, sospechan. «Nos la están intentando jugar», señalaban ayer representantes sindicales, en ese sentido. La colaboración entre ambas factorías incluye que Naval Gijón construya bloques, como un taller auxiliar, para los barcos de Juliana, una parte del acuerdo que causa más recelos en la plantilla del astillero de Poniente que en la de Juliana.