Escrito por ObservatoriuLlaboral el llunes, 17 payares de 2008
Según informa El Comercio:
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Los sindicatos del astillero Factorías Juliana arremetieron ayer con dureza contra el consejero de Industria y Empleo del Principado, Graciano Torre, a quien responsabilizan de la grave crisis que sufre la empresa gijonesa. Los representantes de los trabajadores acusaron al responsable del Principado de «preparar el cierre del astillero». El presidente del comité de empresa, René Rodríguez (CC OO), calificó a Torre de «prepotente» y dijo que «sólo quiere salvar su propio culo», mientras que Félix Magadán, de UGT, señaló que el consejero es «un caradura que debe responder por sus errores».
Unas declaraciones de Graciano Torre en las que culpaba a los operarios de la precaria situación del astillero fueron el detonante para que los representantes de los trabajadores lanzaran ayer duras acusaciones contra el consejero. «No hay derecho a que uno de los principales culpables de la actual situación de Juliana trate ahora de buscar responsables para salvarse él mismo», señalaron.
Los trabajadores culpan a Torre de «no hacer los deberes» en el proceso de privatización del astillero, así como de defender la propuesta que puso el astillero en manos de Factorías Vulcano. Esta decisión llevó a Juliana a pasar de beneficios a la situación actual de crisis. Para los sindicatos, Graciano Torre, que ocupa un puesto en el consejo de administración de la empresa Pequeños y Medianos Astilleros en Reconversión (Pymar), debería haber defendido la integración de Juliana en la empresa nacional Navantia, máxime cuando el astillero gijonés era el único, de los que estaban en esa situación en Pymar, que contaba con el certificado de homologación PECAL para la construcción de buques militares, por lo que era el más preparado para mantenerse como público. Los sindicatos explicaron que «los gobiernos de Andalucía y Galicia apostaron por sus astilleros y lograron la integración en Navantia, mientras que el Gobierno asturiano manifestó, desde el primer momento, no sabemos muy bien por qué, sus preferencias por la privatización».
Los portavoces de los dos sindicatos indicaron también que posteriormente el consejero «apostó también por la peor empresa y los sindicatos se lo dijimos desde el principio. No atendió a nada y el astillero fue adjudicado a Vulcano tras asegurar que era una gran empresa. Dos años después pasamos de beneficios a estar al borde de la quiebra. ¿Quién es el culpable? Ahora sus declaraciones resultan indignantes».
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