Escrito por Sumiciu el vienres, 24 abril de 2009
Luce la luna, cae la noche: discrección.
Si acaso el humo aprieta y te descuelgas del balcón. Mientras tus ojos rasgan, casi de refilón, la vieja esquina de la plaza donde nunca se puso el sol...y veras....
Corre raudo, sal cingando, revienta la función. Que entre bambalinas se despierta el telón. Corta el aire, late fuerte un acorde de pasión...(déjala
que vuelva una vez más, que sea bienvenida a su lugar)
Yo me cuelgo y me destierro en mi propia reFLEXión, en sótanos de paraísos que no salen en ninguna canción. Escapo lento y aburrido dejándome llevar por versos libres e insolentes que piden, de verdad, algo más...¡dame más!
Sé que la vieja guardia me vigila en un rincón y sabe que soy susceptible de caer en su prisión. Teje redes, rompe cables, deslumbra con su luz; mientras yo, impertinente, vivo al trasluz de su sombra. A la contra.
A sabiendas que nunca seré ejemplo de mi causa,
tengo claro que nunca podré despegarme de mi ancla.
Y a veces cuando me disparo un tiro en mi interior
queda claro que el proceso es mera imitación:
una sonrisa cautiva que se niega resistir
perdida, escondida y sin poder salir.
Puede ser esta noche la de tu tempestad.
Es verdad o mentira, a ti te da igual.
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