Escrito por Sumiciu el xueves, 28 setiembre de 2006
Todo el mundo , al menos en alguna ocasión a lo lago de su vida, ha luchado por algo, ha creído en algo, ha soñado... Muchas de esas personas afirman que llega un momento en la vida en el que hay que despertar definitivamente.
Desde el primer minuto que alguien se atreve a levantar la voz, nos condenan a admitir que acabaremos igual. Poco a poco, sin darnos cuenta, hasta que llegue un momento en el que nos veamos tan sumergidos en la mierda que no haya manera humana (ni inhumana, porque llega un momento en el que la humanidad brilla por su ausencia) de salir. Y nos sentencian con que a todos no llegará nuestro Samartín.
Y ahí estan ELLOS, justificando todas y cada una de sus renuncias, de sus pasos atrás por el hecho del deber y el determinismo social al que repiten hasta ahogarnos que nos somete la sociedad.
Mientras miran a un sueño, se les llenan los ojos de lágrimas que se secan con el dinero. Estarán tan ocupados con ganarle un minuto al tiempo para respirar que no les quedarán recuerdos; y si en algún momento por algún azar del destino llegan, quedará simplemente como un bonito recuerdo. Pasado, pasado, pasado...todas las ilusiones pasan a formar parte de ese pozo sin fondo.
Mientras por el otro lado nos van asimilando, poquito a poquito, cada vez cuesta más rebelarse. Todos los iconos revolucionarios hoy son moda: "antes, simplemente con fumar hierba, te estabas rebelando contra el sistema".
Por ello, aunque este cuento no pase de ficción...nos hacen falta más Edukadores, para los demás y para nosotros mismos. Y un poquito menos de ingenuidad, porque ELLOS también saben vendernos las sonrisas y porque al final "hay seres humanos que nunca cambian" para bien y para mal.
Desde el primer minuto que alguien se atreve a levantar la voz, nos condenan a admitir que acabaremos igual. Poco a poco, sin darnos cuenta, hasta que llegue un momento en el que nos veamos tan sumergidos en la mierda que no haya manera humana (ni inhumana, porque llega un momento en el que la humanidad brilla por su ausencia) de salir. Y nos sentencian con que a todos no llegará nuestro Samartín.
Y ahí estan ELLOS, justificando todas y cada una de sus renuncias, de sus pasos atrás por el hecho del deber y el determinismo social al que repiten hasta ahogarnos que nos somete la sociedad.
Mientras miran a un sueño, se les llenan los ojos de lágrimas que se secan con el dinero. Estarán tan ocupados con ganarle un minuto al tiempo para respirar que no les quedarán recuerdos; y si en algún momento por algún azar del destino llegan, quedará simplemente como un bonito recuerdo. Pasado, pasado, pasado...todas las ilusiones pasan a formar parte de ese pozo sin fondo.
Mientras por el otro lado nos van asimilando, poquito a poquito, cada vez cuesta más rebelarse. Todos los iconos revolucionarios hoy son moda: "antes, simplemente con fumar hierba, te estabas rebelando contra el sistema".
Por ello, aunque este cuento no pase de ficción...nos hacen falta más Edukadores, para los demás y para nosotros mismos. Y un poquito menos de ingenuidad, porque ELLOS también saben vendernos las sonrisas y porque al final "hay seres humanos que nunca cambian" para bien y para mal.
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