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Escrito por na el martes, 13 de octubre de 2015

Erase otra vez, hace milenios de lunas, cuando el aire, la tierra y el agua eran nítidos, y la química en los bosques era magia, empezó un juego entre esos seres de luz que llamamos hadas.

Un juego para experimentar, para aprender, para evolucionar, para disfrutar...

Un juego que empezó siendo divertido y que se ha convertido en una lucha encarnizada.

Hecha carne.

Que divide y enfrenta a los seres entre hadas de la luz y hadas de la oscuridad.

En una lucha que encarno.

Durante tanto tanto tiempo que casi casi ni me acuerdo.

Recuerda.

Las hadas de la luz han olvidado de dónde proviene su sombra.

Las hadas de la oscuridad han olvidado de dónde proviene su sombra.

Los seres de luz hemos olvidado la síntesis donde encontrarnos.

Lys humanys no recordamos
No recordamos la autorregulación
La autorregulación del ser
Del ser consciente
Del ser consciente que somos.

La autorregulación es la potencialidad de regularme a mi misma.
En reflexivo consciente.
Sacando el hambre, el sueño, la activación, el placer... del cajón del inconsciente.

La autorregulación es la parte que faltaba en la anarquía del XIX.
Recuerdo leerles teorizar sobre libertad y apoyo mutuo, pero no sobre autorregulación y menos sobre autocuidado.
La libertad, en mi opinión, no basta.
No soy libre de sentir frío y hambre.
Y si no me autorregulo enfermo y muero.
Desde la razón, lo inconsciente era mito.
Quizá, porque conservaban el contacto con sus ciclos.
A la intemperie recuerdo el hambre y el frío de la historia presente en mis células.
Enjaulada en la cueva olvido la luna nueva.
Creceré todavía a partir de mañana.