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Escrito por na el domingo, 14 de febrero de 2016

Y ahí estaba.
En la cuneta al alba.

Tratando de comprender el funcionamiento de la luz.
Cuando parecía que nada funcionaba.

A veces me enciendo y a veces me apago.

A veces sí y a veces no.
Y funciona, precisamente, porque es intermitente.

Escrito por na el lunes, 14 de marzo de 2011

Menuda mierda.
No soy capaz de cumplir los objetivos que yo misma me marco.
¿Demasiadas aspiraciones?
¿Insuficientes capacidades?
No puedo seguir ignorando esta sensación de fracaso.
Y eso que ni siquiera he "empezado".
Dice mucho, dice todo, de mi forma de funcionar, de mi propio proceso.
Toda la puta vida igual.
Pero hoy no voy a flagelarme.
Tengo mis motivos para haber tardado tanto.
Hoy me comprendo y me quiero.
Mejor dicho, lo intento.
No es fácil amar a quien te esta chupando la sangre.
¿Quién quiere mosquitos alrededor?

El plazo de una semana me resulta insuficiente.
No pasa nada: lo hago mas largo y en paz.
Puedo hacerlo, mio es el tiempo.
Insignificante y, en esa pequeñez, soberana.
Podía haber escrito cualquier cosa para evitar asumirlo.
Podía haber seguido adelante sin afrontarlo.
Aunque solo fuera para volver a tropezar.
Pero prima la veracidad sobre todo lo demás.
Bastantes obligaciones inamovibles tengo ya.
Demasiadas mentiras.
Demasiadas escusas.

No me siento orgullosa, pero...
para bien o para mal,
este es mi momento vital.

Escrito por na el viernes, 7 de enero de 2011

Parece un juego y me va la vida en ello.
Desde que metimos al dinero,
el arte ha dejado de ser una fuente de conocimiento.
Mero entretenimiento.
Sólo admitimos el análisis lógico y racional.
En nombre de la realidad.
Pero no es la unica vía.
No podemos ignorar la subjetividad.
Ni siquiera jerarquizarla.


No, no es un pasatiempo, aunque... conforme pasa
me siento cada día mas aislada.
Mas incomunicada.
Con nada en común,
Con menos ganas.
La lista de las que me fallaron, a las que defraudé, aumenta.
Y con ella el dolor y el remordimiento.
La desidia y la rabia.
A la vez.
Y de verdad que lo siento.
Dogmática por mantener mi fe en el ser.
Por no tirar la toalla.

Soy una pieza. Por definicion incompleta.
La gracia estaba en juntarnos, en intentarlo.
Pero... ya nadie busca fuera.
Nuestros egos lo inundan todo.
Todo lo llevamos dentro.
Autosuficientes o fracasadas.

Y yo, sin conocerte, te sigo buscando.
Sin encajar, sigo creyendo que formo parte.

Cada una de nosotras tiene un trozo de la figura.
Suyo, inalienable.
Nos podemos quedar con esa parte, intentando darle un sentido...
O podemos trascenderla. Intentarlo al menos.
Tan solo una condición: con dinero, no.


"Mientras tu hablas de castillos, otros picamos la piedra."
Hasta ese punto despreciada.
Todas las personas con las que he hablado de esto, fijan un precio.
Su formación, esa que no tengo, cuesta dinero.
¿No hemos aprendido nada?
La memoria histórica no es eso.

Escrito por na el jueves, 5 de noviembre de 2009

Alguien lo dijo. Hace mucho, mucho tiempo. Pero sólo nos creemos las mentiras de los cuentos. Las verdades necesitan pruebas. Por eso les damos carácter de realidad. Sin percatarnos del engaño de la subjetividad.
Creía haberlo intentado con todas sus fuerzas. Pero no fueron suficientes. Había fracasado. No fue capaz de establecer vínculos. No pudo ayudar a nadie. Y nadie pudo ayudarle.
Había pasado todo este tiempo intentando convercerse de que el futuro de la humanidad no era su responsabilidad. Pero todas las escusas que inventó, no lograron que se sintiera mejor.
Expectante, encendió la radio. En un absurdo intento de volver atras. El sonsonete de San Ildefonso le recordó el mundo que había dejado. Era envidiable la inconsciencia de aquellos que se preparaban para la navidad. Un año más, las ilusiones de miles de personas giraban alrededor de una parte del dinero que ellas mismas colocaron en el bombo.
Pero no era un año más. Era el último del calendario.
Volvió a repasar mentalmente la lista de provisiones. Tenía equipamiento para sobrevivir en la antártida y en el desierto. Latas, semillas, agua, un poco de jabón, un par de pucheros, un botiquin completo, los bártulos de coser y las herramientas de su abuelo. Vitaminas en pastilla y proteínas en polvo. Un puñao de libros y algunos instrumentos para hacer mas llevadero el tedio.
Lo que no tenía era armas.
Prefería morir antes que matar a alguien para seguir viviendo.
Prefería morir a cambiar de opinión.
Quizá por eso lo llamaban obsesión.
A fin de cuentas, su vida siempre habia sido una puta mierda. Puede que eso le hiciera prepararse de esa forma. Para llenar su propio vacío. Para mantener su mente ocupada mientras esperaba a que todo se desmonoronara. La incertidumbre, la curiosidad, le mantuvieron con vida. Si no hubiera sabido que todo lo que le rodeaba tenía fecha de caducidad, hace tiempo que hubiera tirado la toalla.
Todo esto le sirvio para dar sentido a su vida. Todo un lujo en los tiempos que corrían.
El segundo premio le devolvió al bunquer. No pudo evitar una mueca de dolor al recordar los compañeros que habia dejado atras. Que no quisieron, que no pudieron, escuchar.
Es tan fácil ridiculizar a quien te abre sus entrañas. Pero no les guardaba rencor. Se sentía culpable por no haber sabido hacerlo mejor.
Pero no perdía la esperanza. Ellos sabían dónde encontrarle. Miles de veces se lo había repetido. Tuvo que soportar su desprecio y sus burlas, tantas veces como se atrevió a preguntar qué hacer en caso de colapso. Era tan recorfontante su certeza que siempre le hacían dudar.
¿Qué pasaría si se estaba equivocando?
Había reservado sus vacaciones para esa fecha. Escapado de la ciudad porque sabía que allí no podría defenderse de la histeria colectiva que esperaba. Se refugió en las montañas. Eran su Tara a lo Escarlata.
Si se equivocaba, no perdería tanto como ganaría si acertaba.
Noseque, nosecuantoos, no se maas....mil euros.
Bajó la guardia, era evidente que no estaba pasando nada. Suspiró con alivio. Deseaba equivocarse como nunca antes había admitido. A punto estaba de salir a la superficie cuando algo hizo click.
La radio quedó muda.
Pero el silencio sólo duro un eterno segundo.
Mecánicamente, como tantas veces antes había practicado, empezó a repetir el aum. Todo su ser vibró con el mantra universal. No sabía si el rayo sincronizador había llegado ya, o sólo eran los preliminares de algo más. Pero sabía que igual que estaba afectando a los circuitos electricos de su radio, en su cerebro, algo estaba fallando. Se concentró con más ímpetu. Por el bien de su salud mental, se esforzaba por crear alrededor ese campo vibratorio cuyo equilibrio se estaba alterando. De pronto los aviones empezaron a caer. hasta ahi abajo llegaban los gritos de los animales como si de repente fueran conscientes de lo que estaba pasando.
Toda la tecnología que se supone nos protegía estaba rota y la humanidad que no contaba con el escudo de la vibración, se había vuelto loca.
Era el amanecer de la galaxia.
El día del juicio.
Y en este macabro despertar no podemos dejar nuestra existencia en manos del azar.
Ya tenemos bastante con un sorteo por día.

Escrito por na el viernes, 13 de marzo de 2009

os sabeis el cuento...¿verdad?
al pobrecito lo educaron pensando que no podia volar. y que sus orejotas (blanco de burlas) eran lo peor porque no podia soportar tanto dolor. el mundo es una mierda. y tal.
su mayor miedo le dio una pluma como talisman. y con ella voló.
la autodestruccion es el precio que tuvo que pagar.
pues con las drogas, tal y como las entiendo, pasa igual. se han convertido en mi pluma. y me aferro a ellas porque me llevan a otros estados de consciencia. a esa sensacion de bienestar. pueden hacer que saltes de plano a plano. pero claro, sin consciencia. sin darte cuenta. sin tomar las riendas. adormecidas las conciencias. y asi nos va.

Escrito por na el lunes, 9 de marzo de 2009

Me gustaria decirles algo: estais en otro nivel.
Y me gustaría decirlo, aun sabiendo que no sirve de nada hacerlo.
Que sólo sirve lo que descubres por tí misma.
Pero...¿cómo vas a descubrir lo que ni siquiera te planteas?
¿Cómo encontrar lo que no buscas?
¿Cómo saber en qué nivel estás, si no sabes qué niveles hay, qué niveles puede haber?
En nuestros dicotómicos modelos explicativos, tenemos dos planos. El cuerpo y el alma. Y nos quedamos tan panchas. Uno existe. Y el otro, si quieres te lo crees, y si no, no va a cambiar na. Porque ni nos planteamos descubrir si hay algo mas.
Una cosa tengo clara:
algo aqui no cuadra.
Normalmente las cosas casi nunca son sí o no.
Entre la aceptación total y la negación absoluta, suele haber una serie de matices. Una serie de peldaños que te van llevando de un nivel a otro ¿Y si en esto no fuera diferente?¿Y si no solo fueramos un cuerpo? ¿Y si lo que cientificamente entendemos por cuerpo, sólo fuera el primer nivel de algo mas complejo?
en las peliculas que me monto, los ascensores estan trucados. nos llevan del sotano a la azotea. del plano fisiologico, al más alla. si queremos saber que hay en el medio, tendremos que usar las escaleras. qué platónica la idea. como para adueñarse de ella.
y no podeis pedir que nadie os siga. un error estadisticamente frecuente. moda del XIX, de esas manis y el movimiento de fuenteovejuna...
estamos en otro nivel. hay que seguir adelante.
no podemos esperar a ser suficientes para ser.
si quieres saber lo que hay en el medio, ponte en marcha.
inicia tu camino.
en teoria, solo la practica puede hacer posible teoricum.
na de lo que cuente cambiara eso.
lo demas, seguirá siendo tan hueco como las palabras que creamos,
esas en las que creemos.
Embutidos en un ego que, prepotente,
ha cortado las raíces con lo que le trasciende.
Es solo cuestion de tiempo,
que al menor soplo de viento,
nos derrumbemos.
como los árboles de los jardines que diseñamos.
tan alineados ellos, tan alienados.
sólo perdiendote en el bosque, podrás entender.
y así es como empiezan la mayoría de los viajes iniciáticos de nuestros cuentos descafeinados. el prota se pierde, afronta unos retos, y pasa a otro nivel donde comera perdices.
hasta el siguiente cuento.
la siguiente dificultad.
cuando te adentras en todo esto, tomas consciencia de un tipo de poder brutal. lo llamamos poderes para-normales, ciencia-ficcion, nos negamos a saber. nos seguimos creyendo los cuentos. nos dicen que es muy peligroso que cierto tipo de conocimiento llegue a las manos equivocadas. en mi opinión, solo podemos prevenirlo haciendo que llegue a todas las manos. históricamente lo hemos hecho al reves, y no nos ha ido muy bien.
lo mas gracioso de todo, porque tiene su coña la cosa, es que no nos hace falta creer en azoteas ni ostias para airear el sotano. que es lo que se trata la cosa. que puede llevar toda la vida limpiar el sotano en el que nos pudrimos. y es por ahi donde hay que empezar. tomar conciencia del cuerpo. de la respiracion, de la postura, obserbar tus necesidades fisiologicas de hambre, de sueño, de sexo. y ser consciente. hay todo un mundo ahi. un mundo por cambiar. si te fijas, es lo primero en lo que socializamos. cortando nuestras vias de conocimiento mirando el reloj. o algo peor.
pero pese a todo, hay algo mas. algo mas que la vida de la lombriz que vive para comer y come para vivir. y trabaja porque se cree que es la unica forma de comer.
algo que nos corrohe las entrañas. algo insoportable que nos obliga a destruirnos usando, entre otras cosas, drogas para evadirnos. y todo esto porque no escuchamos al cuerpo. por eso para empezar tengo que limpiar mi templo.
ahora que me habia acostumbrao a mi estercolero.

Escrito por na el miércoles, 7 de noviembre de 2007

Nunca me gustó el concepto de terapia. Quizá lo niego porque me hace falta. Cuando estudiaba, lo odiaba. Y ahora que sólo leo, sigo pretendiendo echarlo al suelo. Puede ser por cabezonería o desconocimiento. A manos del juez dejo el criterio.


Con esa meta he ido retrocediendo en el tiempo. Buscando el momento en que perdimos el rumbo y colocamos fuera de nosotrxs nuestro centro. Preguntándome como se solucionaban esos problemas tan típicos y tan tópicos antes de que la civilización estuviera blindada.

Y así buscando los cuentos de la terapia, he descubierto la terapia de los cuentos. He descubierto la historia de psike y Eros. Y un lugar en el mapa marcado con mis anhelos.

Para occidente Freud fue el primero. Y aunque el psicoanálisis nunca fue santo de mi devoción. No puedo evitar sonreír cada vez que me plantean ese conflicto de fuerzas del ello, el yo y el súper-yo.

Los cuentos, antes de que olvidáramos como recitarlos, antes de ser escritos y por tanto desprovistos de todo afán terapéutico, antes de ser descafeinados, edulcorados, masticados y repetidos para acomodar la mente de ls niñxs a los imperativos morales impuestos, antes de que elimináramos todo su potencial para convertirlos en piezas intercambiables, antes de todo eso, eran el vehículo utilizado para el darse cuenta.

Y sin terminar, me tengo que marchar.