Escrito por Sumiciu el llunes, 24 setiembre de 2007
Fue una verdadera sorpresa comprobar que el disco no estaba rayado, que todo respondía a cuestiones de puntuación y el lapso se fundió con el tiempo en una tregua pactada para evitar males mayores.
La banda sonora hizo aún mayor mi alegría de contemplar mis manos mientras se desataban y pensaba de qué forma podría acariciar el vacío ahora que contaba con holgura suficente entre los dedos.
Las notas sonaban como taladros que perforaban hasta lo más profundo de mi memoria, aquellos lugares que nunca admito pero que hacen de fogón y ayudan a ver arder los papeles en las noches frías de ron y champagne. Del recuerdo, me volvían ovillos de palabras y renglones que contenían el sentido de dos en dos, no pude evitar comprobar que, como ayer, podría sumergirme en el bucle que dibujaban las pistas hasta perder el conocimiento de lo ajeno a mi cabeza durante horas.
Volvía a perder el tiempo en lo de siempre, y a regañadientes, admitía en íntima confesión que me encanta. Y aunque ahora tenga que dibujar a lápiz las líneas que quiera recorrer; aunque del recuerdo me surjan sonrisas y escaseen las ganas de volver atrás. Y aunque me autoinculpara de eterna inocencia, idealismo y ganas por encima de razón....y aunque me preocupase más de querer que de saber lo que quiero...arañando segundos a la piel del día que se escapa entre guiños...y aunque sea pa´ decirte que te quiero entre el humo de un peta de maria...auque sea pa´ cantarte tu cancion preferida a escondidas,a escondidas,a escondidas...todo.
Es el sabor, es el sabor del ritmo al compás del que escribía subido en las nubes, los versos que motivaron las palabras que empujaban la vela contra el viento...el sabor de la fuerza que me hacía escupir las entrañas en cada línea.
Hoy aquellas líneas suenan como el último sorbo de una pajita en una botella medio llena (que ya es estar vacía). Imagen triste si no fuera porque he aprendido a beber de lo efímero.
Ahora, de nuevo, gracias a nadie, ahora hay tiempo a los más mundano...a las ciencias inexactas, al componente esencial de la vida. Al lío, al camelo y al interés...ningún algoritmo de memorización sistemática dirigido al más profundo fracaso pedagógico, ninguna cuenta más que debe salir exacta antes de que se acabe este mes...
Ahora hay tiempo para volver a interiorizar el salitre y ver como sube la marea, flotar, nadar, hundirme y agarrarme a cualquier piedra áspera.
El tiempo de los párrafos que salen sin forzar y los conceptos que se persiguen y se mueven la cola. Bendito caos que tanto me pone.
La banda sonora hizo aún mayor mi alegría de contemplar mis manos mientras se desataban y pensaba de qué forma podría acariciar el vacío ahora que contaba con holgura suficente entre los dedos.
Las notas sonaban como taladros que perforaban hasta lo más profundo de mi memoria, aquellos lugares que nunca admito pero que hacen de fogón y ayudan a ver arder los papeles en las noches frías de ron y champagne. Del recuerdo, me volvían ovillos de palabras y renglones que contenían el sentido de dos en dos, no pude evitar comprobar que, como ayer, podría sumergirme en el bucle que dibujaban las pistas hasta perder el conocimiento de lo ajeno a mi cabeza durante horas.
Volvía a perder el tiempo en lo de siempre, y a regañadientes, admitía en íntima confesión que me encanta. Y aunque ahora tenga que dibujar a lápiz las líneas que quiera recorrer; aunque del recuerdo me surjan sonrisas y escaseen las ganas de volver atrás. Y aunque me autoinculpara de eterna inocencia, idealismo y ganas por encima de razón....y aunque me preocupase más de querer que de saber lo que quiero...arañando segundos a la piel del día que se escapa entre guiños...y aunque sea pa´ decirte que te quiero entre el humo de un peta de maria...auque sea pa´ cantarte tu cancion preferida a escondidas,a escondidas,a escondidas...todo.
Es el sabor, es el sabor del ritmo al compás del que escribía subido en las nubes, los versos que motivaron las palabras que empujaban la vela contra el viento...el sabor de la fuerza que me hacía escupir las entrañas en cada línea.
Hoy aquellas líneas suenan como el último sorbo de una pajita en una botella medio llena (que ya es estar vacía). Imagen triste si no fuera porque he aprendido a beber de lo efímero.
Ahora, de nuevo, gracias a nadie, ahora hay tiempo a los más mundano...a las ciencias inexactas, al componente esencial de la vida. Al lío, al camelo y al interés...ningún algoritmo de memorización sistemática dirigido al más profundo fracaso pedagógico, ninguna cuenta más que debe salir exacta antes de que se acabe este mes...
Ahora hay tiempo para volver a interiorizar el salitre y ver como sube la marea, flotar, nadar, hundirme y agarrarme a cualquier piedra áspera.
El tiempo de los párrafos que salen sin forzar y los conceptos que se persiguen y se mueven la cola. Bendito caos que tanto me pone.
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