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Escrito por na el lunes, 13 de febrero de 2017

Siguiendo con la metáfora de Emilio, Ángel da un paso más.
Para él, el "coche humano" no es cualquier vehículo.
Es el "fórmula uno" de la naturaleza.
Ningún otro en el planeta tiene nuestras prestaciones.
Nuestras potencialidades.
Y dice también que somos un fórmula uno campo a través.
Sin trazado, sin asfalto...
Sin eso para lo que fue diseñado.
Sin eso que necesita para acelerelar.

Si alguien nos sacó del circuito, o si simplemente nunca fue construido, ahora mismo, me da igual.
El caso es que por estos caminos de cabras por los que transito, mi yo físico mental y emocional se rompe.
Y el petróleo se agota.
Tarde o temprano tendré que usar otras metáforas.
Mientras tanto...
¿Cómo vencer la inercia?¿Dónde ostias esta el freno?
¿Cómo comprender el funcionamiento de un vehículo tan fascinante y complejo con el intelecto?
¿Cómo encarnar la Corona del Entendimiento, la Belleza del Fundamento, en el Reino?
Tan sólo tengo una respuesta: proponiéndomelo.
Confiando, desde mis límitaciones, en la verdad.
Sabiendo que es capaz de desgranar los misterios de la vida en su íntegra totalidad.

El coche que, como ser humany soy, está vivo. Es vida. Y cuenta con milenios de evolución.
Presupongo, que aunque no aporte una definición precisa de los conceptos en negrita, intuitivamente, nos entendemos.
No en función del sistema de creencias, no porque lo haya aprendido ni estudiado, sino por percepción directa.
Sé lo que es, porque es lo que soy:
Soy humana, soy vida, soy evolución.
Soy luz en acción.
Sinceramente creo que en lo más profundo de todys nosotrys, resuena.
Y que a menos que pongamos atención y consciencia en ese eco, lo suficiente como para comprenderlo, estructurarlo, amplificarlo... seguiremos conduciendo en modo superstición.
O algo peor.
Aunque sólo sean, todavía, burdas metáforas, me tomo la licencia de plasmarlas.

La unidad de la vida, tal y como la entiendo, es la célula.
Y esta unidad, como todas, tiene múltiplos (tejidos) y submúltiplos (virus).
La evolución es el proceso por el que la vida pasa de milímetros a kilómetros según criterios que se me escapan.
El ser humany, en este caso, es quien se plantea a sí misma todo esto.
Con el objetivo de construir un "sistema de certezas" que favorezca el desarrollo evolutivo de la vida.
Y no sólo la mía y no sólo la nuestra.

De todas las fascinantes maravillas que las células hacen, hay una que me intriga especialmente.
Y es la manera de relacionarse, de comunicarse, consigo misma y con su entorno.
En ese intercambio dinámico del que formamos parte.
Según el paradigma oficial, la información que intercambia la célula con su ambiente es, exclusivamente, de carácter fisicoquímico.
Y físico entendido como contacto directo.
Las células sólo se relacionan -dicen- con las que estan cerca.
Para relacionarse con las que están más lejos, necesitan "cables", necesitan echar mano de diferentes sistemas que se supone coordinan y conectan al todo unificado que cada organismo es, por el mero echo de ser.
Primero recurren al sistema endocrino, y más tarde, además, tiran de sistema nervioso.
Y pretenden explicarnos y reducirnos a hormonas y a neurotransmisores. A reacciones químicas y a impulsos eléctricos.
La mera suposición de que puede existir una forma de comunicación, una energía, específicamente biológica, capaz de comunicar las células de todo el organismo, instantánea y simultáneamente, consigo mismo y con el medio, sigue siendo una herejía.
Y sin embargo, no sólo existe en las células, sino que sigue existiendo en los tejidos, en los órganos y en los sistemas.

Cuando una forma de funcionar, cuando una herramienta funciona en la evolución, sigue funcionando aunque contemos con otras formas de funcionar.
Seguimos usando azadas aunque tengamos tractores.
Porque en esencia, lo que vale para los invertebrados vale para las mamíferas y para el ser humano.
La aparición del neocortex no invalida las estructuras del paleocortex.
La comunicación neuronal no anula la comunicación celular evolutivamente anterior a la aparición de lo que conocemos como sistema endocrino y sistema nervioso.
Sigue influyendo, sigue funcionando.
Y hasta donde sé, ni siquiera nos lo cuestionamos
Por eso es tan importante plantear su funcionamiento.
Desde dentro.

Porque demasiadas veces intereses de azadas y tractores crean interferencias fomentadas por sistema por los sistemas de creencias del sistema.

¿Cómo se comunican las células?
Cada célula emite una frecuencia vibratoria. Emite y recibe biofotones siguiendo patrones de interferencia de ondas.
Cuando las células empiezan a juntarse y formar organismos pluricelulares, aparece una especialización funcional.
Aunque todas las células siguen respirando, aparecen unas células especializadas en respirar.
Aunque cada célula se sigue comunicando aparecen las neuronas especializadas en comunicar.

¿Cómo se especializan?
A grosso modo muy grosso, en esto de la evolución, tal y como la entiendo, hay tres formas de reaccionar.
Tres tipos de respuestas, de más antiguas a mas nuevas:

1.- RESPUESTA REPTILIANA

2.- RESPUESTA MAMÍFERA

3.- RESPUESTA HUMANA

Cuando me explicaron el desarrollo evolutivo me hablaron de 3 cerebros en capas.
Pero lo cierto es que tenemos neuronas por todo el cuerpo y no sólo en la cabeza.
Neuronas en las tripas y en el corazón.
Sustituir un órgano por el sistema entero creo que dificulta la comprensión de cómo funcionan las cosas en realidad.
Bueno, de cómo creo que funcionan.

La respuesta reptiliana, en el ser humano, se da en lo que conocemos como sistema nervioso vegetativo, periférico, autónomo...
Muchos nombres para evitar comprender cómo funciona lo más simple de todo. Lo más potente.
Este tipo de respuesta está implicada en todas las funciones que afectan a la supervivencia.
Y es tan eficiente porque sólo tiene dos posiciones:

ON (lucha o huida) .......... Sistema nervioso vegetativo simpático activado............... es el acelerador del coche

OFF (descanso y recuperación)..............Sistema nervioso vegetativo parasimpático activado........ es el freno.

Y son excluyentes. O activas el simpático, o activas el parasimpático. O aceleras, o frenas. Y no hay más.

La respuesta mamífera incluye prestaciones nuevas.
Incluye las emociones.
El sistema límbico media.
No sólo nos activamos por supervivencia, tambien podemos hacerlo para jugar.
Y la respuesta se vuelve más compleja porque acelerar/frenar con rabia/alegría convierte la respuesta en un cuadro de doble entrada.
Aunque la velocidad sea la misma, el viaje cambia.
Las emociones contribuyen a grabar ciertos aprendizajes, ciertas respuestas que, bien por la intensidad del estímulo, bien por su frecuencia, automatizamos.
Y al hacerlo, podemos dedicarnos a otras cosas.

En algún momento del camino, el esfenoides gira (o es girado) y la corteza del cerebro, rellenando el hueco crece.
O la corteza crece y empuja al hueso. Me da igual.
El caso es que encontramos diferencias anatómicas.
Y a partir de ese punto de inflexión nos consideramos humanos.
Y crece especialmente en el área frontal.
Y aunque se nos olvide, lo hace simétricamente.
El lado izquierdo se encarga de la razón, la lógica, el análisis de las partes...
La corteza frontal derecha alberga la intuición, la creatividad, la sintesis del todo.
La respuesta humana requiere el procesamiento de todo lo anterior.

Desde la primera célula, al último aliento.