Escrito por na el lunes, 19 de octubre de 2015
Estoy en un punto de salud precario.
Tengo la sensación de que en cualquier momento puedo precipitar la balanza hacia el otro lado.
Mis hábitos son el resultado de mi estado de salud actual.
Racionalmente evidente, mi conducta me enferma.
Elijo vivir y vivo sin vivir en mi.
El médico me dice que abandone mi querida adicción.
Y, por enésima vez, estoy de acuerdo.
Pero, no importa dónde la deje, siempre me encuentra.
Me boicoteo.
Me aterra mi sombra.
Me duele la espalda donde me nacen las alas.
Pongo el piloto automático y en caída libre me arrastra.
Presa de mis adicciones. Alimentándolas.
Mis hábitos me impiden aletear con mi atención plena centrada en mi cuerpo.
Lo lógico es concluir el proceso de cambio y volver a casa.
Lo que la lógica olvida es que si pudiera hacerlo, estaría sana.
Escrito por na el martes, 13 de octubre de 2015
Erase otra vez, hace milenios de lunas, cuando el aire, la tierra y el agua eran nítidos, y la química en los bosques era magia, empezó un juego entre esos seres de luz que llamamos hadas.
Un juego para experimentar, para aprender, para evolucionar, para disfrutar...
Un juego que empezó siendo divertido y que se ha convertido en una lucha encarnizada.
Hecha carne.
Que divide y enfrenta a los seres entre hadas de la luz y hadas de la oscuridad.
En una lucha que encarno.
Durante tanto tanto tiempo que casi casi ni me acuerdo.
Recuerda.
Las hadas de la luz han olvidado de dónde proviene su sombra.
Las hadas de la oscuridad han olvidado de dónde proviene su sombra.
Los seres de luz hemos olvidado la síntesis donde encontrarnos.
Lys humanys no recordamos
No recordamos la autorregulación
La autorregulación del ser
Del ser consciente
Del ser consciente que somos.
La autorregulación es la potencialidad de regularme a mi misma.
En reflexivo consciente.
Sacando el hambre, el sueño, la activación, el placer... del cajón del inconsciente.
La autorregulación es la parte que faltaba en la anarquía del XIX.
Recuerdo leerles teorizar sobre libertad y apoyo mutuo, pero no sobre autorregulación y menos sobre autocuidado.
La libertad, en mi opinión, no basta.
No soy libre de sentir frío y hambre.
Y si no me autorregulo enfermo y muero.
Desde la razón, lo inconsciente era mito.
Quizá, porque conservaban el contacto con sus ciclos.
A la intemperie recuerdo el hambre y el frío de la historia presente en mis células.
Enjaulada en la cueva olvido la luna nueva.
Creceré todavía a partir de mañana.
Escrito por na el domingo, 4 de octubre de 2015
Hegel, alla por los albores del XIX, planteó un motor de la historia que Marx mediante, me permite explorar en el XXI lo que queda de bienestar en el estado del occidente vencedor y civilizado.
Me propongo incorporar ese motor a mi consciencia.
La tesis es la luz, coherente y consciente.
Es la afirmación.
Siempre sí.
La antítesis es la oscuridad, el inconsciente, la reactancia.
Es la negación.
Siempre no.
La síntesis que integra y supera el bien y el mal es la autorregulación.
Todo siempre según.
Y es para mi un concepto interesante porque ni es relativismo, ni es azar.
Autorregulación corporal y moral y social porque la consciencia es global.
Autorregulación del ser.
La tesis de la consciencia, ontogenética y filogenéticamente hablando, la consciencia del ser que yo soy, parte sin yo.
Yo, como bebe, soy una con mi madre.
Yo, como indígena, soy una con mi tribu.
La antítesis surje con el desarrollo, con el crecimiento, con la maduración del ser que yo soy más allá de mi madre y de mi grupo. Y me doy cuenta, me percato, precisamente con lo prohibido, con el pecado. Con lo que no encaja ni cuadra. Y que por mucho que intente reprimir y castrar, simplemente es y esta.
La autorregulación supone la síntesis de mi motor.
Y la autorregulación, a su vez, se transforma en tesis.
Y su antítesis, hasta donde sé, es la muerte.