Escrito por na el viernes, 7 de abril de 2017
* Valle de los Alpes franceses situado en el Departamento del Isére.
** “Es demasiado pronto, ven mañana”.
NOTAS
1 Tableau de la géographie de la France, Paul Vidal de La Blache, 1903, reedición en las ediciones de la Table Ronde en 2000.
2. cf. "Pour en finir avec Crolles 2", en www.piecesetmaindoeuvre.com.
3. In L'espace alpin et la modernité, bilan et perspectives au tournant du siècle, sous la direction de Daniel J. Grange, PUG, 2002.
4 Libération 21/11/02.
5 Déclaration de l'environnement 2005 de ST.
6 Esquema de desarrollo de la red pública de transporte de electricidad – Drire, junio 2004.
7 La lettre du Sierg, enero 2007.
8. Según el « Bilan de l’environnement industriel en Rhône-Alpes » de la DRIRE.
9. Federación Rhône-Alpes de Asociaciones de Protección de la Naturaleza.
10. www.bernin.info.
11. www.salon.com, 30/07/01.
12. cf. “In their own words”, en www.piecesetmaindoeuvre.com.
13. World Rainforest Movement, www.wrm.uy.
14. World Watch Magazine, mayo-junio 2004.
15. cf. “La ruta comercial del coltán congoleño: una encuesta”, Grupo de Investigación sobre las actividades mineras en África (GRAMA), Universidad de Québec, 2003.
16. World Rainforest Movement, www.wrm.org.uy.
17. Sciences et Avenir, junio 2004.
18. David Sheppard, jefe del programa de la UICN para las áreas protegidas, en “Planete Conservation”, 2001.
19. “La ruta comercial del coltán congolés: una encuesta”, obra citada.
20. “La ruta comercial del coltán congolés: una encuesta”, obra citada.
21. Le Journal du Net, 27/01/04.
22. Le Monde, 4/04/07.
23. Le Figaro Magazine, 7/07/01.
24. Le Monde, 17/04/02.
25. http://www.greenpeace.org/china/en/news/new-dump-zone-found-in-china-f# Ver también en la página web de Basel Action Network las consecuencias del tráfico de residuos electrónicos en China proveniente de Canadá http://www.ban.org/ban_news/050620_canada_ewaste.html.
26. AFP, 6/11/07.
27. Le Monde, 23/02/05.
28. JF Viel, de la Facultad de Besançon, citado por la AFP, 5/10/07. Su estudio se centró sólo en los niveles de exposición a las diferentes fuentes de radiación, y no sobre los riesgos de ésta.
29. http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs304/fr/index.html
30. 01net, 14/01/2005 - http://www.01net.com
31. Science et vie, abril 1999.
32. www.bioinitiative.org
33. http://www.mediasun.ch/antennes/img/appel.pdf
34. Como Etienne Cendrier (Robin des Toits) en París.
35. Science et vie, abril de 1999.
36. Acres USA, julio de 2007, www.acresusa.com/2006/12/trafic-dinfluence-loms.html
38. Ídem.
39. Una petición internacional ha circulado para pedir la dimisión de M. Repacholi de la OMS. Tras su marcha por jubilación, asociaciones francesas han dirigido cartas abiertas a la OMS para pedir una encuesta. Ver www.next-up.org
40. R. Gautier, P. Le Ruz, D. Oberhausen, R. Santini – Éditions Marco Ptetteur.
41. http://csifcem.free.fr
42. www.afsse.fr/documents/Audition_AUBINEAU.pdf
43. Asociación Francesa de los Operadores de Telefonía Móvil: www.afom.fr
44. Extraído de las audiciones de los operadores de telefonía móvil por la AFSSE, 10/01/03: www.afsse.fr
45. OMS, Informe técnico n'°151, 1958.
46. Stever, Kimmel, Harst, Kuhn, Otten, Wunder: Verhaltensänderung der Honigbiene apis mellifera unter elekromagnetischer Exposition. http://agbi.uni-landau.de/material_download/verhalten_elmagexp.pdf
47. Le Monde 2, 19/02/05.
48. Télérama 16/02/05.
49. Le Monde, 27/01/07.
50. Courrier International, 31/01/08.
51. Según el gabinete The Mobile World, citado por La Croix, 28/06/07.
52. Le Monde 2, 19/02/05.
53. CEA Technologies n° 64, enero/febrero 2003.
54. 01 Informatique, 22/11/02.
55. Lettre de Minatec n°2, noviembre 2001.
56. Folleto publicitario de la sociedad Ad Valor.
57. Propaganda, comment manipuler l'opinion en démocratie, Edward Bernays, 1928. (La Découverte, 2007).
58. Le Parisien, 14/01/05.
59. www.afom.fr.
60. Le Monde, 25/02/07.
61. Libération, 5-6/02/05.
62. Le Figaro, 7/06/07.
63. Le Monde 2, 17/11/07.
64. Le téléphone mobile aujourd'hui, usages et comportements sociaux, 2ª ed,. junio 2007.
65. www.afom.fr.
66. Le Monde 2, 19/02/05.
67. Le Monde, 9/09/05.
68. Libération, 26/09/05.
69. Chronos, marzo 2005.
70. Le Monde, 2/09/07.
71. cf. www.afom.fr.
72. www.viridia.fr.
73. Représentations des usages du téléphone portable chez les jeunes adolescents, Corinne Martin, Universidad de Metz, 2003.
74. "Mobile et société", n°3, nov. 2007, revista del AFOM 75. www.afom.fr.
76. Les branchés du portable, Francis Jauréguiberry (PUF, 2003).
77. Mobiles Magazine, enero 2008.
78. Mobile et société, n°3, nov. 2007, revista del AFOM.
79. Libération 4/12/04.
80. Télérama, 26/01/05.
81. Le Point, 7/06/07.
82. www.watisit.com.
83. Libération 4/12/04.
84. www.comtechniques.netfirms.com/products.htm.
85. Salón mundial de la seguridad interior de los Estados.
86. cellebrite.com/cellebrite-for-forensics-law-enforcement.html.
87. ver las proezas del Lérti de Grenoble: www.lerti.fr.
88. Le Monde, 1/07/07.
89. http://reality.media.mit.edu.
90. Entreprises Rhône-Alpes, julio 2005.
91. Le Monde, 14/06/07.
92. http://einstellung.so36.net/fr/ps/304.
93. www.gixel.fr. La cita de este documento por el comité anti-biometría llevó al GIXEL a retirar este texto de su página a principios de 2006, y a modificarlo ligeramente.
94. Présences, mayo 2004.
95. Cf. Aujourd'hui le Nanomonde #10, "Minalogic: pour une vie sous contention électronique", en
www.piecesetmaindoeuvre.com.
96. Le Monde, 29/04/07.
Escrito por na el viernes, 7 de abril de 2017
III
El triunfo de los manipuladores
En 1992, Francia contaba con 500 000 abonados al teléfono móvil. A finales de 2007: 55,3 millones. En quince años, el 87,6% de la población se ha dejado convencer de la necesidad de este gadget.
Los jóvenes son los más intoxicados: el 97% de 18-24 años poseen uno de ellos. “Si se exceptúa a las personas mayores y los niños de poca edad, el mercado llega a los límites de la saturación”. (47) ¿Por qué exceptuar a los niños de poca edad, cuando se podría habituarlos a telefonear desde sus primeras palabras? Después de dos tentativas abortadas en 2005, el BabyMo, “primer teléfono móvil enteramente concebido para el niño” (48), después, en 2007, el Kiditel, se retiraron de la venta por demanda de las asociaciones –El Mo1 un nuevo avance. Lanzado por la sociedad española Imaginarium, este modelo para niños a partir de 6 años permite llamar a los números pregrabados de los padres e incluye un dispositivo de geolocalización por GPS.
Como declara al Monde 2 Régis Bigot, director adjunto del departamento “Condiciones de vida y aspiraciones de los franceses” en el CREDOC: “Estas nuevas generaciones están preparadas para un mundo en que las nuevas tecnologías serán omnipresentes”.
Acoso publicitario, teléfonos de oferta, eliminación de las cabinas telefónicas, coste exorbitante de las llamadas de fijo a móvil y presión social han hecho del móvil la tecnología con el desarrollo más rápido de la historia. En 2006, se vendieron mil millones en todo el mundo. (49) Según el gabinete de análisis Gartner, el móvil sería el bien de consumo electrónico más extendido del planeta. Hasta en los rincones más hambrientos del planeta, como en Somalia donde, a falta de agua potable, tienen SMS (50).
Mil nuevos abonados se registran cada minuto. Un ser humano cada dos en lo sucesivo está ataviado con su prótesis comunicante (51). Más aún, algunas generaciones y –ayudando la evolución- la especie debería estar equipada con él naturalmente.
Más que todos sus predecesores, este gadget empuja al mimetismo y al conformismo tan caro a los vendedores. “Acabé por ceder a la presión de mi entorno. Lo que les molestaba de mi actitud, es el rechazo a alinearme al comportamiento dominante”, explica un librero al Monde (52).
Haced el test. Decid a vuestros colegas que no tenéis móvil. Aparte de las excepciones que cuchichean: “Tienes razón, me gustaría hacer lo mismo”, la mayoría se ríe a carcajadas: “¿Estás contra el progreso? ¿Te iluminas con la vela?” o se inquieta: “¿Pero cómo lo haces?”.
Mientras que la publicidad vende a las masas la autonomía y la independencia mediante abono, vemos que se trata ni más ni menos que hacer como todo el mundo.
No habíais pedido nada, lo tenéis a pesar de todo
Si ocho de cada diez franceses se preguntan cómo han hecho hasta ahora para arreglárselas sin móvil, es gracias a la propaganda falsa del marketing y a las manipulaciones de los sociólogos de los “usos” y de “la aceptabilidad”. En Grenoble, el fabricante de micrichips STMicroelectronic y su asociado el CEA-Léti han creado, con France Telecom R&D y Hewlett Packard Labs, un “laboratorio de ideas” llamado IDEAs Labs, que vende a los industriales un método para asegurarse el éxito, elaborado “gracias al aporte de otras disciplinas científicas, en particular las ciencias humanas”. (53)
Este método patentado, el “Diseño Asistido por el Uso” (“design smart process”), ha sido inventado por un grenoblés, “sociólogo y antropólogo de la innovación” en el CNRS, Philippe Mallein. “Éste identifica los usos de la tecnología antes incluso que la concepción de nuevos productos. Objetivo: crear verdaderos nuevos productos con verdaderos nuevos usos, y no sólo adaptarse a lo que el mercado parecer demandar” (54).
Es lo que nos parecía. El “mercado” no (nos) ha pedido nunca teléfono móvil. Pero gracias a Mallein, nuevos “usos” (necesidades en neolengua), han sido creados. Hay que ver la sonrisa vencedora de Michel Ida, patrono de IDEA’s Lab, cuando, en sus conferencias sobre los “objetos inteligentes”, pide al público: ¿Quién tiene un teléfono móvil?”.
¿Cómo lo hacen estos bienhechores? Reúnen “a creadores (diseñadores, artistas), a expertos en ciencias humanas (sociólogos, antropólogos), a expertos de software, de microelectrónica, de microsistemas, y también a operadores, a industriales o futuros usuarios de estos objetos comunicantes” (55) y les hacen estrujarse los sesos sobre los gadgets futuristas (columpio virtual, pluma comunicante, clones virtuales, vestidos y gafas de sol comunicantes). El fruto de estos “talleres creativos” es sometido a continuación a unos paneles de consumidores clasificados según su “comportamiento respecto al cambio” (etiquetados como “Apasionados”, “Pragmáticos” u “Objetores”) (56), cuyas reacciones son examinadas con lupa, para decidir si tal máquina tiene posibilidades de ser aceptada por los cerdos de los consumidores.
La combina tiene el mérito de revelar la lógica completamente comercial de la “investigación & desarrollo” caro a los ingenieros del CEA: no se trata de encontrar un respuesta a las necesidades de la población, sino las salidas a una tecnología, creando unas necesidades facticias. Ad Valor reivindica este cambio de lógica orweliana, resumiendo el trayecto de una innovación rentable: ésta tiene que crear primero unas “significaciones de uso positivas” asociadas a un “valor para el usuario” antes de llegar a la “expresión de la necesidad”, después a la “demanda”.
Nada nuevo, por mucho que digan los vacilones de IDEAs Lab. Su método recicla el de Edward Benays, el inventor americano de las “relaciones públicas” en los años 1920, experto reivindicado en manipulaciones de la opinión. “Sus trabajos llevaron a Trotter y a Le Bon a la conclusión de que el pensamiento en el sentido estricto del término no tenía su lugar en la mentalidad colectiva, guiada por el impulso, el hábito o la emoción (…) Los nuevos responsables comerciales saben que es posible (…) suscitar corrientes emocionales y psicológicas que trabajarán para ellos. En lugar de combatir de frente las resistencias de los compradores, buscan eliminarlas. Con este fin, crean unas circunstancias que, al canalizar las corrientes emocionales, van a producir la demanda” (57). Bernays ha demostrado la eficacia de una buena compaña con la operación “antorchas de la libertad”, en 1920, destinada a incitar a las mujeres a fumar. Misión cumplida: en 2008 la tasa de cáncer de pulmón entre las mujeres alcanza a la de los hombres.
Escuchemos a Denis Marsacq, del laboratorio “Fuentes de energía miniaturas” del CEA Grenoble, contratista subsidiario de Nokia en la investigación sobre las minipilas de combustible para móviles, durante una conferencia en la Fnac: “Desde luego estas pilas serán más caras que la recarga de un teléfono en una toma eléctrica, pero nos dirigimos a los adolescentes que son inmaduros y menos racionales y pensamos que se engancharán al “inalámbrico” total”.
Recordemos: no sólo se trata de adaptarse a lo que el mercado parece demandar. Y atacar a los jóvenes, bastante bobos para dejarse liquidar por Britney Spears como tono y el teléfono detector de amor y de mentiras (vendido por KTS, en Corea, por ahora). Queridos adolescentes, ¿os gusta ser objetivo en el visor de los dealers de los dispositivos electrónicos? Ved el desprecio en el que ellos tienen vuestros 17 años, agitando ante vuestras narices su pacotilla electrónica como el abalorio para salvajes. ¿A cambio de qué cambiáis vuestra autonomía, vuestra salud y vuestro dinero de bolsillo? De un teléfono.
A vuestro favor, vosotros apenas habéis conocido el mundo sin móvil. Vuestros mayores están tan avergonzados que se justifican todo el tiempo: “Va bien en caso de avería de coche; “Lo utilizo muy poco”; “Con mi trabajo estoy obligado”. Lamentable confesión que hay que traducir: “Hago como todo el mundo”.
Así es como vuestros colegas se mondan de risa. Y Mallein, el sociólogo esquirol, de calificar a los drogadictos de dispositivos electrónicos de “visionarios”, y a los refractarios de “conformistas”. Orwell nos lo había advertido: Lo Artificial es lo Natural - El Consumo es la Religión. La Autonomía es la Alienación.
Como en 1984 la historia se reescribe cada día, ya pronto no sabremos que existía un tiempo en que no se llamaba para decir que se llegaba. Como ya no se sabe hoy que existió un tiempo en que no se llamaba en absoluto. Donde se llamaba a la puerta de la gente para hablarles.
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Su sumisión hipnótica al marketing lleva a los consumidores a ignorar lo esencial: “Retroceso sensible del gasto en alimentos, progresos espectaculares en la compra de distracciones, en particular en la alta tecnología… En algunos años, los hábitos de consumo de los franceses han cambiado profundamente (…) Para continuar comprando los productos que les hacen soñar (…) recortan ostensiblemente en los productos alimentarios de marca vendidos por la gran distribución y cogen el camino de las tiendas de proximidad con bajos precios, las famosas tiendas de descuentos” (58). En las familias modestas, el presupuesto “móvil” pesa tanto que los excesos de tarifa plana de los adolescentes ahondan el endeudamiento de los más frágiles.
Al recortar en su alimentación, los franceses permitieron a los operadores de telefonía móvil reembolsarse 21 mil millones de euros en 2006, una cifra de negocio multiplicada por diez en diez años y superior a la de la construcción aeronáutica y espacial (59). El lanzamiento del “iPhone” (un millón de ejemplares vendido en tres meses en Estados Unidos) ha provocado una subida del 121% de la acción de Apple. El constructor Nokia vende un millón de teléfonos por día. En 2006 el número uno de los fabricantes se ha embolsado 41,1 mil millones de euros de beneficios (60). Nokia que es uno de los mayores clientes de STMicroelectronics, y que es también librador del CEA-Léti. De ahí nos percatamos de lo que la economía de Grenoble debe a un fabricante finlandés de teléfonos móviles.
No olvidemos los “servicios” anejos: en Francia, en 2004, el cambio de los tonos musicales proporcionó 8,5 M€ a las páginas web de telecarga de pago, que cuentan con un mercado de 160 1 200 M€ por año (61). Index Corporations realizaba en 2003 una cifra de negocios de 150 M€ vendiendo sus “contenidos” para teléfonos móviles: tonos, fondos de pantalla, juegos, horóscopos, strip-teases, etc. En cuanto a la publicidad sobre móvil, debería, según el Internet Advertising Bureau, ponerse en marcha en 2008.
Un nuevo mercado para los bablólogos
El teléfono móvil es una providencia para los vendedores de viento -periodistas, sociólogos, comunicadores, vendedores- que rápidamente han descubierto un nuevo filón.
La prensa, a la que los industriales aseguran confortables ingresos publicitarios, ha hecho del móvil una nueva sección. Conocíamos a los periodistas políticos, deportivos y económicos, he aquí a los “periodistas” telefónicos.
Le Figaro
“Guía: Mobile Homme”
Destination high tech
“Nada de ir a la aventura sin prever el mínimo de equipamiento (…) me llevo no sólo mi Ipod, sino también un reproductor de video portátil que me permite acortar los trayectos en coche o en avión (…) Mi mujer, por su parte, prefiere llevar (…) su teléfono móvil, por si acaso. Ella adora sobretodo enviar minimensajes a sus amigas para señalarles los lugares que visitamos. Para más seguridad, ha elegido un aparato fuerte y elegante que se adapta automáticamente a las diferentes redes utilizadas en el mundo. Como prima, el vendedor tuvo la buena idea de llenar su teléfono de música, lo que lo convierte en un walkman suplementario (,,,) Con el GPS, inútil abordar a los transeúntes o descifrar un manual de conversación (…) Encontramos este tipo de aparatos bajo forma de pequeña agenda de bolsillo en Fujitsu-Siemens o Moi (…) O incluso instalado en un teléfono móvil como en Nokia” (62). Os lo decimos: es una profesión.
Una revista completa del Monde revela la invasión del dispositivo electrónico en la información. Más de 70 artículos se han dedicado al teléfono móvil para uso cotidiano en 2007. En este flujo constante, ninguna investigación sobre los daños ecológicos de esta industria. Seis artículos, 2719 palabras a penas, dedicadas a los riesgos sanitarios –lo más frecuente un breve pie de página que señalan los resultados de un estudio científico. Un solo artículo (510 palabras) evocando “Big Brother” y la vigilancia vía móviles –todavía no se trata sino de anunciar la difusión de un documental sobre el tema en la televisión. En cambio, los papeles positivos que atañen a las innovaciones tecnológicas, los últimos modelos, los nuevos usos, servicios o funcionalidades, representan 11. 716 palabras. Por último, los temas económicos sobre las empresas de telefonía móvil y sus mercados totalizan 7.110 palabras. Sin olvidar los suplementos “High tech” y las páginas “Agenda high tech” del Monde 2, que libran cada semana una lección de periodismo especializado. “Estaba el Shine de LG, pronto estará el Troika de Samsumg. El teléfono G800 (nombre oficial de la bestia) levanta un poco el nivel en la alianza del diseño y de la tecnología: lado tecno, se trata de un smarphone tribanda Bluetooth con la pantalla TFT de 240x320 pixeles, dotado de un aparato foto de 5 megapíxeles, con un zoom óptico x3. Con un flash de xenón, con una memoria de 160 MB y con un lector de tarjeta microSD. Respecto al diseño, nada que criticar, es puro, elegante y, sobre todo, dotado con una pantalla espejo maravillosa. Suficiente para satisfacer su ego mientras que charla a voluntad.” (63). No es Albert Londres el que nos informa de este modo.
Admiremos ahora el ciclo del valor añadido. Los efectos de este lavado de cerebro sobre nuestros comportamientos alimentan los análisis facturados por los sociólogos a sueldo, sobre las “metamorfosis del objeto móvil”, las “nuevas conveniencias móviles” o “los resortes del sensacionalismo móvil” –que suministran a su vez materia para nuevos artículos. Nada se pierde, nada se crea, pero ganamos cada vez.
Los sociólogos en cuestión pertenecen al gabinete de “consejo e investigación aplicada” Discours & Pratique, encargada por la Asociación de los Operadores de la Telefonía Móvil (AFOM) de asegurar su servicio postventa. Un modelo de relación investigación-universidad-industria, puesto que estos investigadores, empezando por la directora Joëlle Menrath y su asociada Anne Jarrigeon, son miembros de un grupo de investigación del CELSA (École des hautes études en sciences de l’information et de la communication – Université Paris Sorbonne).
Extractos de sus descubrimientos científicos
“Algunas de las funciones del móvil son más evidentes que otras en las perspectivas de comunicación abiertas por el uso telefoneado. (…) Otras demandan una verdadera conversión imaginativa y gestual, como las nuevas funciones multimedias ligadas a la imagen y al sonido: hacer una foto en efecto implica una actitud que no tiene nada que ver con las movilizadas por la llamada o los SMS, (…) los gestos se diferencian permitiendo en el caso de la foto enfocar para encuadrar más o menos con precisión un motivo, llevando el teléfono ante sí, la mayoría de las veces con el brazo ligeramente replegado. El móvil se transforma entonces físicamente en una cámara de fotos: los gestos momentáneos lo reconfiguran al mismo tiempo que redefinen la situación en una situación fotográfica.”
“Tomar en serio lo que se pone en juego en nuestra relación con el móvil como objeto lleva a no desatender la tensión que atraviesa el uso entre una resistencia reactivada del objeto que parece dotado de una especie de vida autónoma y el hecho de que es concebido para adaptarse al cuerpo de sujeto, así pues para hacerse olvidar en tanto que objeto”. (64)
IV
Libertad bajo vigilancia, autonomía bajo asistencia
Si este mercado es tan móvil, es porque la apisonadora marketing ha sabido captar lo que, en este mundo high tech y consagrado a la guerra económica, había sido destruido: las relaciones sociales. Es típico del sistema vendernos, a golpe de innovaciones, los remedios a los males causados por las innovaciones precedentes. ¿Ya no habláis a vuestros vecinos a causa de la televisión? ¡Telefoneadles!
Según los operadores, el móvil sería un objeto que “valoriza” (“vehicula nuestros signos exteriores de riqueza o de originalidad”), “tranquiliza” (“todo sucede como si este pequeño objeto […] protegiera de un mundo potencialmente hostil”), “refuerza las relaciones” (“sirve para llamar a las personas que vemos normalmente y que viven cerca de nuestra casa, y esto, mediante conversaciones cortas y repetidas”), o sea “permite declararse”. (65)
Los operadores han comprendido el beneficio que podía sacar de individuos desvalorizados, angustiados, incapaces de comunicar o de soportar lo desconocido. Su argumento de venta dibuja en negativo la sociedad tecno-mercante que crea a estos individuos. Sedentarios esclavos de nuestro trayecto domicilio-trabajo, del corte semana-/weed-end, todo-el-año-en-el-curro/el-mes-de-agosto-a-la-playa, somos el blanco ideal para los dealers del “nomadismo” adulterado alabado por el estafador Attali [Jacques Attali, político e intelectual, nota de la trad.].
¿Por qué tendríamos necesidad de una mediación electrónica para comunicar si no es para adaptarnos a un mundo que atomiza a cada uno de nosotros y divide nuestras vidas? Llamada: en un país donde tres de cada cuatro habitantes están equipados del aparato-que-refuerza-las-relaciones, 15 000 personas mueren en la indiferencia general en tres semanas de canícula.
Dado por supuesto que refuerza las relaciones con los próximos, el móvil permite sin duda alguna evitar el contacto con los desconocidos. Ved estos zombis en tránsito pegados a sus SMS, algunos para evitar así la mirada de sus vecinos de autobús. Y estos despistados urbanos, pegados a su móvil para hacerse guiar a distancia antes que preguntar su camino a la gente. Gracias a su “kit” de teleguiado que incluye indicador de calles y receptor GPS, siguen las instrucciones de la máquina injertada en su oreja. Que a un individuo se le ocurra abordarles de viva voz y pedirán enseguida ayuda.
“Según Béatrice Fracchiolla, socióloga e investigadora en punta sobre las nuevas tecnologías, su uso inmoderado (NDR: del móvil) sirve para llenar los tiempos de desplazamientos cotidianos que son a menudo fuente de angustia. “Este tiempo pasado en tránsito en una especie de “no-lugares” sucesivos, en medio de una multitud anónima, provoca una pérdida “de identidad”, escribe en la revista Esprit critique. (…) La socióloga ve en el móvil (…) otras tantas tentativas de reconquista por el humano de espacios urbanos caóticos. Los medios de ser móvil, como otros tantos “paliativos en relación al vecindario que disminuye a medida que las ciudades crecen y se extienden, que sus fronteras se hacen cada vez más deletéreas”.” (66)
El teléfono móvil prospera en el mercado del miedo. Los adolescentes lo dicen: sus padres les equiparan masivamente para “tranquilizarse”. Sin duda los operadores tienen razón en atribuir sus éxitos al temor “de un mundo potencialmente hostil” y sin duda tienen algún interés en agravar esta hostilidad del medio con sus servicios cada vez más alienantes. Miedo a la agresión, a la caída en montaña, al rapto, sobre los que juegan con deleite. Más banalmente, lo que aterra a nuestros contemporáneos, es simplemente la sal de la vida., el azar y lo imprevisto, que no tienen lugar en una existencia aseptizada, planificada, calibrada. Mercancías sobre cinta transportadora, los individuos de este mundo no tienen vocación de abandonar la vía que se les ha trazado, y el móvil es el mejor instrumento para acostumbrarles a volver a sus compartimentos. Y a permanecer en su burbuja, que les procura en lo sucesivo lo necesario para vivir plenamente su autismo: difusión de música (teléfonos “walkman”, de los que se prevé para 2010 unas ventas de 77 millones (67), y pronto la tele. “El Consejo Superior de Audiovisuales en efecto acaba de conceder las frecuencias a los tres operadores a fin de poner a prueba la difusión masiva de la tele en el móvil” (68) Con la tele móvil, los responsables no tendrán ya mayores razones para preocuparse. El tiempo de cerebro disponible de sus “administrados” definitivamente ya no corre riesgo de dedicarse a la reflexión, por no hablar de la contestación. Un rebaño de zombis conectados a las series americanas y a la publicidad, precisamente interrumpidos por algunas llamadas telefónicas (¿Dónde estás? – Bueno, ante la tele, ¿dónde quieres que esté?): vemos lo fácil que es manejar.
“¡Pero querida te digo que estoy en Angulema! Bueno, te llamo”
La prótesis crea la discapacidad
Como la prótesis que reemplaza un miembro, el teléfono se supone que repara artificialmente los estragos de ese mundo, que hace de nosotros los engranajes de la máquina de producir y de consumir en masa, de hacer la cola en el supermercado, en el múltiplex, en la telesilla, en el peaje. Debe procurarnos todo a la vez la independencia y el contacto permanente. La mantequilla y el dinero de la mantequilla. Responder a todas nuestras necesidades. Protegernos de todo. “Herramienta multicomunicante”, se convierte en un auxiliar de vida encargado de “fluidificar la vida cotidiana”. Tanto es así que el “Chief Information Officer” del Hospital de Harvard ha declarado que quiere hacérselo injertar bajo la piel, como complemento del chip que ya se encuentra allí. (69)
Luego, al sustituir la prótesis al miembro, las máquinas nos privan de nuestras facultades. Desde el coche, los ciudadanos no saben ya caminar por los trayectos más mínimos (más de la mitad de los desplazamientos en coche atañen a trayectos de menos de 3 km), y, al quejarse de la “epidemia” de obesidad que les golpea, de la contaminación, de los muertos en la carretera, de las guerras por el petróleo, etc., sueñan incluso más en salirse con la suya. Han olvidado cómo se vivía sin coche, y este olvido es una amputación. La prótesis se ha convertido en discapacidad.
Observemos a los usuarios de teléfonos móviles: incapaces de orientarse en el espacio y de estar a la hora en una cita (¿por qué creen que pueden estar en todos los sitios a la vez?), incapaces incluso de imaginar cómo hacer para encontrar a alguien en algún sitio sin móvil, han perdido además la facultad de vivir el presente. Su capacidad para estar localizable todo el tiempo ha destruido su atención y su disponibilidad para lo que podría producirse aquí y ahora.
Amputados de su presencia en el mundo, se envían SMS mientras que el tren atraviesa unos paisajes desconocidos.
No son los nuevos programas informáticos de “realidad aumentada” los que les animará a fiarse de sus sentidos y de su inteligencia para aprehender el mundo. Gracias al móvil, que “completa la realidad con datos virtuales” (70), son los sensores, los acelerómetros, el GPS y las bases de datos los que os informan respecto a los lugares en que estáis. Por cierto, ¿para qué molestarse todavía en salir?
Amputados de su mundo interior, no viven más que para la solicitación exterior, la espera de la llamada o el mensaje. Han perdido la facultad de permanecer en silencio, de vivir los tiempos muertos, de contemplar, angustiados como están de perder una comunicación. Obsesión por llenar los vacíos. El móvil se ajusta a una existencia que no tiene valor más que en el interior del campo público: existir, es estar localizable en todo instante, reconocible, como bajo la mirada de las cámaras de vigilancia. El que proclama su deseo de estar ausente, fuera de ángulo, presenta para sí mismo, aunque sólo fuera de forma intermitente, pronto sería clasificado entre los marginados, asociales, inactivos incluso. He aquí por fin la transparencia total, la abolición de la intimidad consumada.
No sólo el teleguiado convierte el territorio en virtual, sino el parloteo incesante en el móvil transforma la vida en su comentario –compartido a pesar de ellos por los vecinos del ruidoso charlatán. Una extracción de la realidad que culmina con las funciones de cámara de fotos y cámara en adelante integradas en todos los teléfonos. Lo importante, no siendo ya lo que se está viviendo, sino las imágenes que se sacan de ello. Incluso los cantantes pop pierden la calma con estos bosques de móviles erguidos al final del brazo por los espectadores ansiosos por grabarlos. “Todo lo que era directamente vivido se aleja en una representación”.
“¿Adivina desde de dónde te llamo?”
El móvil es lo inverso de la herramienta de comunicación que pretende ser. ¿Desde cuándo no habéis tenido una conversación ininterrumpida por una llamada? Condicionados, encontramos esto normal, pero hagamos un alto: mirémonos, la boca abierta, parados por el reflejo pavloviano de nuestros interlocutores, más ansiosos de responder a la llamada que de dejarnos terminar nuestra frase. Ahí estamos.
Esta agresión no ha escapado a la Asociación de los Operadores de Telefonía Móvil. Para contrarrestar cualquier crítica, el lobby ha encargado a sus sociólogos a sueldo parir un estudio. “El lugar del teléfono móvil en la sociedad, de los discursos a la políticas” (71). Según traducción a neolengua socio-marketing, la situación descrita antes se convierte en: “En este contexto comunicativo siempre a repetir, se observan posturas y estrategias de control que se establecen y que hacen de cada usuario una especie de ingeniero de la comunicación que debe gestionar varios interlocutores, diversos tiempos y diversos espacios”.
Hasta hace poco erais un ser humano dialogante con otro ser humano. Desde ahora, sois un ingeniero de la comunicación. Felicidades.
Y tanto peor para los profes que se quejan de las perturbaciones en clase. Aprenderán las “estrategias de control” necesarias en este “contexto de comunicación siempre a repetir”. En el peor de los casos, y ante su impotencia frente al objeto “pulsional”, se instalarán en las escuelas otras máquinas. “Es difícil mantener el equilibrio adecuado entre la imperiosa necesidad de comunicar y el respeto al bienestar de los otros. Las soluciones Viridia permiten hoy día a los empresarios bloquear efectivamente las ondas de los teléfonos móviles y así no perturbar el buen desarrollo de una película o de un espectáculo”. (72)
La historia recordará quizá que la civilización occidental del siglo XXI habrá sido la de los “alteradores de móviles” instalados para suplir la facultad de atención a los otros. La que la SNCF nos habrá enseñado a “hacer un gesto por el medio ambiente sonoro” al telefonear en los espacios reservados.
Encadenados por el inalámbrico
“Rara vez está apagado entre los jóvenes, siempre a mano, incluso cerca del cuerpo, incluso durante la noche, para poder sentirlo vibrar; es mirado y consultado constantemente y de forma casi refleja, a la salida de las clases. En este sentido, se integra en los hábitos incorporados, constitutivos de la identidad.” (73)
¿Os recuerda algo? Sí, a los niños y su peluche, “objeto transicional” como dicen los psis, se supone que representa el calor de mamá frente al vasto mundo. Adolescentes compulsivos y ejecutivos competitivos han encontrado una digna manera de chupar su pulgar en público. Bravo a los vendedores.
Convertidos en adictos a este gadget como los fumadores a su tabaco, los bebés a su chupete y los deprimidos a sus ansiolíticos, los propietarios de móviles pasan su tiempo comprobando que no han olvidado su teléfono, que está bien cargado, que no han recibido nuevos mensajes, etc., añaden a su sentimiento de inseguridad un motivo de angustia suplementario: el riesgo de ser robado su aparato (el aumento de las cifras de la delincuencia debe mucho al robo de móviles). Escuchemos su desconcierto cuando olvidan su teléfono: “Es como si me faltara un brazo, me siento minusválido”. “Me dejé mi cabeza en casa”. “Me siento físicamente disminuido”. “Es como si olvidara mis gafas, y soy muy miope”. (74)
He aquí el inalámbrico pillado en su verdadero aspecto suplementario. He aquí la autonomía del individuo un poco más magullada por una prótesis tecno que dispensa encontrar en uno mismo los recursos para desenredar las incertidumbres de la vida cotidiana. He aquí terminada la cobertura total del territorio, hasta las cumbres de las montañas, convertidas en unos jardinillos donde no hay sino que llamar para ser rescatado en helicóptero.
He aquí, por último, borrada la frontera entre vida privada y vida pública, mezcladas en la misma obsesión del contacto permanente. Las empresas han comprendido perfectamente el interés de esta cadena en los pies de sus empleados. En adelante localizables a cualquier hora, éstos ya no tienen excusas para no consagrarse por entero a su tarea. Viajes en tren, atascos, colas de espera, pausas, todo este tiempo debe ser rentable manteniendo el contacto con la oficina. Velocidad, rentabilidad, flexibilidad, el móvil es la herramienta ideal del trabajo: las empresas lo consideran con razón como el segundo medio de comunicación factor de productividad. (75)
Según los testimonios de los asalariados recogidos por el sociólogo Francis Jauréguiberry, el móvil es también una herramienta de vigilancia a distancia, encarna el poder, introduce una desigualdad entre los que llaman y los llamados. “Con la llegada del móvil, se asiste a una extensión de la urgencia en los sectores cada vez más numerosos de la actividad económica, desprovistos de cualquier legislación en la materia. Así, los empleados “nómadas” (en desplazamiento o geográficamente excéntricos de la dirección) y los “cuadros fusibles”, localizables en cualquier lugar y a cualquier hora, sufren una tensión permanente que a menudo invade su vida privada”. (76)
Una publicidad ofrece la solución a estos “cuadros fusibles”: “Id a donde vuestro móvil no tenga cobertura”, invita sobre un fondo de paisaje salvaje. Una publicidad para un 4x4.
Tiranía de banda ancha
El teléfono móvil no sólo es un gadget contaminante: da forma al mundo, “revoluciona nuestra vida cotidiana” como dicen los investigadores e industriales, sin que nunca lo hayamos elegido. Y esta tiranía se impone a todos, tontos o refractarios. Constantemente a las necesidades soltadas por los empleados del CEA, no tenemos la elección de tener un móvil o no, si queremos formar parte de la sociedad.
A un postulante para un trabajo de manipulador, el responsable de una agencia de trabajo temporal grenoblesa: “¿No tenéis móvil? ¡Pero esto no es posible! “. A una profe llevando a sus alumnos de viaje, el empleado SNCF: “El móvil es obligatorio para reservar los billetes de grupo, en caso de retraso del tren”.
El mercado saturado, los fabricantes de móviles no tienen sino una solución: incrustarse más profundamente en nuestras vidas vía “nuevos servicios”. He aquí el teléfono-tarjeta bancaria para abonar vuestras compras y vuestro aparcamiento, el teléfono-ticket de transporte, el teléfono para registrarse en el aeropuerto o reservar su billete de tren, sin olvidar el “comercio móvil”, para ir de compras por el Internet móvil. Pero más aún, puesto que lo reclamáis, el teléfono que detecta el mal aliento, que os advierte de los peces bajo vuestra caña de pescar, y que repele los mosquitos. Y para estas damas, el modelo que indica el día de ovulación. (77) Nos reiríamos de esta quincallería si no apuntara también a la administración electrónica –o cómo atarnos al móvil gracias a unas formalidades obligatorias. En cuanto a los que tienen dificultad ya en encontrar cabinas telefónicas, serán en este mundo maravillosamente móvil, unos desechos. Como dice François Ewald, profesor en el Conservatorio Nacional de Artes y Oficios y miembro del Consejo de Administración del AFOM: “El hombre, la mujer, el adolescente contemporáneos ya no son concebibles sin móvil”. (78)Vosotros, que no telefoneáis desde vuestra telesilla, no tecleáis en el bus, no tomáis fotos de vuestros agujeros de la nariz, no sois ya concebibles. Por desgracia, el profesor Ewald, antiguo maoísta y foucauldiano, no precisa lo que va a hacer de vosotros un mundo que ya no os concibe.
“Hola, estoy en la tienda. ¿Qué café cojo, en polvo o en grano?
V
El chivato perfecto
Así pues, el teléfono móvil, es la libertad. He ahí para la versión Nokia, SFR e IDEAs Lab. En la verdadera vida, es el medio más eficaz jamás inventado para rastrear a los individuos.
Seguid rectos, que sois rastreados
El 87% de la población francesa está provista de una correa electrónica cuya presencia en un bolsillo basta para localizar a su propietario. En Francia, 35 000 antenas repetidoras mallan el territorio y registran las señales emitidas por los GSM, en tanto que las facturas detalladas de los operadores reconstituyen la integridad de nuestras llamadas. “El móvil dice tanto sobre la localización y las relaciones de los sospechosos que se ha convertido en una herramienta indispensable para la policía (…) Ya se trate de determinar un uso del tiempo, un itinerario o una red de relaciones, el estudio de los aparatos telefónicos fijos y móviles ha llegado a ser “un recurso casi sistemático”, según un magistrado”.
Nota a la atención de los buenos ciudadanos que no tienen “nada que reprocharse”: ninguna necesidad de ser un criminal para ser cibervigilado. Los periodistas lo comprenden desde que los jueces al interesarse en sus fuentes –que la ley les permite proteger- registran sus móviles. “Todo lo que vayáis a decir por teléfono podrá ser usado en vuestra contra. Tal es el mensaje que la Justicia acaba de remitir a la prensa (…) Basta que la policía lo pida para que los operadores suministren la lista de las llamadas durante un periodo dado. Si los textos (NDR: legislativos) permiten a los periodistas guardar silencio, nada impide hacer hablar a la tecnología en su lugar. Es lo que se llama un avance para la libertad de la prensa”. (80) Un periodista del Parisien ha descubierto que “la policía había identificado las llamadas realizadas y recibidas en su teléfono e incluso realizado un “cabotaje”, con el fin de trazar sus desplazamientos gracias a su móvil”. (81)
¿Por qué conceder sólo a los policías la posibilidad de seguir el rastro a sus conciudadanos? Gracias a la democratización de los “servicios de geolocalización” por GPS tenemos aquí el control de todos por todos. El operador japonés NTTDoCoMo ha creado el primer servicio de localización de los portadores de teléfono desde un ordenador o cualquier móvil. “Ideal para localizar a los miembros de la familia como los niños o las personas mayores”. Otros, como la sociedad Ootay, proponen soluciones para saber dónde se encuentra el que llama, y para localizar a sus amigos: “la localización de las personas es un servicio de “confort” para cualquier persona que desee conocer el lugar donde se encuentran los amigos o los próximos”.
No digáis ya: “¿dónde estás?”, sino “sé dónde estás”. Un sueño para conserjes, mirones, policías y vendedores.
Ideal también para el acoso publicitario: una tienda puede localizar a los paseantes cercanos y enviarles una oferta a sus teléfonos con el mapa de la zona. La sociedad francesa Watisit propone también un sistema de “hiperlocalización”, Whereisit, “que permite orientar por SMS los objetivos hacia los distribuidores más próximos”.
“Apoyándose en la omnipresencia del teléfono móvil en nuestra vida cotidiana, Watisit refuerza el atractivo de los soportes de comunicación y facilita las reacciones de interés de las personas abordadas por las compañías.” (82)
Los estudiantes de instituto que se manifestaron contra la Ley Fillon en primavera de 2005 y contra el CPE en 2006 han hecho acusaciones de escuchas telefónicas. “Las red GSM es preciosa para los micros espías. Basta un microchip -la tarjeta SIM- y un poco de técnica para permitir a un micro espía funcionar en la red del portátil. Los investigadores pueden escucharlo pues con toda legalidad al marcar un número de teléfono y disfrutar así de una mejor cobertura que un micro clásico.” (83)
Recordemos a los modernos que se creen más listos que los demás que un teléfono móvil puede ponerse en escucha incluso apagado. Eso significa que su gadget preferido representa el papel de micrófono en su bolsillo, al transmitir las conversaciones de alrededor.
A los chivatos aficionados, recomendamos el teléfono espía: “basado en las últimas tecnologías GSM, su uso es extremadamente simple: insertar una tarjeta con chip GSM y “olvidarlo” en cualquier parte (mesa, cajón, caja de guantes, coche, bajo la cama, en un bolso, en un bolsillito, una maleta, tras un bibelot, etc…) llamadle y escuchad. No es más complicado. El Spy Phone no emite ningún sonido o no efectúa ningún signo visual aparte de su llamada o de su uso. Es un móvil celular GSM, con una diferencia notable: parece desconectado y “apagado”. Sin embargo está completamente operativo y se comporta como un micro emisor extremadamente sensible.” (84)
Y puesto que vuestro móvil funciona como libreta de direcciones, de recordatorio, de álbum de fotos y de monedero, es toda vuestra vida o casi la que el dispositivo de recuperación de datos desarrollado por Cellebrite es capaz de sacar a la luz. Presente en el salón Milipol ((85) 2007, esta sociedad israelí (86) ha seducido al Ejército y a la policía americana con su sifón de datos, también él móvil: un simple cable entre vuestro teléfono y esta maravilla telefónica y la torre se pone en juego, antes de que hayáis tenido el reflejo de destruir vuestro chip o vuestro aparato. Recordemos que sería idiota creer que un simple “borrado” de datos de vuestro teléfono los protegería de los indiscretos. Los laboratorios especializados en la “investigación de huellas informáticas” os reconstituyen el menor SMS sin dificultad. (87)
Por otra parte, ¿por qué reducirse a las comunicaciones individuales cuando el teléfono móvil concierne a toda la población? ¿Cuándo la masa emite permanentemente señales electrónicas que traicionan su número y sus movimientos? El poder lo soñó, los investigadores lo han realizado. Manifestación en Roma en 2006, con la marea de los tifosi que reciben al equipo de fútbol italiano. “Los investigadores del MIT, autores de este conteo inédito, revelaron que habían utilizado las señales emitidas por los teléfonos móviles de los abonados de Telecom Italia. (…) En grandes pantallas estaban representados barrios enteros de Roma donde puntos luminosos, flechas rojas, verdes, naranja, curvas coloreadas en tres dimensiones, representaban los movimientos de población, los lugares más frecuentados, los atascos… (…) Los investigadores del MIT están persuadidos de que su técnica, y las informaciones que resultan de ella, son susceptibles de interesar a una multitud de actores económicos en una ciudad: los controles de transporte que quieren reorganizar las rutas de los autobuses, una cadena que busca los lugares más concurridos para implantar sus almacenes, los cartelistas urbanos preocupados por conocer la afluencia real ante sus paneles… “Obtener informaciones vía un teléfono móvil es mucho menos caro que el uso de helicópteros, cámaras o de captores dispersos un poco por todas partes en una ciudad. Incluso que los estudios de campo, afirma Carlo Ratti (NDR: director de SenseAble City Laboratory del MIT)”. Esta técnica permitiría también arreglar las discrepancias entre fuerzas del orden y organizadores en lo que atañe al número de manifestantes”. (88)
Es conocido que las “discrepancias” entre fuerzas del orden y manifestantes son lo más frecuente de orden aritmético. La junta birmana habría soñado con esta tecnología para contabilizar sin error a los monjes rebeldes en las calles de Rangún en el otoño de 2007.
Localizarnos en todas partes en cualquier momento es un principio. Pero quedan zonas de sombra en nuestras vidas que un poder ávido de “transparencia” (vigilancia en neolengua) debe iluminar. Por suerte, siempre se encuentran ingeniosos ingenieros dispuestos a prestar servicio. En el MIT –que los tecnarcas grenobleses decididamente tienen razón en querer imitar- un equipo trabaja desde 2004 en el “realiy mining” (89). En buen francés: registro de la realidad. Estos brillantes cerebros parten de la misma constatación que sus colegas contadores de masas: puesto que todos están provistos de un chivato que almacena cantidad de informaciones sobre su propietario, ¿por qué no utilizar esta mina estadística para ojear las relaciones sociales? “El registro de la realidad, es permitir a la infraestructura tecnológica conocer las informaciones sobre vuestra vida social”, explica Sandy Pentland, responsable del estudio. Los investigadores han equipado a cien voluntarios con un teléfono provisto de vínculo Bluetooth (que detecta “el entorno informático” y deduce la localización de cada uno) y de un programa informático especial para estudiar las interacciones entre ellos. “Recogemos una cantidad de datos sin precedente sobre el comportamiento humano y las interacciones de grupo”, explican. Los cuales muestran la naturaleza de las relaciones entre personas, su estatus en el grupo o su satisfacción en el trabajo y permiten, según los investigadores, predecir el encuentro entre dos personas según la hora y el lugar. En resumen, vuestro teléfono sabe quiénes sois y lo revela a quien se lo pide.
El sonido, la localización, y, desde luego, el uso. La generalización del video en los móviles hace de cada uno un delator potencial, con el asentimiento colectivo. ¿Para qué inquietarse de una cámara de vigilancia cuando estamos habituados a ser filmados en cada momento? Como lo señala con delectación el presidente de la Asociación de las ciudades videovigiladas, Dominique Legrand: “La población está mucho menos asustada por las cámaras que hace algunos años”. (90) Incluso ella ha adoptado el fenómeno “happy slapping”, estas agresiones filmadas en móvil para ser difundidas en Internet o de teléfono a teléfono. Extraído del juicio de un alumno después de la agresión de una profesora: “¿Por qué pensaste en coger tu móvil para filmar, antes que prestar ayuda? Interroga el presidente. – Hoy en día todos conectan los teléfonos móviles, se justifica Massire Touré. Según su abogado, “filmó con el brazo extendido sin saber realmente lo que hacía (…) Su necesidad fue superada por la técnica”. (91). No lo podría decir mejor.
“Nada os obliga a tener un móvil si sois paranoicos”, ironizan los sociólogos jóvenes de IDEAs Lab. Ése no es el parecer de los policías alemanes que acosan a Andrej Holm, sus colegas en la Universidad Humbold de Berlín, cuya culpa es interesarse en los grupos militantes más que en el marketing high tech. En junio de 2007, éste fue detenido provisionalmente y acusado de “comportamiento conspirativo” por presentarse a una cita sin su teléfono (92). No está lejos el momento en que el móvil será tan obligatorio como los documentos de identidad. Para el que ha hecho la experiencia, el desconcierto de los policías interrogando a una persona no-conforme, sin móvil, revela cuán auxiliar ha llegado a ser este gadget para las “fuerzas del orden”.
La trazabilidad del ganado humano es uno de los mercados de futuro para la industria electrónica: chips RFID (identificación a distancia por radiofrecuencia), implantes subcutáneos, biometría. Sólo falta hacernos aceptar esta nueva condición de esclavos seguidos, identificados, fichados, controlados. ¿Qué mejor para eso que el teléfono móvil y sus funciones lúdicas? Nos condicionan para la trazabilidad, y nos preparan para la domesticación total. Los que hoy quieren imponernos el control biométrico y el carnet de identidad electrónico disfrutan en recordarnos: “Pero vosotros ya sois seguidos con vuestra tarjeta bancaria y vuestro teléfono móvil”.
Las industrias que no se enredan en florituras lo han explicado en un programa de acción publicado en 2004 por el lobby de electrónica, el GIXEL (Groupement des industries de l’interconnexion, des composants et des sous-ensembles életroniques( (93): “La seguridad es vivida muy a menudo en nuestras sociedades democráticas como una intromisión a las libertades individuales. Hay que hacer aceptar pues a la población las tecnologías utilizadas y entre éstas la biometría, la video-vigilancia y los controles.
Algunos métodos deberán ser desarrollados por los poderes públicos y los industriales para hacer aceptar la biometría. Deberán ser acompañados de un esfuerzo de convivialidad por un reconocimiento de la persona y por el aporte de funcionalidades atrayentes:
* Educación desde la escuela de párvulos, los niños utilizan esta tecnología para entrar en la escuela, para salir, desayunar en el refectorio, y los padres o sus representantes se identificarán para ir a buscar a los niños.
* Introducción en los bienes de consumo, de confort o de los juegos: teléfono móvil, ordenador, coche, domótica, juegos de video.
* Desarrollar los servicios “cardless” en el banco, o supermercado, en los transportes, para el acceso a Internet…”
Como esto cae bien, los lobistas de la vigilancia hacen también, a menudo, su agosto con la telefonía móvil. En Crolles 2, STMicroelectronics produce microchips a la vez para la telefonía y los RFID. Atmel, en el extrarradio de Grenoble, cultiva también la sinergia; “Atmel Grenogle se distingue en dos aplicaciones faros: la biometría y las microcámaras. (…) Nuestra microcámaras equipan los teléfonos móviles, un mercado de volumen importante e interesante. (…) Ponemos las mismas esperanzas en la biometría, utilizadas para unas aplicaciones de confort hoy, por ejemplo para sustituir un código de acceso en los ordenadores personales o los teléfonos móviles. Pero esta tecnología será también ampliamente utilizada mañana para las aplicaciones de seguridad. Todos los nuevos pasaportes serán así dotados de aplicaciones biométricas”. (94)
Jean Vaylet, patrón de Atmel, es miembro de GIXEL, como STMicro, y el CEA-Léti, que colabora a tiempo completo con Crolle 2, que suministra amablemente de Nokia el fruto de sus investigaciones, y que conecta las impresoras a RFID para producir a bajo coste estos soplones electrónicos a diseminar en todos los objetos y carnets de identidad. (95)
Nada como la función de “pago” del móvil para “hacer aceptar a la población” el control biométrico. “Seguridad obliga, para proteger estas verdaderas carteras electrónicas, los operadores han incluido en los teléfonos unos sistemas de identificación como el reconocimiento de los rasgos de la cara o de las huellas digitales”. (96)
No sólo los beneficios realizados en las ventas de teléfonos alimentan el desarrollo de las herramientas de control totalitario, sino que la aceptabilidad de unos favorece la de los otros.
La prueba es que una población entera puede someterse a los mandatos del marketing tecnológico y adoptar sin vacilar, pero pagando, un dispositivo electrónico del que no tenía necesidad y el mundo que produce. Adivinad qué conclusiones saca el poder de esta experiencia en cuanto a la docilidad de las cobayas humanas. ¿Os habéis tragado el móvil? Os tragaréis los controles biométricos.
Pièces et Main d'OEuvre
Grenoble, junio 2005. Versión revisada y aumentada, marzo de 2008.
Edición electrónica en francés: http://www.piecesetmaindoeuvre.com/spip.php?page=resume&id_article=7
Escrito por na el viernes, 7 de abril de 2017
El teléfono móvil, dispositivo electrónico de destrucción masiva
Pièces et Main d’œuvre
Por qué ya no hay gorilas en el Grésivaudan *
De Grenoble a Chambéry el valle de Grésivaudan se extiende entre los macizos de Chartreuse y de Belledonne, siguiendo los meandros del Isére. Hasta los años 1960, el caminante descubría en él un “vergel magnífico”, una naturaleza que hablaba “a la imaginación y al pensamiento”: “bajo las vides que corren en festón entre los árboles frutales, se suceden los pequeños cuadrados de alfalfa, trigo, cáñamo, maíz: una maravilla de pequeña cultura”. (1)
Los pueblos de Crolles y Bernin, a 20 kilómetros de Grenoble, tienen hoy aspecto de zona comercial americana –malecones de comercios, anuncios llamativos, accesos de autopista, aparcamientos y parcelas. Estamos en el corazón del “Silicon Valley a la francesa”, en una aglomeración con “estatuto internacional” cuyas metástasis colonizan los últimos prados, donde los niños ignoran que sus ancestros se bañaban en las contorneas, los antiguos canales de riego. Es en Crolles 2, zona industrial a caballo entre las dos comunas, donde está implantada “la Alianza”, unidad de producción de STMmicrolectronics –asociada durante algunos años a Philips y a Freescale Semiconductors (Motorola). (2)
Crolles 2, supone unas inversiones colosales, las más importantes desde la construcción de las últimas centrales nucleares (2,8 mil millones de euros de los cuales 543 millones de ayudas públicas); supone la importación con enormes gastos de ingenieros americanos y holandeses y su corolario inmobiliario, la explosión del precio de la vivienda; el pillaje de los recursos y la contaminación de la vecindad; los controles de identidad a la entrada de la Alianza; la sumisión de los investigadores del Comisariado para la Energía Atómica (CEA) de Grenoble y de los locales elegidos para las exigencias de los industriales; la visita regular de las autoridades –Chirac, Sarkozy, Devedjian, etc.
El orgullo del tecno-gratinado.
¿Para hacer qué? Teléfonos móviles.
Hola, soy yo. Estoy en el autobús. Hasta ahora”
No sonriáis. Si encontráis irrisorio el resultado de estos sacrificios, despilfarros y destrucciones, es que no entendéis nada de la realidad económica. El teléfono móvil, es una innovación, y como lo ha explicado Michel Destot, alcalde de Grenoble, con la innovación “aparece el desarrollo de las actividades económicas que genera él mismo empleos para el conjunto de nuestros conciudadanos. Hay allí una verdadera mina de oro, tomemos conciencia de ello”. (3)
El teléfono móvil genera muchas otras cosas más que unos empleos y oro. Acelera la destrucción del planeta, sino que contribuye a la tecnificación del mundo. Unos efectos de los que los investigadores del CEA, contratista subsidiario de Nokia, no hablan nunca en sus conferencias mensuales en el Fnac, este vendedor de teléfonos pretendidamente “agitador de ideas”.
I
Semiconductores, maxi-nocividades
Contrariamente a lo que pretende, la microelectrónica es tan contaminante como muchas de las industrias low-tech. Tras su fachada relumbrante, el teléfono móvil es un concentrado de nocividades. Primero a causa de sus microchips. Eric D. Williams, investigador en la Universidad de las Naciones Unidas en Tokio, ha medido los elementos necesarios para la fabricación de un chip de 2 gramos. Resultado: 1,7 de energía fósil, 1 m3 de nitrógeno, 72 gramos de productos químicos y 32 litros de agua. En comparación, se necesita 1,5 toneladas de energía fósil para construir un coche de 750 kg. Una proporción de 2 a 1, mientras que es de 639 a 1 para un chip. (4)
Como sus homólogos guyaneses, los buscadores de pepitas de oro high-tech caros al alcalde de Grenoble se enriquecen saqueando los recursos naturales y asolando el medio ambiente.
Costo fijo ilimitado en agua y electricidad
En Crolles, la fábrica de chips de STMicroelectronics consume más de 40 millones de KWh de electricidad (el equivalente de 20 000 hogares) y 25 millones de KWh de gas natural por año (5). El monstruo se atiborra cada vez más, la Red de Transporte de Electricidad prevé nuevas líneas de alta tensión: “A corto plazo (de 5 a 10 años) las perspectivas de desarrollo industrial en el noroeste (Minatec) y en el noreste de Grenoble (microelectrónica de Grésvaudan) necesitarán que RTE proceda a unas evoluciones de red de manera que acompañen el desarrollo económico de la zona.” (6) Rhône-Alpes, segunda región de Francia para el consumo de energía, sufre la mayor extensión de red de líneas de alta tensión del país –además de sus 32 embalses y de sus 14 centrales nucleares. Nokia y el CEA pueden vendernos unos “teléfonos cada vez más económicos” y unos cargadores solares, olvidan señalar la vorágine energética que supone su producción.
Para limpiar las placas de silicio sobre las que se graban los circuitos electrónicos, la Alianza engulle 700 m3 de agua por hora (el equivalente al consumo de una ciudad de 50 000 habitantes), y somete a las colectividades locales a sus exigencias: 150 000 euros por hora a pagar a la empresa en caso de fallo en el suministro de agua; obligación de duplicar próximamente los conductos de aducción en 18 km, con un costo de 25 millones de euros; entrega obligatoria de un agua de excelente calidad, libre de cloro incluso en periodo de “amenaza terrorista” –mínima compensación para los grenobleses que escapen a este respecto al delirio de seguridad en nombre del interés económico superior. Si la Alianza ha elegido el Grésivaudan, es también para saquear sus fuentes de agua pura, incluso en periodo de sequía y de canícula. Mientras que los habitantes controlan su consumo, STMicroelectronics y sus vecinos, la puesta en marcha de microelectrónica (Soitec, Memscap), pimplan los metros cúbicos: El año 2006 concluye con una bajada del 1% del consumo de las comunas alimentadas por el Sterg (Sundicato intercomunal de las agua de la región grenoblesa). 26 de las 28 comunas alimentadas. Cuyo consumo es principalmente “doméstico” conocen una baja del 3,5%, mientras que Crolles y Bernin (para las que la parte industrial representa más de las 4/5 partes (7)) tienen un consumo en alza de más del 8%” (7)
Durante este tiempo en los macizos de los alrededores, los glaciares se funden a ojos vista, y con ellos las reservas de agua que han hecho la prosperidad del Grésivaudan. Es cierto que nosotros hemos ganado con ello los cristales líquidos.
Telefonear contamina
Crolles 2, emplazamiento Seveso, consume productos tóxicos como la fosfina (fosfuro de hidrógeno), el thilane o arsina (mezcla de hidrógeno-arsénico). “Los gases de combate”, fanfarronea un asalariado durante una visita pública. Los productos químicos almacenados tanto sobre el terreno como también a unos kilómetros, como en Lancey, al otro lado del Grésivaudan, circulan cada día en camiones a través de la aglomeración. Recordemos que el terreno está en “zona urbana”, en medio de las parcelas impulsadas a decenas para alojar a sus empleados. La fábrica, no más que las autoridades locales, no precisan lo que sucedería en el caso de que un avión de turismo del aeropuerto vecino del Vesoud se estrellase sobre este depósito de gas tóxico. En cambio, una asalariada cercana a la dirección de Memscap, la puesta en marcha de la línea lateral, se complace en describir el “fuego artificial”. Cultura del riesgo típicamente grenoblesa. No se hacen innovaciones sin jugar con fuego.
Oficialmente, en 2002, la Alianza arrojó a la atmósfera 9 toneladas de óxidos de nitrógeno, 10 270 toneladas de CO2, 40 toneladas de compuestos orgánicos volátiles (8). Eso es ya tremendo. Pero un empleado confía, sin querer decir más, que el contenido en productos contaminantes de las emisiones a la atmósfera estaría distorsionada por el uso de gases impulsados. ¿Cómo verificarlo? La dirección no proporciona las cifras.
Sólo podemos hacer referencia a este informe de visita de la Drire (Dirección Regional de la Industria, de la Investigación y del Medio ambiente) de marzo de 2003. “La compañía STMicroélectronics que utiliza calderas de tubos de humo alimentados por gas natural (FOD de emergencia) desea que las normas establecidas en NOx mediante Decreto de 08.10.01 sean revisadas a tenor de las dificultades para respetar la norma fijada (100 mg/Nm3)”. Por lo que “los valores límite de emisión en NOx puedan ser fijadas en 120 mg/Nm (gas natural) y en 200 mg/Nm3 (FOD”. Es tan simple de arreglar, sin siquiera despertar a los ecotecs Verdes o Frapna (9). En tanto las normas se cumplan, nuestros gestores de nocividades roncan en paz.
Los residentes locales mismos murmuran que los niños desarrollan unas patologías no habituales, y que el agua de los contornos está saturada de contaminación. Según una página de Internet de habitantes de Bernin, “el contorno sufre desde hace años una contaminación crónica ligada a las emisiones de las aguas residuales industriales. Están particularmente preocupados por las tasas anormalmente elevadas de DBO5 (demanda biológica en oxígeno en 5 días) y NH4 (amoniaco).”.(10) El instructivo informe de la Drire permite añadir el cobre, utilizado para la conexión de los elementos electrónicos: “es necesario establecer normas para el vertido de este contaminante a las aguas (Isère). En aplicación del AM (NDR: decreto ministerial) de 02.02.98, se propuso establecer una concentración máxima de 0,5 mg/l, o sea un flujo máximo de 4,5 kg.” ¿Qué son 1600 kilos de cobre vertidos al Isère cada año? Preguntémoslo a los peces.
A finales de 2004, la federación de pesca del Isère presentó una denuncia, después de que sus miembros hubieran recogido peces panza arriba en los alrededores de donde se vertían los efluentes tóxicos. Reacción vigorosa de los electos: el presupuesto municipal financió inmediatamente el desvió de los vertidos hacia el Isère, a fin de diluir la contaminación en un mayor volumen de agua. Es con estos hallazgos técnicos cómo conocemos el genio delfinés. Los pescadores continuaron diciendo que “apesta la química” y los peces no son ya muy numerosos para atestiguar.
Para completar los estragos de la industria electrónica, hay que volver hacia el modelo de los responsables grenobleses: la Silicon Valley californiana.
La asociación Silicon Valley Toxic Cooalitions ha hecho el balance ambiental y sanitario de cincuenta años de informática y de microelectrónica en lo que fue un valle tan fértil como el Grésivaudan. Desde 1956 y la primera fábrica de IBM, la capa freática ha sido contaminada por los vertidos de xileno, tolueno, cloro tricloroetano. Según la encuesta de Jim Fisher la revista electrónica “salón.com” (11) la capa del Silicon Valley es una de las más contaminadas de los Estados Unidos. Consecuencias: 2,5 a 3 veces más abortos entre las mujeres embarazadas que bebían esta agua, según el estudio realizado por el servicio de salud del Estado a mediados de la década de 1980, que condujo a más de 250 denuncias y compensaciones astronómicas.
En las salas limpias donde se producen las placas de silicio, la situación no es mejor. Equipados con trajes especiales para evitar contaminar las preciosas placas, los “operadores” manipulan los tóxicos de longitud de tres-ocho. Decenas de denuncias de cáncer profesional se presentaron en 1998 en el Tribunal superior del condado de Santa Clara: IBM, Union Carbide, Eastman Kodak habían ocultado la toxicidad de estos venenos a sus asalariados.
Sin embargo, en 1992 un antiguo médico de IBM, Myron Harrison, publicaba un artículo, “Los peligros de la producción de los semiconductores”, que elaboraba una lista inquietante: “Exposición de los trabajadores al arsénico en la producción de las placas de arseniuro de galio, a los ácidos aerosoles en litografía, a los gases tóxicos arsina y boro. Se certifican los casos de quemaduras por ácido fluorhídrico, las exposiciones a los disolventes corrosivos, a los componentes fotoactivos no testados. Advierte contra los accidentes catastróficos en la sustitución de los cilindros de gas, la evacuación y llenado de los baños químicos, las disfunciones de los sistemas de ventilación, y señala los frecuentes problemas respiratorios (tales coma sinusitis, laringitis y asma) entre los trabajadores. Informa de los casos de exposición al mercurio, las quemas de productos químicos “relativamente frecuentes” en los tanques de almacenamiento, y las fugas de disolventes en las tuberías”. (12)
En cuanto a los asalariados de STMicroelectronics en Crolles, ellos han difundido estos últimos años más folletos para el mantenimiento de sus puestos de trabajo que para la el de su salud.. Eso se llama el “modelo grenoblés”.
Ya no hay gorilas para el número demandado
Esto no es todo. Además de sus chips, vuestro teléfono tiene necesidad de condensadores de coltán (o colombo-tantalita), un mineral maleable, resistente al calor y a la corrosión. Éste es extraído en particular en la República Democrática del Congo (RDC), donde se encuentran los depósitos más grandes del mundo.
Como los diamantes, el coltán ha estado en el centro de una guerra por el control de los recursos que ha matado a más de 3,5 millones de personas en siete países desde 1998. “Toda una serie de empresas se han creado en esta zona, en asociación con los grandes capitales transnacionales, los gobiernos locales y las fuerzas militares (del Estado o de la guerrilla) que se disputan el control de la región para la extracción del coltán y de otros minerales. La ONU no duda en afirmar que este mineral estratégico financia una guerra que el antiguo Secretario de Estado de los Estados Unidos, Madeleine Albright, ha denominado “la primera guerra mundial africana“”. (13)
En el Congo, numerosos niños son sacados de la escuela para trabajar en las minas de coltán. El mineral es comprado a los rebeldes y a las compañías mineras fuera de la ley por sociedades internacionales, entre las cuales Cabot Inc. En los Estados Unidos, HC Starck en Alemania (filial de Bayer), y Nignxia en China. Estas sociedades transforman el mineral en un polvo que venden a Nokia, Motorola, Ericsson, Sony, Siemens y Samsung. (14)
Conclusión que no figura en las instrucciones de vuestro móvil: “Parece evidente que los consumidores del Norte, o sea la mayor parte de la demanda solvente y los últimos eslabones de la cadena, en parte han contribuido indirectamente a la continuación del conflicto en la RDC”. (15)
“El periodista africano Kofi Akosah-Sarpong ha expresado incluso que “el coltán, generalmente hablando, no está ayudando a los habitantes locales. En realidad, es la maldición del Congo”. Ha revelado igualmente que existen evidencias de contaminación por este material y que éstas señalan la relación entre el coltán y las deformaciones congénitas de los bebés de la zona que nacen con las piernas torcidas”. (16)
Las minas de coltán están situadas la mayoría en el este de la RDC, en la región de Kiyu, en el territorio de los últimos gorilas de las tierras bajas, los okapis y los elefantes. Balance de la actividad minera: saqueo de los bosques y de los cursos de agua y masacres de animales. Al ritmo actual, los especialistas estiman entre 10 o 15 años como máximo la esperanza de supervivencia de los gorilas. (17)
Los informes publicados en 2001 y 2002 por la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza y la ONU denunciaban la explotación ilegal de las minas del Kiyu y sus estragos. “Los cursos de agua y los bosques están siendo degradados, la subsistencia de las poblaciones autóctonas, los Mbuti, en la Reserva de fauna para okapis está amenazada y la fauna salvaje está siendo destruida a un ritmo alarmante (…) El coltán explotado en estos lugares es transportado por avión y vendido a grandes empresas multinacionales de América del Norte, a Europa y a Rusia que la utilizan en diferentes industrias de alta tecnología. La UICN lanza una llamada a la comunidad internacional para que cese de comprar el coltán”. (18)
Después de este llamamiento, Motorola y Nokia juraron que incitarían a sus proveedores a aprovisionarse en Australia y en Brasil. Polvo en los ojos: según el Grupo de Investigación sobre las Actividades Mineras en África (Universidad de Quebec), es imposible establecer el origen del recurso y sabemos que a pesar de las condenas internacionales, el coltán de la RDC sigue siendo relativamente fácil de encontrar en los mercados extranjeros”. (19)
Cada vez que hacéis una llamada telefónica, jugáis con la salud de los habitantes de Grésivaudan, con la vida de los congoleses y la de los últimos grandes simios del planeta. Es a este precio al que os mantenéis en contacto.
¿Hola? Sí, estoy en la panadería. Una barra. No, hablaba a la señora. ¿Qué? A menos cuarto, OK.
Teléfono desechable
“Está claro que los Smartphone han evolucionado considerablemente. ¿El Orange SPV original? ¡Pasado de moda! ¿El P800 de Sony Ericsson? ¡Casi cursi! Los últimos dispositivos del género admiten fácilmente las memorias Flash de 64 MB y traen incorporadas unas ranuras SD que os permitirán llevar la memoria total a 1 GB.” (20)
Detrás de la jerga histérica típica de los aficionados a los aparatos electrónicos, se comprenderá lo esencial: en el mundo numérico, el mayor riesgo es estar pasado de moda. Tiene que cambiar su teléfono móvil o su “asistente personal” tan a menudo como lo exijan la moda, el “progreso” y los fabricantes. “Como media los japoneses cambian de móvil cada diez o doce meses”, indica Yoshimi Ogawa ((21), patrón de Index Corporation, sociedad japonesa que vende el “contenido” para móviles, y que ha comprado el club de fútbol grenoblés. En Francia, 19 millones de teléfonos son sustituidos cada año. (22)
Cambiar de teléfono significa tirar su teléfono. Desde el lanzamiento de este dispositivo electrónico al mercado, más de 500 millones de ejemplares han sido ya tirados (130 millones sólo en los Estados Unidos en 2005), engrosando las montañas de desechos electrónicos y eléctricos (DEEE). En Francia, produjimos 25 kg por persona en 2001, y esta cifra va a duplicarse de aquí a 2013. “Ahora bien, estos desechos están lejos de ser anodinos. Concentran una mezcla compleja de materias y de componentes particularmente tóxicos. Metales pesados, cadmio, mercurio, y plomo en gran cantidad: el 40% del plomo encontrado en los vertederos proviene de la electrónica de consumo. Los residuos electrónicos y eléctricos son incinerados principalmente con los desechos domésticos y provocan así importantes emisiones de dioxinas. Estas substancias, antiguas enemigas del aire y de las capas freáticas, amenazan también a la salud de los seres vivos. Algunos meses son suficientes para que un teléfono móvil último grito y un ordenador de alto rendimiento se metamorfoseen en bombas de efecto retardado para el medio ambiente”. (23)
A los apóstoles del “reciclaje” compete resolver el problema, precisemos el fin de la historia: Más la mitad de los ordenadores “reciclados” (NDR, en los Estados Unidos) son en realidad expedidos a China, donde unos trabajadores mediocremente pagados recuperan las partes que se consideran interesantes de los aparatos (ver www.ban.org). Pero esto se traduce en una seria contaminación, en razón de las importantes cantidades de plástico y de metales pesados que entran en la composición de los ordenadores. Las piezas inútiles son quemadas, provocando emanaciones tóxicas, o abandonadas en los vertederos donde el agua de escorrentía arrastra los contaminantes a las capas freáticas. No lejos de Hong Kong, en el pueblo de Guiyu, especializado en este “reciclaje” particular, los encuestadores han constatado que el agua ya no era potable y que tenía que ser transportada por cisternas de los pueblos vecinos, en tanto que las enfermedades se multiplicaban debido a la contaminación del aire”. (24)
Una encuesta llevada a cabo en 2004 por Greenpeace y Basel Action Network ha sacado a la luz un tráfico ilegal de desechos electrónicos en el puerto de Taizhou: los desechos se envían por buques de carga, luego mezclados con cargas de metales a granel transportados en centenares de camiones. Las dos ONG señalaban el riesgo de que Taizhou llegue a estar tan contaminada como Guiyu. “Los desechos electrónicos siguen llegando en masa a China, a través de las fallas, y la mayoría procede de los programas de reciclaje de países que intentaban evitar la contaminación de su propio territorio.” (25)
China y, desde luego, África. El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente señala el envenenamiento por los metales pesados de las poblaciones que viven cerca de vertederos, como el de Dandora en Nairobi (Kenia). El 90% de los niños vecinos están contaminados por el plomo, el mercurio y las dioxinas provenientes de desechos electrónicos. A las almas caritativas que creen deshacerse éticamente de su móvil, el PNUE recuerda que un cuarto de los aparatos enviados a los pequeños africanos, inutilizables, terminan en estos vertederos de la muerte. “Entre 20 y 50 millones de toneladas de desechos electrónicos son producidos cada año, de los que la mayoría se dirigen al continente africano como dones caritativos”. (26)
Más cerca de nosotros, en Bourg-Fidèle (Ardenas), la fábrica Metal Blanc ha sido juzgada en febrero de 2005 por la contaminación por plomo y cadmio del suelo, del aire y del agua, con unas consecuencias para la salud de una cuarentena de asalariados o niños vecinos (27). ¿La actividad de esta fábrica? El reciclaje. Vemos que las nocividades son tan duraderas como el desarrollo de las industrias que las gestionan.
Es el Sr. Busy, llegaré con un poco de retraso a nuestra cita, acomódense, ya llego”.
II
Parrilladas de cerebro
Principios de 2008, las antenas Wifi para Internet sin hilo están por todas partes. ¿Se conocen los riesgos para la salud?, se pregunta la opinión pública. Ningún problema, tranquilizan los responsables, ya que el Wifi es mucho menos potente que los teléfonos móviles. Manual de instrucciones a la atención de las cobayas: para conocer los daños que os inflige una “innovación”, escuchad lo siguiente. Acordaos, los pesticidas eran excelentes para nuestra salud hasta la aparición de los OGM, “indispensables” para desembarazarnos por fin de este veneno. Será necesario esperar al Wifi para oír decir que en términos de exposición a las radiaciones electromagnéticas, “comparado con los hornos de microondas y con los teléfonos móviles, el wifi no es nada”. (28)
Todos cobayas
En realidad, el tecno-gratén y sus agencias de propaganda tiene dificultad en disimular aún lo que simples ciudadanos repiten desde hace años: estamos sometidos desde hace quince años a una experiencia a tamaño real sobre los efectos de los campos electromagnéticos emitidos.
“Rentabilidad obliga, los teléfonos móviles han sido lanzados al mercado sin que hayan sido hechos los estudios previos de nocividad. Dicho de otro modo, los usuarios son las cobayas de una experiencia planetaria cuyas consecuencias sobre la salud, a falta de perspectiva suficiente, se ignoran aún.”
Tras esta observación de Science et vie, en abril de 1999, científicos, industriales y gobiernos juegan al ping-pong con las encuestas sobre la salud de los usuarios de móviles y de las personas expuestas a las antenas repetidoras.
La Organización Mundial de la Salud lanzó en 1996 un estudio llamado “Interphone”, cuyos resultados, doce años después, todavía no están disponibles y cuya aparición, después de haber sido anunciada en 2004, en 2005, se comprometió para el 2008. [http://www.saludgeoambiental.org/estudio-interphone-0] ¿Es realmente necesario, ya que la OMS aseguró en 2006, en un “memorándum” que será útil a los futuros Alzheimer: “No existe ninguna evidencia científica probatoria que confirme eventuales efectos nocivos de las estaciones de base y de las redes inalámbricas para la salud?”? (29)
Existen en cambio elementos probatorios que confirman la sordidez de la OMS en las múltiples alertas lanzadas por los científicos del mundo entero. Algunas muestras:
El estudio europeo Reflex, cuyos resultados fueron desvelados el 8 de diciembre de 2004 por la fundación alemana Verum, fue financiado por la Unión Europea y los gobiernos suizo y finlandés. Ella ha movilizado a doce laboratorios durante cuatro años (30). Sus conclusiones: “Los campos electromagnéticos generados por las antenas de los teléfonos móviles provocan indirectamente rupturas en las cadenas de ADN de células humanas y animales. Incluso llegan a interrumpir la síntesis de ciertas proteínas”. Estos impactos aparecen por dosis de energía inferiores a los límites definidos por la legislación francesa (2 W/kg, según la recomendación de la Comisión Internacional de Protección contra las Radiaciones no Ionizantes).
Para Franz Adkofer, coordinador del proyecto y director ejecutivo de la Fundación Verum, el estudio prueba la existencia “de un mecanismo fisiopatológico que podría estar en la base del desarrollo de desórdenes funcionales o de enfermedades crónicas en el animal y en el hombre”.
Un investigador belga, Luc Vershaeve, del Vlaamse Instelling voor Technologish Onderzock, explica que las ondas alcanzan, a 2 cm de profundidad, la zona más sensible del cerebro: el córtex, provocando un aumento de su temperatura, provocando un aumento de su temperatura en torno a 1ºC. En resumen, la cabeza en el microondas.
“Si se telefonea regularmente y durante largos periodos, no es imposible que el efecto térmico termine por lesionar el ADN y provocar tumores cancerosos (31), reconocía el científico.
En agosto de 2007, el BioOnitiative Working Group, que reunía a 14 investigadores internacionales, arrojó un vaso de agua fría sobre el maravilloso mundo del teléfono inalámbrico. Su informe, una síntesis de 2000 estudios que documentaban los efectos sanitarios de una exposición crónica a las radiaciones electromagnéticas, llegó a conclusiones tales como: “Sin mucha duda, la exposición a los campos electromagnéticos de bajas frecuencias causa leucemias infantiles (a unos niveles muy inferiores a las normas de precaución)”:; “Las personas que utilizan un teléfono móvil desde hace diez años o más tienen una tasa más elevada de tumor maligno del cerebro y de neuroma acústico; Utilizar el teléfono principalmente en un lado de la cabeza aumenta el riesgo” ; “Las normas de uso de exposición a las emisiones de los teléfonos móviles y de los teléfonos inalámbricos no tienen un efecto protector respecto a los resultados a largo plazo sobre los tumores del cerebro y los neuromas acústicos”; “Existen fuertes evidencias que indican que la exposición a largo plazo a los campos electromagnéticos de bajas frecuencias es un factor de riesgo para la enfermedad de Alzheimer” , etc. Para terminar: “Ya no nos podemos permitir continuar el “Business as usual”. (32)
En Alemania, 1200 médicos firmaron en octubre de 2002 “”El Llamamiento de Friburgo” para alertar a las autoridades: “Constatamos estos últimos años en nuestros pacientes un aumento dramático de enfermedades graves y crónicas (…) Como conocemos el entorno residencial y los hábitos de nuestros pacientes, vemos –tras un interrogatorio preciso- cada vez más a menudo una clara relación temporal y espacial entre la emergencia de estas enfermedades y el desarrollo de ondas de radio, por ejemplo en forma de instalación de antenas de retransmisión de teléfono móvil en los alrededores de nuestros pacientes, de un uso intensivo de teléfonos móviles, de la compra de teléfonos inalámbricos standard DECT en casa o en el vecindario”. (33)
No vamos a hacer aquí el inventario de los testimonios, estudios y quejas contra las nocividades de las antenas-repetidoras y de los teléfonos celulares. Se puede uno a este respecto remitirse al documental de Joaquina Ferreira, Téléphone mobile, sommes-nous tous des cabayes?”, descargable en el sitio web www.next-up.org.
Nos limitaremos a recordar el asunto de la embajada americana de Moscú durante la guerra fría. Los rusos habiendo cercado a ésta de un cinturón de microondas, la tasa de cánceres y de enfermedades raras del personal diplomático americano había aumentado considerablemente- primera demostración de los efectos de estas ondas.
Utilizando unas bandas de frecuencia de 900 y 1 800 megahercios (altas frecuencias, o microondas), los teléfonos móviles generan también unas muy bajas frecuencias, calificadas por la OMS –que no teme contradecirse- de “potencialmente cancerígenas” y pudiendo provocar leucemias. Estas ondas interfieren con las ondas alfa y delta del cerebro, dicho de otro modo nuestros campos eléctricos internos. Hoy es toda la población la que está cercada, en la guerra a lo vivo llevada a cabo por la industria y los investigadores cómplices.
Las ondas nocivas para la verdad
¿Por qué las cobayas humanas no son informadas? Porque el lobby de la telefonía móvil no tolera ningún cuestionamiento, bloquea los resultados negativos, compra a los investigadores a sueldo, calumnia a las autoridades sanitarias, ataca con difamaciones a los ciudadanos que protestan (34). Porque es demasiado tarde para volver atrás.
“De forma general, todos los resultados que cuestionan la telefonía móvil son sistemáticamente rechazados por los fabricantes de teléfonos móviles. El Dr. Henry Lai que trabajaba con contrato con Wireless Technology Research (WTR) una sociedad bajo la tutela de fabricantes de teléfonos móviles, ha visto rechazada la publicación de sus trabajos porque desmentían el credo de los fabricantes. (…) ·Ellos me pedían interpretar de modo diferente mis resultados para que fuesen más favorables a la telefonía móvil”, se subleva el investigador.
La misma desventura ocurrió con el biólogo estadounidense Ross Adey, que estaba llevando a cabo un estudio por cuenta de Motorola (…) Como el fabricante se negaba a admitir sus conclusiones, a saber el efecto negativo de las ondas electromagnéticas sobre los animales de laboratorio, prefirió parar su colaboración científica. “Todo sucede como antaño con los fabricantes de cigarrillos, que se negaron a revelar todos los estudios que mostraban los peligros del tabaco” protesta Henry Lai”. (35)
Remunerado también él por los industriales vía Wireless Technology Research, el epidemiólogo George Carlo, como sus colegas, fue censurado por sus comanditarios. Después él creo la ONG Safe Wireless Initiative para publicar sus resultados (alteración de metabolismo, bloqueo de la comunicación intercelular, síntomas de electrosensibilidad, resumidos en su libro Cell Phones: Invisiblee Hazards in the Wireless Age. En una entrevista en la revista Acres USA, Carlo cuenta: “Los científicos del mundo entero han señalado que sus trabajos habían sido desechados o modificados por la industria de la telefonía móvil. Si observáis los estudios efectuados sobre este problema (NDA: los riesgos sanitarios) los que están financiados por la industria tienen seis veces más posibilidades de no encontrar nada que los que han sido financiados de forma independiente. Desgraciadamente, la industria controla casi la ciencia y la difusión de las informaciones científicas. Controla pues la manera en que el público percibe o no percibe peligros”. (36)
Esto nos lleva a la OMS. Si usted consideró este organismo supranacional independiente y fiable, usted va a verse decepcionado. Su proyecto internacional para el estudio de los campos electromagnéticos (“proyecto CEM”) lanzado en 1996, se reveló estar financiado en un 40% por la industria del teléfono móvil. Una excelente encuesta de la revista belga Imagine desvela la cara oculta de su “memorándum” tranquilizador de 2006. El proyecto CEM “recibe cada año –desde 2005 en cualquier caso- más de 150.000 $ del Mobile Manufacturers Forum (MMF), el lobby de los fabricantes de teléfonos móviles con sede en el bulevar Reyers, en Bruselas. Contactado por la revista Imagine, Michael Milligan, secretario general del MMF, se limita a recordar que los pagos se hacen “de acuerdo con las demandas de la OMS y a través del procedimiento aprobado e implementado por ella”. Se felicita por otra parte del “peritaje de la OMS, en particular en lo que respecta a la información que produce y que se basa en una ciencia de excelente factura””. (37) No se podría decirlo mejor.
Financiar un estudio es un buen comienzo. Queda por encontrar un portavoz para divulgar sus resultados. Ved como estos industriales tienen buen olfato: no hubieran podido dar con mejor candidato que Mike Repacholi, coordinador para la OMS de los programas de investigación del “proyecto CEM”. Este físico y biólogo merecería la medalla de oro de la Ciudad de Grenoble por su acción totalmente personal a favor de la vinculación investigación-industria.
“”El proyecto CEM estaba corrompido desde el inicio, estima Andrew Marino, profesor de biología celular en el Centro de las Ciencias de la Salud de la Universidad de Luisiana (Estados Unidos). Michael Repacholi era conocido desde hace más de seis años como consultor remunerado y portavoz de las compañías responsables de generar la contaminación electromagnética.” (…) Louis Slesin físico-químico, doctor en ciencias medioambientales del MIT y redactor en jefe de la circular especializada Microwaves Newa, le censura a M. Repacholi por sus numerosos virajes durante su mandato”. En febrero de 2003, en Luxemburgo, el coordinador del proyecto CEM anunció que existían en lo sucesivo “suficientes pruebas” para preconizar unas políticas preventivas sobre todo en materia de radiaciones de radiofrecuencia y micro-ondas [las de la telefonía móvil, NDLR]. Ahora bien, algunas semanas más tarde, volvió sobre esta posición sin la menor justificación”. (38)
Nos ahorramos lo que sigue, que merece ser leído y se consulta fácilmente en su versión Internet.
Desde luego, las autoridades sanitarias francesas que se apoyan en las opiniones de la OMS no pueden ignorar lo que simples asociaciones saben y denuncian en distintos sitios Internet y en peticiones. (39) Es pues con conocimiento de causa que la AFESSE (Agencia Francesa de Seguridad Sanitaria del Medioambiente) publicó dos informes tranquilizadores en 2003 y en 2005. Sin duda inspirada por los métodos de su gran hermana onusiana, la agencia ha tenido cuidado de descartar de su grupo de expertos a los investigadores demasiado independientes de la industria.
En 2004, cuatro de ellos, miembros del Comité Científico sobre los campos Electromagnéticos, publicaron un “libro blanco” más bien negro: “Vuestro GSM, vuestra salud: ¡os mienten!” (40), en el que resumen lo que las autoridades francesas no han querido oír: “Esta publicación ha sido necesaria debido a las desavenencias entre las personas que viven cerca de las estaciones repetidoras de telefonía móvil (cuya instalación en Francia ha sido particularmente anárquica) y entre los usuarios de teléfonos móviles. Hemos revisado los trabajos científicos mundiales relativos a la exposición de los seres vivos a las ondas de la telefonía móvil. Se pueden consultar los efectos particularmente nocivos sobre el sistema nervioso y el metabolismo celular. Las publicaciones oficiales francesas, destinadas a permitir el desarrollo tecnológico sin trabas, son examinadas allí y criticadas.
Los estudios epidemiológicos realizados en todo el mundo revelan claramente la etiología de las numerosas enfermedades sufridas por los usuarios de teléfonos móviles y los que viven cerca de antenas repetidoras (insomnios, trastornos cardiacos, hipertensión, cefaleas…) así como la posible existencia de una relación entre esta exposición y las patologías graves como la enfermedades neurodegenerativas, algunas formas de cáncer…” (41)
Apartado también él del grupo de expertos de la AFSSE, Pierre Aubineau, director de investigación en el CNRS, es sin embargo miembro del equipo encargado del estudio Comobio (Comunicación móvil y biología) subvencionado por el gobierno francés. Estudia en particular los efectos de las ondas de los móviles sobre la barrera hemato-encefálica (que protege el cerebro de los tóxicos que circulan en la sangre). Conclusión de sus experiencias en las ratas: bajo el efecto de las radiaciones la barrera hemato-encefálica se abre y la síntesis de las proteínas en el cerebro se ve turbada.
Tres miembros de la AFSSE se sintieron obligados a escuchar a Pierre Aubineau tras sus declaraciones a la prensa – los expertos, “no quisieron” escucharle. El investigador reiteró su advertencia. “Es muy probable que exista un riesgo, al menos para ciertas personas. Constato que suceden fenómenos anormales y sostengo que la apertura de la barrera hemato-encefálica señala lo patológico y no lo biológico. Lo mismo ocurre cuando la síntesis de la proteínas de choque térmico aumenta de manera inconsiderada: esto refleja una actitud estresada y una disfunción celular”.
Reacción de Michèle Froment-Védrine, directora de la AFSSE: “¿Pero las personas que telefonean no están estresadas?” (42)
Por desgracia, el estado de la barrera hemato-encefálica de los responsables de la AFSSE no fue objeto de ningún estudio.
Señalemos que los “expertos”, al negarse a escuchar a Pierre Aibineau, han prestado oídos con complacencia a los operadores de telefonía móvil al evocar “síntomas subjetivos” (43) entre los abonados que se quejan de trastornos. Extracto: “Desde hace algunos meses, asistimos a un verdadero mercado del miedo que enferma a las personas frágiles. Estas últimas duermen mal o sufren daño de cabeza a fuerza de ser inquietados por los discursos alarmantes”. (44) Reconocemos la escuela científica creada por la OMS: “Parece confirmado pues que la llegada de la era atómica ha situado a la humanidad ante ciertos problemas de salud mental (…) La solución más satisfactoria para el futuro de los usos pacíficos de la energía atómica sería ver instalarse una generación que haya aprendido a vivir en la ignorancia y la incertidumbre”. (45) Por desgracia, a causa de un exceso de informaciones, la “radiofobia” después de Chernóbil hizo estragos entre los bielorrusos y los ucranianos.
En cambio, que Bernard Veyret, René de Sèze y Denis Zimirou hayan podido firmar conjuntamente el informe de la AFSSE después de haber colaborado en la redacción de un folleto de publicidad financiado por Orange y titulado “Ninguna inquietud por las antenas repetidoras” no ha producido jaquecas a nadie en las esferas de la “seguridad sanitaria” Han sido necesarias las protestas reiteradas de las asociaciones anticontaminación electromagnéticas para que se publicase en enero de 2006 una encuesta de la Inspección general de asuntos sociales (IGAS) y de la Inspección general del medio ambiente sobre los métodos de trabajo de la AFSSE. Conclusión: “Los trabajos de la AFSSE en materia de telefonía móvil se han efectuado con fallos relativos al método seguido por los procedimientos”. En francés: la AFSSE ha saboteado el trabajo y sus opiniones tranquilizadoras son nulas y sin efecto. Durante este tiempo, los adolescentes franceses telefonean varias horas al día gracias a sus costes fijos ilimitados.
Tantos esfuerzos y manipulaciones para “tranquilizar” a los consumidores deberían ponerles la mosca tras la oreja, si esta última no estuviese acaparada por un teléfono móvil.
Es posible que los perjuicios neurológicos ya afecten a las capacidades de razonamiento de la masa, incluso en la revuelta. No hay espectáculo más desolador que el de estas asociaciones que chillan contra las antenas repetidoras (“demasiado grandes, demasiado potentes y mal situadas”) sin jamás cuestionar el teléfono móvil. Que, a imagen de Priartem – Por una Reglamentación de las Instalaciones de Antenas Repetidoras de Telefonía Móvil- reclaman cada vez más restricciones, reglamentos de las nocividades, mejoras técnicas, por una contaminación electromagnética sostenible.
Problema para alumnos de clase científica: sabiendo que las “zonas blancas” no cubiertas por las redes casi han desaparecido en Francia, ¿cómo efectuar comparaciones médicas entre poblaciones contaminadas y poblaciones protegidas de las radiaciones del móvil, para extraer unas conclusiones científicas? Respuesta: imposible. He ahí por qué nuestros responsables tienen toda la razón en suprimir los créditos a la investigación epidemiológica, convertida en obsoleta, y de destinarlos al Plan Alzheimer que va a necesitarlos mucho.
“¡No oigo nada! ¿Dónde estás? ¿Cómo?
Noticia necrológica
Los daños sanitarios de la telefonía móvil sin duda serán negados durante tanto tiempo como los del tabaco. Si vuestro cerebro flaquea, es que estáis envejeciendo. Quizás será más difícil a la industria refutar su responsabilidad en la otra catástrofe en curso que nos amenaza igualmente: la desaparición de las abejas. Además de la eficacia insecticida sin igual de los Gaucho, Regent y otros pesticidas sistémicos, la contaminación electromagnética parece tener su parte en el “síndrome de colapso de las colmenas”, incluso desde la aparición de la telefonía “3G”, con una capacidad más elevada. A título indicativo, entre el 60 y el 90% de las colonias domésticas han desaparecido en los Estados Unidos desde 2006. Los agricultores norteamericanos tienen que importar colmenas para asegurar la polinización de sus árboles frutales. El mismo drama en Europa desde hace una decena de años: las abejas desaparecen sin dejar rastro. Ahora bien, nos recuerdan investigadores aguafiestas, éstas utilizan los campos magnéticos terrestres para orientarse, y emiten señales electromagnéticas de una frecuencia de 180 a 250 Hz durante sus danzas de comunicación.
Experiencia: situad cuatro enjambres de abejas a 800 metros de sus colmenas respectivas. Exponed dos de las cuatro colmenas a las emisiones de un teléfono inalámbrico, dejad las otras dos tranquilas. Observad las abejas. Resultados obtenidos por el equipo de los profesores Stever y Kuhn de la universidad alemana de Koblenz-Landau: los dos primeros enjambres encuentran muy mal, incluso en absoluto, su colmena comunicante, en tanto que las dos otras salen de allí muy bien. (46) Os lo habíamos avisado.
Recordemos humildemente a propósito de la “3G”, del Bluetooth y del Wifi que las abejas son estos insectos polinizadores que, al libar las flores, aseguran la fecundación indispensable para la aparición de frutas y legumbres. Un tercio del volumen de lo que comemos, para ser precisos. Pero no se puede tener todo: los tomates o el iPhone.