Escrito por na el miércoles, 3 de octubre de 2012
Todas las clasificaciones son teóricas, y por tanto erróneas.
Cómo clasificamos dice mucho de cómo procesamos. De cómo nos reconducen a base de conceptos y territorios vetados.
Hay que decirlo alto y claro: Los mapas del ser humano están equivocados.
Durante más de 2000 años nos engañaron separando el barro del aliento. El cuerpo y el alma.
Ahora que hemos descubierto la mente y su potencial, ahora que sabemos que lo psicosomático esta integrado, otra clasificación pretende tirar por tierra todo el progreso (teórico, no lo olvidemos).
Si hablo de mente, me consta, el concepto se presta a divagaciones esotéricas.
Si lo llamo sistema nervioso, quizá tengamos mas claro de que estamos hablando.
Cuando hacía como que estudiaba, me resultaba más fácil: si está recubierto de hueso (cráneo y vértebras) es sistema nervioso central. Todo lo demás es sistema nervioso periférico (con sus 33 pares de nervios).
Ahora, según la Wikipedia, ese gran ministerio de la verdad, nos pretenden colar una clasificación por funciones más acorde con el nuevo orden:
Sistema nervioso somático (encargado de las funciones voluntarias o conscientes)
Y sistema nervioso autónomo, vegetativo o visceral (encargado de las funciones involuntarias o inconscientes)
Y se quedan tan anchas.
¿Acaso las vísceras no forman parte del soma, del cuerpo?
¿Sólo es corporal si es voluntario o consciente?
¿Por qué acotan la consciencia como si fuera siempre y para todas igual?
¿Por qué niegan la posibilidad de expandirla?
¿Cómo tienen la jeta de llamarlo autónomo?
¿Cómo pueden siquiera insinuar que no soy capaz de controlar por entero este cuerpo que soy?
¿De dónde viene ese interés por dejar fuera de mí mi respiración, mi ritmo cardiaco, la dilatación de mis pupilas, mi respuesta sexual...?
Si, según dicen no puedo controlarlo yo... ¿Quién lo hace? ¿Es la nueva versión del alma?
¿Pretenden convertir al inconsciente en el nuevo dios?
Lo mire como lo mire, no cuadra.
Si me imagino o recuerdo (bueno, mas que eso es vivenciar) una situación traumática o estresante, aunque esté tumbada en la cama, puedo acelerar mi corazón.
Y !oh sacrilegio! eso es algo que hago yo.
A voluntad.
En medio de la batalla diaria, puedo mantener la calma con el parasimpático en on.
Meditar es eso.
Y aunque esa clasificación funcional niegue tal posibilidad, no olvidemos que podemos hacerlo.
Cómo clasificamos dice mucho de cómo procesamos. De cómo nos reconducen a base de conceptos y territorios vetados.
Hay que decirlo alto y claro: Los mapas del ser humano están equivocados.
Durante más de 2000 años nos engañaron separando el barro del aliento. El cuerpo y el alma.
Ahora que hemos descubierto la mente y su potencial, ahora que sabemos que lo psicosomático esta integrado, otra clasificación pretende tirar por tierra todo el progreso (teórico, no lo olvidemos).
Si hablo de mente, me consta, el concepto se presta a divagaciones esotéricas.
Si lo llamo sistema nervioso, quizá tengamos mas claro de que estamos hablando.
Cuando hacía como que estudiaba, me resultaba más fácil: si está recubierto de hueso (cráneo y vértebras) es sistema nervioso central. Todo lo demás es sistema nervioso periférico (con sus 33 pares de nervios).
Ahora, según la Wikipedia, ese gran ministerio de la verdad, nos pretenden colar una clasificación por funciones más acorde con el nuevo orden:
Sistema nervioso somático (encargado de las funciones voluntarias o conscientes)
Y sistema nervioso autónomo, vegetativo o visceral (encargado de las funciones involuntarias o inconscientes)
Y se quedan tan anchas.
¿Acaso las vísceras no forman parte del soma, del cuerpo?
¿Sólo es corporal si es voluntario o consciente?
¿Por qué acotan la consciencia como si fuera siempre y para todas igual?
¿Por qué niegan la posibilidad de expandirla?
¿Cómo tienen la jeta de llamarlo autónomo?
¿Cómo pueden siquiera insinuar que no soy capaz de controlar por entero este cuerpo que soy?
¿De dónde viene ese interés por dejar fuera de mí mi respiración, mi ritmo cardiaco, la dilatación de mis pupilas, mi respuesta sexual...?
Si, según dicen no puedo controlarlo yo... ¿Quién lo hace? ¿Es la nueva versión del alma?
¿Pretenden convertir al inconsciente en el nuevo dios?
Lo mire como lo mire, no cuadra.
Si me imagino o recuerdo (bueno, mas que eso es vivenciar) una situación traumática o estresante, aunque esté tumbada en la cama, puedo acelerar mi corazón.
Y !oh sacrilegio! eso es algo que hago yo.
A voluntad.
En medio de la batalla diaria, puedo mantener la calma con el parasimpático en on.
Meditar es eso.
Y aunque esa clasificación funcional niegue tal posibilidad, no olvidemos que podemos hacerlo.