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Escrito por na el martes, 7 de mayo de 2013

Se acabaron las palabras.
Les agradezco que me hayan traido hasta aquí, pero yo me bajo.
Haciendo balance del largo trecho que llevamos, me hubiera gustado que el camino hubiera sido más recto.
Sin tantos impedimentos, sin todos esos obstáculos que he ido trazando.
No haber dado tantas vueltas, no haber perdido tanto.
Que no hubiera costado tanto sufrimiento y sacrifício.
Pero así he llegado aquí.
Y no puedo olvidarlo.

No me queda otra que aceptarlo.

Y sentirme agradecida por todo lo bueno que, pese a todo, me han aportado.
Todo ese vacío que he ido llenando a base de castillos en el aire.
Palabras y más palabras.
Teorías y más teorías acerca del ser humano.
Y cada vez mas desensibilizada. mas aislada, mas desconectada y mas sola.
Como en una pesadilla, ni yo misma me aguanto.

Cuando encuentras la salida, termina el cuento del laberinto del verbo.
A partir de ese momento, la escisión entre la teoría y la práctica, entre las palabras y los hechos, se acaba.
Todo encaja.

Escrito por na el domingo, 5 de mayo de 2013

.Nunca lograré entenderlo.
Tenemos algo gratuito y demostrado y pagamos por algo que se basa en la demostración pero que no está demostrado.
Es una puta locura.
Wilhem Reich, no demostró la orgonita, demostró el acumulador.
La eficacia de esos bonitos accesorios de cuarzo, que yo sepa, no ha sido corroborada por investigadores posteriores (ni anteriores, claro)
Cosa que sí pasa con el el acumulador.
Por ejemplo según James Demeo (Heiko Lassek, Vegeto-Orgontherapie Nach Wilhelm Reich, Energie & Character, Vol. 10, December 1994. (Available from: Zentrum fur Biosynthese, Benzentrulti, CH-9410 Heiden, Switzerland).

La orgonita es una mera caricatura de algo muy serio.
Lo desfigura haciendonos retroceder en el tiempo.
El acumulador de orgón alterna capas de materiales metálicos con material orgánico.
Como una lasaña.
Llegó a esa conclusión cuando se dio cuenta que los biones emitían una radiación (hasta la fecha desconocida) capaz de velar el carrete de las peliculas. Y que esos efectos aumentaban en armarios metálicos de esos de las peĺis de los 40.
Quienes, desde entonces, siguen estudiando el acumulador, lo hacen con una forma y unos materiales determinados para estandarizar resultados.
Pero no es un producto acabado, ni tiene ánimo de lucro.
La orgonita es todo lo contrario.
Que una cosa es ser flexible a la hora de basarte en algo y otra muy distinta desvirtuarlo hasta vaciarlo de significado.