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Escrito por na el miércoles, 26 de febrero de 2014

Llevo demasiado tiempo tratando de comprender lo que soy y lo que me pasa.
Ya puesta, a mi y a la especie entera.
Durante toda mi vida he sentido la certeza de que algo no funcionaba bien.
Ni aquí dentro, ni ahí fuera.
Después de casi ocho meses de terapia, estoy empezando a comprender.
Y necesito plasmarlo. Compartirlo. Aunque sea tarde y no quede nada.
Ahora me doy cuenta de lo que me pasaba.
Tenía una profunda herida en el alma. Una herida infectada.
Algo vital me fue negado en mi proceso de formación.
Como consecuencia, grandes partes de mi fueron castradas, quemadas, arrasadas...
Ya no es victimismo.
Me he dado cuenta que así fue para mi y lo asumo como parte de mi.
Me acompaña el compromiso de no repetir lo que hicieron conmigo.
Sí, es más fácil decirlo que cumplirlo...

Me ha costado demasiado darme cuenta de que en lugar de abordar lo que me faltaba de una forma sana, me fustigaba por estar tarada.
En lugar de destapar para sanar, me aferraba al pozo ciego, sordo y mudo que construí alrededor de mis carencias.
Y eché toda mi mierda ahí dentro.
Y me revolcaba en mi propia desesperación, con la esperanza de que todo cambiaría, mágicamente, al día siguiente de la revolución.
Pero la revolución no llegaba.
Y yo cada vez olía peor.
Y lo peor para mi, no fue apreciar mi propia peste, lo peor fue percatarme de que andaba apestando a las pocas que aun quedaban alrededor. Y que estaba repitiendo, que estaba perpetuando ese estado de carencia que había desencadenado toda mi situación.
No fue fácil. No, no lo es.
Cuando se acabó el mundo, salí del camino y aposté por algo para mi desconocido, la libertad.
La educación en libertad.
Al hacerlo me dí cuenta que no tenía estrategias para mantenerme en mi decisión, en mi lugar, porque no tenía ni idea de cuál era mi lugar. Sólo conocía mi pozo de mierda. Y había tanta que ya ni siquiera podía manejarme desde la aséptica superficie.
La situación era desesperada.
Durante el proceso, durante todos los años que fui haciendome eso, me había ido encorbando y encogiendo.
Literalmente.
Y no me daba ni cuenta.

En ese contexto, con esas motivaciones, empecé la PBC con Tairé. y aprendí a generar estiercol integrando mi mierda y mis pajas. Aprendí a valorar la profundidad y la riqueza del pozo que construí a base de desesperación por esperar lo inesperado.

Hasta que hace un par de meses, empezó a dolerme la espalda.
Y me acojoné mucho.
Para mi, que he pasado la mayor parte de mi tiempo sedada, el dolor es algo muy serio.
Dolor es algo más que palabras.
No es una experiencia que me fuera desconocida. A lo largo de mi vida, a veces, porque sí, mi cuerpo me dolía. Lo asumía, la cabeza, el estomago los ovarios, las piernas... Según le daba y como por arte de magia, me dolía un tiempo hasta que por costumbre se me pasaba. Y me volvía a mi pozo de mierda a seguir fustigándome esperanzada. Sin darme cuenta de nada. Sin aprender nada. Anestesiándome, medicándome y desentendiéndome para no ver, ni oir, ni sentir la señal de alarma.
Para no saber nada de en qué estaba convirtiendo mi vida y en qué me había convertido yo.
Por eso, cuando después del trabajo terapéutico, me dí cuenta que no podía seguir cargando 30 kilos, ni siquiera 15, cuando me quedé sin abuelxs, entonces empecé a sentir que me dolía la espalda.
Al principio de forma intermintente y luego el dolor volvió para quedarse.
Desde que me despertaba hasta que me dormía, sentía un dolor muy intenso en la parte izquierda de la espalda. En el hueco que queda entre el homoplato izquierdo y la columna. Como si llevara algo clavado. Acompañado de un hormigueo como de corcho en la parte externa de mi muslo izquierdo.
Acojonada me fui al medico. Para tranquilizarme, me dijo que podía tratarse de un pinzamiento.
Se lo comenté a mi terapeuta y me dijo que eso estaba ahí, en mi pasado.
En mi inconsciente, en mi coraza bioenergética. Que me lo trabajara cuando pudiera. Me dijo que acceder a él requería más tiempo que los objetivos inciales de la PBC. Meterse en profundidad, bajo ese enfoque, requiere años y no pude continuar. Llegar ahí ya me supuso demasiado. Pude apreciar su trabajo y su honestidad. No podía acompañarme, pero me había dado herramientas sutiles con las que orientarme. Un mapa, una bŕujula y la aceptación del lugar en el que me baso para estar.
Seguí mi camino con mi dolor a cuestas en unas semanas que se me hicieron eternas.
Al hacer el equipaje me di cuenta que había experimentado la peste y la coraza en mis carnes.
Y que había aprendido dónde estaba mi inconsciente.
Seguí buscando formas de llegar a él.
Más fáciles, y más rápidas.
Después de muchas vueltas, me decidí por la hipnosis de Javier. Con una sola sesión mi dolor se movió. Mi puñal se desplazó simetricamente al lado derecho de mi espalda y en unos días se extendió hacia el brazo derecho y desde allí fue remitiendo. Dejándome una sensación gelatinosa por toda la columna. Y la certeza de que yo misma me había estado apuñalando durante mucho tiempo y que podía aprender mejores maneras de relacionarme conmigo.
En ese estado, y guiada por Tairé, acudí a Nacho.
Su enfoque craneosacral y biodinámico, era la pieza que en este momento necesitaba.
Todavía la estoy asimilando.
Existe vida despues de Reich.
Existe el altruismo y el compromiso.
Y son algo más que palabras

Escrito por na el martes, 7 de mayo de 2013

Se acabaron las palabras.
Les agradezco que me hayan traido hasta aquí, pero yo me bajo.
Haciendo balance del largo trecho que llevamos, me hubiera gustado que el camino hubiera sido más recto.
Sin tantos impedimentos, sin todos esos obstáculos que he ido trazando.
No haber dado tantas vueltas, no haber perdido tanto.
Que no hubiera costado tanto sufrimiento y sacrifício.
Pero así he llegado aquí.
Y no puedo olvidarlo.

No me queda otra que aceptarlo.

Y sentirme agradecida por todo lo bueno que, pese a todo, me han aportado.
Todo ese vacío que he ido llenando a base de castillos en el aire.
Palabras y más palabras.
Teorías y más teorías acerca del ser humano.
Y cada vez mas desensibilizada. mas aislada, mas desconectada y mas sola.
Como en una pesadilla, ni yo misma me aguanto.

Cuando encuentras la salida, termina el cuento del laberinto del verbo.
A partir de ese momento, la escisión entre la teoría y la práctica, entre las palabras y los hechos, se acaba.
Todo encaja.

Escrito por na el domingo, 5 de mayo de 2013

.Nunca lograré entenderlo.
Tenemos algo gratuito y demostrado y pagamos por algo que se basa en la demostración pero que no está demostrado.
Es una puta locura.
Wilhem Reich, no demostró la orgonita, demostró el acumulador.
La eficacia de esos bonitos accesorios de cuarzo, que yo sepa, no ha sido corroborada por investigadores posteriores (ni anteriores, claro)
Cosa que sí pasa con el el acumulador.
Por ejemplo según James Demeo (Heiko Lassek, Vegeto-Orgontherapie Nach Wilhelm Reich, Energie & Character, Vol. 10, December 1994. (Available from: Zentrum fur Biosynthese, Benzentrulti, CH-9410 Heiden, Switzerland).

La orgonita es una mera caricatura de algo muy serio.
Lo desfigura haciendonos retroceder en el tiempo.
El acumulador de orgón alterna capas de materiales metálicos con material orgánico.
Como una lasaña.
Llegó a esa conclusión cuando se dio cuenta que los biones emitían una radiación (hasta la fecha desconocida) capaz de velar el carrete de las peliculas. Y que esos efectos aumentaban en armarios metálicos de esos de las peĺis de los 40.
Quienes, desde entonces, siguen estudiando el acumulador, lo hacen con una forma y unos materiales determinados para estandarizar resultados.
Pero no es un producto acabado, ni tiene ánimo de lucro.
La orgonita es todo lo contrario.
Que una cosa es ser flexible a la hora de basarte en algo y otra muy distinta desvirtuarlo hasta vaciarlo de significado.

Escrito por na el lunes, 11 de marzo de 2013

Desde que terminé la carrera, tengo la sensación de que aún no he llegado a la meta.
Y que mientras no limpie esta fosa septica que soy, no importa lo que aprenda.

Miedo me da destaparla y cada vez huele peor.

Al principio casi bajo a explorar con la Gestalt.
Y luego casi con lo transpersonal.
Casi hago incursiones por mi cuenta.
Dando vueltas casi sin criterio.
Del darse cuenta a la consciencia.
Sabiendo que si la cuerda no es lo suficientemente densa en cuanto destape, me caigo.

Y ahora estoy en ese casi con los que viven de la muerte de Reich.
Casi a punto de empezar.
Esperando que pase algo que me salve de intentarlo.
Paralizada por la presión.
No puedo equivocarme.
No tengo tanto dinero.
Y aún así, me da en la nariz que, esta vez, es ineludible la decisión.
Es el enfoque más lúcido y coherente que me he tirao a la cara.
Todavía escuece por dentro al tratar teóricamente de aprenhenderlo.
Aun hay cosas que no entiendo.
Las suficientes como para comprometerme a practicarlas.
A terminarlas. Por primera vez. Aquí dentro.

Casi está amaneciendo.

Escrito por na el miércoles, 6 de marzo de 2013

Los relojes son un gran invento para sincronizarnos.
Con cualquiera, menos con nosotras mismas.
¿Te necesito tanto como para perderme en el intento de encontrarte?
¿Me necesito tanto como para perderte en el intento de encontrarme?
Gran enigma de nuestro tiempo que necesita mirar la hora para tomar el té.
Y esclavizadxs perpetuamos entre nosotras:
-¿A qué hora quedamos?


-¿Acaso vas a pagarme?
Iré,
Cuando me levante.
O despues de comer.
Mientras "se" hace la cena.
O antes de dormir.
Y si nada me lo impide, acudiré.
No me hagas necesitar un reloj.
Ni siquiera para llamarte.

Escrito por na el miércoles, 6 de marzo de 2013

Érase una vez, hace muchísimas lunas, un hombre valiente y sabio que descubrió un tesoro al alcance de la mano.
Una energía libre y gratuita en un mundo de esclavos comprados.
Y no solo la descubrió, sino que ideó una forma de acumularla, publicando los planos y sus resultados para que cualquier interesada pudiera (o no) replicarla.
Y siguió investigando.
Y lo mataron por ello.
Y sus obras fueron quemadas.
Y sus contribuciones a la humanidad silenciadas, ignoradas...
Como si nunca nadie hubiera contaminado hectáreas enteras con energías DOR.

Y aquí se acaba el cuento y empieza la ciencia ficción.
A cualquier parecido con la realidad lo llamaremos coincidencia y en paz.

Pasó el tiempo y un personaje al que este narrador no puede etiquetar, escuchó el cuento y casi por casualidad descubrió el descubrimiento.
Existía el tesoro que toda su vida había buscando.
Lo que siempre quiso decir ya había sido dicho.
Ya había sido probado.
Y seguía siendo silenciado e ignorado.
La humanidad no sabía nada
¿no sabía o no quería saber?

Sólo se le ocurrió una forma de averiguarlo.

Provocando.

Replicando el experimento oranur en los centros de poder ideológicos y económicos del sistema.
Contaminando con algo que según la ortodoxia oficial no existe.
No dudo que mis amigos de la plaza de san pablo tratarán de achacarlo a algun veneno "etereo" arrojado por algún grupo "terrorista" Y sé que los esclavos financiados lo creeran.

¿te imaginas la sentencia?
Demasiado subrealista para la ciencia ficción, incluso.

Lo que no sé, es qué sucederá con todas las demas ante la prueba irrefutable del orgon cuando haya fumata blanca y en la plaza no quede un alma.
Ver Comentarios (11) Temas relacionados: Cuentos 

Escrito por na el domingo, 3 de marzo de 2013

Según Reich, el placer produce una expansión en el organismo.
Y la expansión produce placer.
Y déjate de cuentos.
Desde la ameba al ser humano.

El displacer, el dolor, la angustia (según la traducción) provocan una contracción en el sistema.
Puede volverse crónica y degenerar en una biopatía como el cáncer.

¿Para tí tiene sentido?
Para mi es revolucionario.

El placer resquebraja las fisuras en la coraza.

Como hielo entre los labios.
Al alcance de la mano.
Y sin poder tocarte.
Ni besarte, ni abrazarte.
Locura de amarte.

Imperativos morales transmutan el placer en tragedia.
A lo julietta, el amor a mi familia no me impide desearte.

PLACER.
La de ríos que has hecho correr.
Y lo que queda por derramar.

¿Por qué no entregarnos sin mas aspiraciones que el ahora?
¿A qué tenemos tanto miedo?
¿Qué nos impide convertir el placer en realidad?
¿Por qué no lo dejamos fluir?
El infierno ha cerrado y creo que esta vez no seré dilapidada.
¿Cuáll sigue siendo el problema?
No, enserio, donde esta el eterno freno entre tu y yo?
Entre nosotras y nosotros.

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